ABRIL 2002: VÍA CRUCIS REPUBLICANO

Abril 2002: Vía Crucis Republicano trata sobre la coyuntura del 11, 12 y 13 de abril de 2002, esto es el muy breve «Carmonato». JCDN.

 

Mosaico de la coyuntura de abril de 2002

 

Los días 11, 12 y 13 de abril me encontraba en Valencia durante el pleno ejercicio de mi magisterio de reciclaje en la U.E. “Abigaíl Lozano”.

Me refiero, claro está, al antiguo régimen de Parasistema: Saque su título de bachiller en 18 meses. Recuerdo que el sábado 13 uno de mis alumnos chavistas me pidió permiso para retirarse de clase dadas las circunstancias. Medio en broma, medio en serio, se lo concedí en virtud de la sanidad de la quinta república.

 

La Alianza piadosa con tres patas chuecas.

 

En la licorería-colmena del portugués Juan, le argumenté a él que ningún presidente bien empoderado (así se lo creía Carmona Estanga) declara desde Fuerte Tiuna. La historia me daría la razón, pues el gobierno de facto no pasaría de 72 horas. El orden de cosas instituido por la Alianza piadosa de tres patas chuecas (Episcopado, FEDECÁMARAS y CTV), no completó un Reich milenario ni la docena de años del fascismo nazi. Moraleja: Un país portátil no se edifica en tres días. Sin embargo, estos y otros cómplices nos siguen pegando abajo.

 

El pueblo restituyendo el hilo constitucional

El regreso madrugador de Chávez no fue una mera peripecia en un país donde aparentemente nada ocurría. Por el contrario, los más invisibles y vulnerables exigieron que reasumiera el mandato acudiendo en tropel a Miraflores.

Representa una reedición inversa del 19 de abril de 1810: En el siglo XIX, los mantuanos deponen a un Capitán General en una emboscada pública; mientras que en el incipiente siglo XXI, la plebe tuvo un rol protagónico inédito tanto en la deposición del gerente pro-godo y usurpador, como en la restitución de su entrañable paladín desde 1992.

 

El retorno madrugador al poder legitimado por la Constitución de 1999

 

¿Qué cambió en mí después de esta equívoca coyuntura? Percibí que algo se arrastraba debajo de la alfombra: Una sociedad de cómplices ansiosa de recuperar sus privilegios. El retorno al país de los brujos: Aquellos Merlines que nos inducían a creer de pie juntillas en la riqueza ilimitada de Venezuela, el consumismo, la renta petrolera, la clase media como premio consolador y, sobre todo, la pobreza de las mayorías por obra y gracia de una muy caprichosa Providencia.

 

El juramento onanista del usurpador

 

Como lo aduce Sebastián Salazar Bondy, se trata de la multilateral manifestación y perpetuación de la “Arcadia (neo) colonial”. Si revisamos, por ejemplo, los tres tomos de “Capital y Desarrollo” de Domingo Alberto Rangel, adscritos al análisis económico, constatamos la vigencia de apellidos mantuanos y la nueva presencia burguesa en la rectoría despiadada del devenir del país durante más de 4 siglos. Se impone la Venezuela Saudita como campamento petrolero que denunció el poeta y cineasta Jesús Enrique Guédez: de un lado la opulencia de mansiones y centros comerciales de lujo y del otro la periferia de cartón piedra y lata.

 

VE ESTE VIDEO SOBRE LA CRISIS DE ABRIL DE 2002

 

Se contrapone la propuesta comunal y la democracia participativa proferidas por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. No nos sorprende, pues,  que la realización de tales líneas socio-políticas hayan sido bloqueadas y entorpecidas por sus enemigos externos, internos e infiltrados en los aparatos ideológicos del Estado burgués todavía supervivientes como cucarachas después de una explosión nuclear.

 

Antirrevolucionaria es la triple alianza pro-imperialista antes descrita, como el funcionarismo socio-listo no sólo ineficaz sino corrompido que acalla a Garabombo el invisible, ese personaje-pueblo del novelista peruano y amigo Manuel Escorza.

 

Uno de los aliados mediáticos de «la masacre más acre» (Juan Calzadilla)

 

La puesta en escena mediática que banaliza los discursos y los contenidos, persiste en corroer impíamente la organización popular que le permita a las mayorías liberarse de sus ataduras históricas, eso sí y sólo sí, para enrumbarse a una auténtica y libertaria calidad de vida.

 

Es la Soberanía colectiva que Cristo nos ofrece en el Sermón de la Montaña, documento contundente del Decir que no amerita la mediación del sacerdocio complaciente con la tiranía del dictador latinoamericano o el Capital transnacional.

Las fuerzas vivas de la muerte han asechado desde afuera y desde adentro como un tumor cancerígeno infiltrado por vías insólitas. Puente Llaguno se convirtió por vía del detritus amoral y la canalla mediática en el país bizarro: Los asesinos iban de uniforme azul a ras de piso, mientras que los francotiradores enmascarados disfrutaban a discreción de su panorámica cenital.

 

 

 

La PM en pleno desacato represivo

 

La polarización, a partir de abril de 2002, arreció para bogar entre la tragedia y la ópera bufa. Las urbanizaciones de clase media en el Trigal, por ejemplo, se transformaron a sí mismas y, peor aún, a la ciudad de Valencia en una gran cárcel full de rejas, alambradas eléctricas y calles trancadas que intimidan a sus habitantes y visitantes. Además edificaron sus odios históricos por medio del mito de los cerrícolas y la conspiración de las cachifas que asedian su Pax Romana made in NYC.

 

 

Bien lo decía el poeta Armando Amanaú en una de sus numerosísimas coplas políticas: “Yo no defiendo gobierno / ni quemo a sus seguidores / si me preguntan qué temo / sólo es a los traidores”. Dispensen si citamos mal por nuestra mala memoria. La traición a la Patria, añorando una invasión gringa como en la sufriente Haití, resulta ser el remedio exclusivo de los males de la República.

 

Ser antiimperialista es cosa de rojos malnacidos. Ni Sandino, ni Monseñor Romero, ni Gandhi militaron en el partido comunista, sin embargo lo fueron de hecho dado el sufrimiento de sus pueblos.

 

 

Los rostros militares de la ruptura constitucional

 

 

Como cristiano me ubico en la acera de la Teología de la Liberación de Dietrich Bonhoeffer, Martin Luther King, Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, entre otros.

 

Esta corriente no es una moda adquirida en los 80 y los 90 para restregarles a nuestros hijos que éramos ñángaras católicos o evangélicos. Se trata de un cuerpo epistemológico vivo que genera una praxis tendiente a un auténtico cambio en todos los órdenes para dignificar a la humanidad y sus realizaciones.

Por ello apostamos por el ecumenismo y el Amor al Prójimo, el Otro, nuestro semejante caído en la desgracia.

 

Creemos en la heterodoxia y la discusión política abierta, combativa y respetuosa. Parafraseando al teólogo venezolano César Henríquez, sin rehuir la polarización concomitante al acontecer político, la Iglesia ni sus miembros han de permitirse la propia encarnación tóxica en el conservadurismo ni en la ciega idolatría a una revolución sin rumbo popular.

 

 

La auto-crítica y el cuestionamiento van de la mano de los profetas bíblicos y los de hoy.

 

 

¿Seguirá ardiendo el país? De nosotros depende apagar el fuego maligno y fatuo.

 

 

 

 

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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC

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