¡A falta de pan buenas son tortas! dicen por allí, lo que quiere decir que si te falta algo para armar ese proyecto, receta, u objetivo de vida, siempre hay alternativas para resolver y brillar.

 

Esa es la premisa de mujeres y hombres que aún en tiempos difíciles logran salir adelante cuando la mayoría se queja y se deprime por no tener esto o aquello.

 

Así como Francisco Córdova, venezolano, divorciado y padre de cinco muchachos, todos a su cargo, quien tuvo que sonreírle a la vida cuando todo se le venía encima.

 

A sus 40 años de edad, su compañera de toda la vida y madre de sus hijos, decidió un día no seguir con el matrimonio, escapar de la rutina, de los hijos y de todo lo que para ella se había convertido en una cápsula de locos.

 

Fue así cuando una tarde de domingo, Francisco después de llevar a sus chamos al parque Negra Hipólita, en Valencia, al llegar a casa, a eso de las 2:00 pm, encontró una contundente nota que decía:

“Me voy porque quiero vivir para mí y no para los demás, me cansé de ser esposa, madre, empleada subpagada y cachifa a tiempo completo. Tú eres un hombre bueno y excelente padre, sabrás sacar a delante a los muchachos, quienes en pocos años alcanzarán la mayoría de edad. Gracias por lo bueno. Me iré lejos a reencontrarme con mi propio yo. Adiós, siempre los querré”.

 

Al verse solo, con una responsabilidad mayor a cuestas y sin tiempo de echarse a morir, Francisco, luego de varios días de tristeza abrumadora y mucho dolor al ver a sus hijos confundidos, sintiéndose culpables y abandonados por la mujer que les dio la vida, su madre adoradora, este padre de cinco chamos no le quedó otra cosa que levantase y hacer lo que tenía que hacer, salir adelante por su familia.

 

Superar la crisis y salir adelante. Ciudad VLC
Superar la crisis y salir adelante.

Buscar otros medios de ingreso

La situación económica llevó a Francisco a buscar otros medios de ingreso, pues con su salario de administrador de empresa no le bastaba para cubrir todos los gastos del hogar, por lo que una noche, luego de terminar de recoger la cocina con la ayuda de sus hijos, uno de ellos, Emilio, el mayor, le dijo:

“Papá yo creo saber cómo ayudarte y ayudarnos todos”, el padre abrumado le preguntó ¿cómo hijo?, ustedes están estudiando y su deber es cumplir con eso, no abarrotarse la cabeza con lo que yo tengo que resolver”.

 

Al instante, el muchacho le dijo: “tranquilo papá yo soy bueno manejando la computadora, redes sociales y tú también, así que podemos prestar servicios a través de este medio, tú en tu oficio, yo como manejador de comunicaciones, explicó Emilio a su padre.

 

Con una sutil sonrisa y una luz en su mirada, Francisco le dijo a su hijo:

 

“Gracias hijo, por demostrarme que siempre podemos encontrar alternativas para salir adelante sin sacrificar nuestra familia”.

 

Con el tiempo, estudiando el comportamiento de las redes, los clientes potenciales y las múltiples formas de brindar asistencia y servicio a cientos de personas, Francisco, Emilio y sus hermanos levantaron un negocio que salió en medio de la desesperación.

 

¡No hay mal que por bien no venga!, por eso si te falta el pan ponte creativo y reinvéntate, la solución a tus necesidades no está en la queja ni en la resignación, está en tí, en tu gente, en quienes son el motor de tu vida.

 

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María Guevara Chirinos/Ciudad VLC/Resuélvete

 

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