Las fiestas decembrinas ya arrancaron, lo que implica comida, baile, piñata, posadas y, en algunos casos, el uso de pirotecnia.
Una «tradición» que si bien es del gusto de algunas personas, implica un peligro no solo para las personas, sino para los animales como los perros.
Muestra de ello es el caso de Magui, una perrita de edad avanzada (que vivía en Argentina) que murió en brazos de su dueño, al ser víctima de una ataque de pánico como consecuencia de la pirotecnia.
El hecho se dio a conocer en Facebook, se hizo viral y generó gran conmoción e indignación alrededor del mundo.
La dueña de Magui, Antonella Modasjazh, dijo que la perrita le tenía pavor al sonido emitido por la pirotecnia, y en el momento contactó a varios veterinarios para que auxiliaran a su perrita, pero ninguno le respondió.
Lo más triste vino cuando Antonella dio a conocer que Magui murió en los brazos de su hijo mayor, y hoy todos en la familia todos lloran por su partida a causa de la pirotecnia.
Investigadores y médicos veterinarios de la Universidad de Oslo, Noruega, afirman que los petardos y fuegos artificiales causan terror en las mascotas, incluso, más que el que les genera el ruido de un disparo, del tráfico o de los truenos.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Bristol, Reino Unido, sostienen que los perros mayores tienden a espantarse con mayor facilidad que los jóvenes.
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Daños de la pirotecnia en los perros:
Dolor de oídos
Pánico
Respiración acelerada
Taquicardia
Diarrea y vómito por el estrés
Ataques de ansiedad
Pupilas dilatadas
Temblor
Mayor salivación
Aumento de la presión sanguínea
Heridas (en caso de que salga a la calle)
Muerte
Sin duda el caso de Magui invita a reflexionar sobre el uso indiscriminado de pirotecnia e invita a reflexionar si el sonido y las luces valen tanto la pena como para exponer la vida de indefensos animales.
No a la pirotecnia por el bien de las personas y de los animalitos que tanto amor nos dan.
Ciudad VLC / YVKE
