Terminante, generoso, valiente, rotundo, son algunos atributos que definen a este Cardenales campeón. Brillante a veces, a veces templado, a veces guapo, elegante, afortunado, abierto y puro, pero siempre Cardenales, que fue quizás su mérito mayor.

 

Siempre jugando en serio, porque este es un equipo pleno de sentido profesional que, desde la llegada del mánager José Moreno, entendió unánimemente que nuestra vieja y querida pelota criolla trasciende los límites de la mera victoria.

 

cardenales campeón 2019

 

Los Pájaros Rojos demostraron ser, por lejos, la mejor escuadra del campeonato. Algunas veces los acosaron adversarios inspirados, motivados o simplemente aptos, capaces de superarlos. Entonces afloró la riqueza anímica y el total sentido solidario para delinear el rostro humilde del flamante campeón.

 

Es Cardenales de Lara en toda su pureza, historia y sentimiento. La misma pureza beisbolera que le permitió demoler literalmente a los aguerridos Leones del Caracas para convertirse en campeón, gracias a los argumentos y atributos desplegados a lo largo de toda la temporada.

 

cardenales campeón 2019

Por eso cabe subrayar el mérito. No fue campeón por un fallo arbitral o un partido afortunado. Se venía perfilando como el candidato lógico desde el inicio del campeonato. Y cuando llegaron las instancias decisivas, supo imponer su avasallante jerarquía.

 

 

En el balance final, Cardenales de Lara demostró ser un gran campeón. Esto se debe decir en voz alta, con todas las letras. Inspirado por el recuerdo de Luis Valbuena y “El Hacha” Castillo, Juniel Querecuto tomó la posta como líder de los guaros, aunque en este equipo, a nadie le tiembla el pulso para pedir la pelota y las responsabilidades.

 

Juniel fue el símbolo de Cardenales en post-temporada, al conjugar esfuerzo y talento, siempre apoyado por la solidez creciente de su “compadre” Ildemaro Vargas, el criterio de Rangel Ravelo y Carlos Rivero, las diferentes sensaciones que transmitieron sus pimientosos refuerzos: Willians Astudillo, Alí Castillo y Herlis Rodríguez, y la consabida solidez de su cuerpo monticular.

 

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Las banderas comenzaron a guardarse bien entrada la tarde dominguera. Quedaba la frustración de no haberse coronado en Barquisimeto, mientras se enteraban, a través de los medios, que las  oscuras mafias de la MLB y cúpulas del poder imperial estadounidense los despojaron, injustamente, de la sede de la Serie del Caribe 2019.

 

Cardenales-josé moreno
El mánager José Moreno.

 

De a poco, los cantos de los fanáticos al beisbol perdían claridad. Se apagaban, se consumían entre sensaciones encontradas de alegría y decepción. Habían sido muchos durante la tarde. Eufóricos, esperanzados, y se acercaba el momento del reposo.

 

Pensaban en mañana, en otro triunfo, en más gloria, en más partidos excitantes y hermosos, soñando con ganar la Serie del Caribe en Barquisimeto, sueño truncado en 2019, gracias a la intentona golpista de Trump, quien con seguridad nunca agarró ni un guante ni una pelota, desconociendo la maravillosa esencia del beisbol caribeño.

 

Cardenales-Querecuto
El siempre rendidor Juniel Querecuto.

Grande, Cardenales. Con la vieja grandeza revivida y su sello indeleble. La escuadra guara de hoy tiene estilo, tradición, buenos jugadores, una notable camada de jóvenes, un cuerpo técnico serio y respaldo institucional regional.

 

He allí la receta de su éxito. El producto queda a la vista: un campeonato y dos subcampeonatos, obtenidos en los últimos tres años.

 

 

Finalizamos la presente columna, con una reflexión del “pimientoso” estratega dominicano Osvaldo Virgil: “El mentiroso sufre de dos males, porque ni cree, ni es creído”.

 

 

Claudio González Luna / Pasión Beisbolera / Ciudad VLC

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