Cronicón futbolero desde la Madre Rusia [12]
FLORENTINO PÉREZ, EL VERDUGO DE ESPAÑA

Cronicón futbolero desde la Madre Rusia (12) es la décima segunda entrega de la serie que aborda la segunda jornada de octavos de final en el Mundial Rusia 2018. JCDN.

El DT «Fausto» Julen Lopetegui y el Presidente «Mefistófeles» Florentino Pérez

El 1° de julio de 2018, le tocó a España hacer maletas temprano y así acompañar a Portugal, campeón europeo, en el duro y amargo regreso a casa. Los españoles no han logrado superar todavía a los dueños de casa en los mundiales. Rusia, jugando a la suya [¿una propuesta anti-futbolística?], logró su cometido cuando forzó la definición del partido a la última instancia, esto es los tiros desde el punto penal. Nos parece que la debacle española tiene como principal autor intelectual al ensoberbecido Florentino Pérez, quien arrebató al DT Julen Lopetegui de la selección para que dirigiera al Real Madrid. ¿No les parece sospechoso que Fernando Hierro, proveniente del Palacio merengue, sustituyera a Lopetegui para fracasar en el equipo nacional? Ni para la hinchada española ni para Manolo [al que le decomisaron los rusos su bombo] es suficiente excusa el mea culpa políticamente correcto del oxidado DT Hierro [no en balde su condición de paladín hispánico].

Dzyuba anota el empate de tiro penal

El autogol del central Ignatchevich [11 minutos], quien se reivindicó a sí mismo con su trabajo defensivo y el segundo gol de la tanda definitoria de tiros penales, no logró desviar la lectura del partido ni el plan rusos para acometer el cómo trascender a cuartos de final. A los 41, una mano de un desprevenido Piqué en el área le permitió al gigante Dzyuva empatar de tiro penal. El dominio español en cuanto a la posesión del balón, equivalente al 75%, no fue fructuoso: Diego Costa, pese a su tesón y arrastre de marcas, naufragó solo entre los centrales rusos; Isco se prodigó en la conducción ofensiva sin que, por ejemplo, Ascencio ni Silva se le asociasen. Por lo que el traslado ibérico del balón, cedido adrede por Rusia, careciera de velocidad, creatividad y verticalidad.

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Fernando Hierro fue superado abiertamente por su colega ruso: No realizó una lectura aguda del juego ni reaccionó a tiempo con los cambios. La entrada de Iniesta por un inoperante Silva, a los 66, y el ingreso [muy tardío] de un insistente Rodrigo a los 103, trajeron consigo una mejoría en la mordiente del ataque hispánico. Por ejemplo, tenemos la doble tapada del portero Akifiev a los 84 y otra parada suya a los 108 minutos para contrarrestar una escapada de Rodrigo por la banda derecha. No podemos obviar también la incansable labor destructiva del defensa lateral Fernandes, un brasileño nacionalizado ruso.
Luego de 120 minutos, los rusos pusieron la mesa y el samovar en su justo lugar. En la tanda definitoria de tiros desde el punto penal, los de casa se salieron con la suya cuatro aciertos por tres: Por los locales anotaron Smolov, Ignatchevich, Golovin y Cheryshev; mientras que por los españoles atinaron Iniesta, Piqué y Ramos, siendo Koke y Aspas las víctimas de las atajadas del cancerbero Akifiev.

El desconsuelo y estupor de los buenos jugadores españoles

A estos convidados de piedra según los medios, les corresponde enfrentar a la selección de Croacia en cuartos de final el próximo sábado 7 de julio en Sochi. ¿Se impondrán los aguafiestas rusos o el caballo negro croata? El pronóstico es reservado, pues los croatas [de los que mejor han dispensado el buen fútbol este torneo] tuvieron que definir también con Dinamarca en los tiros desde el punto penal. En un duelo de estupendos porteros, luego del empate a un gol en 120 minutos, Croacia doblegó a los obcecados daneses tres aciertos por dos. Ello muy a pesar de la proverbial actuación del arquero Smeichel en el campo y el respaldo de su taita, el legendario Peter, desde las tribunas del Nizhny Stadium.

Florentino Pérez, al igual que el dictador Francisco Franco, se ha valido del histórico Real Madrid como instrumento de propaganda y choque de un capitalismo voraz, impertinente y megalómano. Poderoso caballero es Don Dinero, como reza la letrilla satírica de Quevedo, quien devora todo a su paso, incluso el principio del placer lúdico y estético inmanente en el fútbol de a de veras.

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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC

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