Desde USA y Canadá se expresa la solidaridad ecuménica con Venezuela.
La población venezolana sigue resistiendo la presión que ejercen contra su vida cotidiana las medidas coercitivas unilaterales impuestas desde el gobierno de los Estados Unidos y grandes poderes mezquinos aliados. Las cuales impiden obtener medicinas, alimentos e insumos.
Medidas denunciadas por comunidades ecuménicas como la Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social FUNDALATIN, en instancias como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En especial, en referencia a la inhumana prohibición para que Citgo, filial de PDVSA, continúe apoyando a pacientes afectados en su salud, en centros especializados de Europa. Y recientemente pretendiendo afectar los viajes de la línea aérea Conviasa.
Esta situación ha generado una solidaria atención por parte de comunidades cristianas de Estados Unidos y Canadá.Frente a la acción de sus gobiernos. Así como de comunidades como el Observatorio de la Escuela de las Américas, (SOAE por sus siglas en inglés) creado por los misioneros Maryknoll de USA, quienes desde hace más de 20 años solicitan el cierre de esa escuela formadora de dictadores.
Así como el cierre de las bases militares de su país en el mundo y se solidarizan con los migrantes latinoamericanos en la frontera.
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Iglesias cristianas de Estados Unidos envían carta a Donald Trump
El 6.02.2020, los ministerios globales de la Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo en Estados Unidos y Canadá y la Iglesia Unida de Cristo en Estados Unidos, enviaron una carta, dirigida al presidente Donald Trump, en relación al intervencionismo en Venezuela, donde le plantean:
“Hemos atestiguado con profunda preocupación las recientes noticias relacionadas con la intromisión de nuestro país en los asuntos de Venezuela, incluida la alternativa militar entre ellas…estamos decididamente convencidos de que cualquier intervención militar desde los Estados Unidos a Venezuela o a través de la frontera con Colombia, exacerbará la crisis actual.
Esto muy bien puede colocar al país en el umbral de los días más siniestros de su historia cuando los regímenes militares derrocaron gobiernos civiles para instaurar dictaduras y presidencias de facto… Como líderes de Iglesias que hemos caminado al lado de comunidades marginadas, le conminamos firmemente a abstenerse de ordenar cualquier incursión militar o intervención unilateral en Venezuela, y que apoye alternativas que afirmen el bienestar así como la autodeterminación del pueblo venezolano… insistimos en que se cancele cualquier sanción económica unilateral en contra de Venezuela, habida cuenta de que ello no sirve a ningún otro propósito que el de vulnerar a aquellos que ya, de por sí, están sufriendo en extremo.
Esto también afecta negativamente al ambiente político y social necesario para una solución pacífica de esta crisis en Venezuela”.
Testimonio con espiritualidad ecuménica liberadora que potencia la construcción de la paz, con cuidado de la gente y de la Casa Común para, como dice en el aniversario de su pascua, el cantor Alí Primera, hacer “más humana la humanidad”, hacia otro mundo posible Con la alegría del Evangelio.
