En el Batiscafo: Una ventana al infierno

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José Becerra

 

Desde tiempos inmemoriales el hombre siempre ha intentado dominar a sus semejantes, para tal fin, continuamente se ha valido de diferentes métodos. Comenzando con primitivas  técnicas de coacción, hasta desarrollar un entramado de  sutiles operaciones físicas y psicológicas, todas dirigidas  a satisfacer esta supuesta y por demás irreflexiva  necesidad.

Con la llegada de la revolución industrial, estas ansias de poder de algunos, lejos de desaparecer, se vieron incrementadas, así como quisieron ver incrementado también su peculio. La puesta en marcha de todo tipo de siniestros experimentos para orientar la voluntad de las masas se echaron a andar como una gran avalancha de tierra y agua que, cada vez, al ir cayendo cuesta abajo, se hacía más grande e incontrolable, ensuciando y destruyendo todo a su paso.

Tenemos, por ejemplo, el caso de James Vicary y su ostentoso “taquistoscopio”, destinado a manipular la voluntad de quien veía una película, pretendiendo así, de esta forma, ampliar las ya obscenas ganancias de las compañías de publicidad de la época.

Esto es solo un ejemplo en una lista que pudiese ser muy larga al punto de lo interminable, seguida por una cantidad casi infinita de puntos suspensivos.  Actualmente, algunas instituciones públicas y privadas a lo largo y ancho del mundo, sobre todo en los países desarrollados (así llamados por “ellos mismos”), se dedican al estudio de la mente humana con el fin de abaratar los costos que implican el dominio de una cultura, su idiosincrasia y, más aún, decidir su futuro, ejemplo de ello es el Instituto Tavistock, en Inglaterra, que desde 1947 se dedica a tales estudios, convirtiéndose en punta de lanza en tal materia.

Sin embrago, en los EE.UU. que no deseaba para nada quedarse atrás en las investigaciones en este campo, nace la  Overton’s Windows Theory (teoría de la ventana de Overton), así llamada por el nombre de quien la desarrolló, Joseph  P. Overton (4 Enero 1960-30 Junio 2003), político norteamericano, exvicepresidente del Centro Mackinac de Políticas Públicas.

Es pues, la ventana de Overton una teoría política establecida para modificar con técnicas extremadamente sutiles la manera de pensar de un colectivo.

 

¿CÓMO SE DESARROLLA ESTA TÉCNICA?

Lo primero a tomar en cuenta es que estudios científicos serios han demostrado que al ser humano sí se le puede cambiar su sistema de valores; es posible manipularlos y, definitivamente, se le puede modificar la manera de percibir el mundo.

Se le puede “hacer” aceptar cualquier aberración, la zoofilia, incesto, canibalismo, el gusto por la violencia y cosas moralmente cuestionables, bajo circunstancias aparentemente normales, todo esto por nombrar unos ejemplos. Algunos pensaran que esto representa una visión cuando menos apocalíptica de la humanidad, pero aceptar sucesos tan aberrantes, puede pasar y de hecho está sucediendo.

Para explicar esto en términos simples, debemos comenzar por imaginar que, la mente de las personas es como una especie de muro constituido por ciertos valores, ideas, conceptos y diferenciaciones entre el bien y el mal, que se van acumulando a medida que crecemos y formamos como personas. No obstante, en este muro queda una ventana abierta para siempre absorber nuevos aprendizajes.

 

 

 

Dicha ventana es movible y su tamaño se puede variar, de esto se aprovecha dicha teoría, introduciendo en ella nuevos conceptos que van desde lo popular y aceptable, hasta aquello que rechazaríamos desde un principio por entrar en conflicto con nuestro sistema de creencias y valores.

Para mover la ventana hacia un conocimiento que se considera repulsivo e inaceptable hay una serie de pasos y secuencias, todas entrelazadas y que deben, no solo seguirse, sino también cumplirse una tras otra. Las etapas de normalización del concepto en sí serían las siguientes:

 

DE LO IMPENSABLE A LO RADICAL

En esta parte, la teoría busca romper el velo que envuelve al tema tabú para lograr tal objetivo. Las redes sociales se han convertido en un arma poderosa. Se procura crear un debate público en torno al argumento en cuestión. Tomaremos como ejemplo el  CANIBALISMO. Este debate lo comenzarían supuestos expertos en la materia, científicos, sociólogos, políticos y pare de contar.

 

DE LO RADICAL A LO ACEPTABLE

A partir de aquí, ya la sociedad estaría preparada para rechazar, por lo menos, a quien no desea hablar del tema y comenzarían a llamarlo ignorante o antisocial. Ante tales acciones, las personas inician un período de autocensura, en esta etapa también comienza la disociación del nombre del tabú, por ejemplo, ya no se diría canibalismo, sino antropofagia.

Esto para darle un término mucho más técnico, científico y reducir el rechazo.

 

DE LO ACEPTABLE A LO SENSATO

En esta parte se comienza a normalizar el tema con la ayuda de los medios de comunicación. Por medio de programas que cuenten historias de como en ciertas y determinadas circunstancias el canibalismo es aceptado, por ejemplo, cuando cayó en los ‘70 un avión el Los Andes, con un equipo de fútbol, y los sobrevivientes tuvieron que comerse a sus compañeros para sobrevivir. O que es un hecho que históricamente se ha realizado en tribus de lugares remotos, siendo así parte de su cultura. De esta forma se verá como algo que siempre ha sido y será normal.

 

DE LO SENSATO A LO POPULAR

Ya la idea comienza a ser difundida abiertamente por las redes, los medios de comunicación con la ayuda de políticos, estrellas del cine, tv, música, científicos, religiosos y más. Quieren hacer ver que es “cool” comernos entre nosotros mismos.

 

DE LO POPULAR A LO POLÍTICO

Lastimosamente, si se llega a esta etapa, el objetivo ya estará cumplido para la parte interesada: grupos de poder, de facto, transnacionales entre otros. Se publican encuestas con números que para nada importan si son reales, donde muestran el alto grado de aceptación entre la población. Esto podría presentarse como pretexto para modificar leyes, legalizar comernos entre sí, por lo menos bajo ciertas circunstancias. No cabe la menor duda de que este sistema de “ingeniería social” está siendo utilizado para legalizar en algunos países actividades de degradación social que producen dinero, beneficios o ventajas para un sector de la sociedad.

De allí la importancia de ser profundamente críticos con lo que escuchamos, vemos y leemos, de no dejarnos llevar por un argumento “ad verecundiam” (o sea, porque lo afirme un especialista),  ¡cuidado! con consumir falacias, sin antes reflexionar.

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