Martín Luther King volvía a su habitación el fatídico 4 de abril del año 1968, en el hotel Lorraine (Memphis) Estado de Tennessee, luego de haber ofrecido su apoyo a los trabajadores recolectores de basura en la ciudad, en su mayoría negros, los cuales se encontraban en huelga para exigir mejores derechos laborales.
El disparo que asestó directamente en la garganta del líder negro, provino del rifle manejado por un francotirador (James Earl Ray) apostado justo frente al hotel.
Luego de más de medio siglo del crimen del líder del movimiento por los derechos civiles en EE.UU. su legado permanece incólume en la memoria del pueblo afroamericano.
Cabe destacar que en su último gran discurso “La cima de la montaña” el Dr. King profetizó su desaparición física, «Me gustaría vivir una larga vida, pero eso no me preocupa ahora, -dijo horas antes de recibir un balazo letal-. Solo quiero hacer la voluntad de Dios.
«Él me ha permitido llegar a la cima de la montaña. He mirado desde allí y he visto la tierra prometida. Pero es posible que no llegue allí con vosotros»
EE.UU. PUEDE IRSE AL INFIERNO
Sin embargo, el año pasado su hija, Bernice Albertine King, dirigió un vehemente discurso en ocasión del 50 aniversario del magnicidio, señalando que el último discurso de su padre bien pudiera titularse «Estados Unidos puede irse al Infierno», y advirtió que aún hoy está en ese precipicio.
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«El militarismo nos robó los recursos necesarios para manejar las discrepancias sociales en nuestra nación. Así que estoy aquí, 50 años después, para decir que es hora de que Estados Unidos se arrepienta, o puede que aún acabe en el infierno», reiteró Berenice desde el púlpito.
De igual manera, Bernie Sander, quien también habló en dicha conmemoración, espetó «Cuando las comunidades de color son desproporcionadamente pobres, cuando las comunidades negras son desproporcionadamente dañadas por el encarcelamiento masivo, ¿hemos llegado a la tierra prometida?».
King, que había nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, es conocido como el apóstol de la No violencia, su vil asesinato desató una gigantesca ola de furia negra en todo Estados Unidos que dejó 43 muertos, 3.500 heridos y 27.000 detenidos.
Ciudad VLC/Ismael Noé
