“Calculemos el daño, la maldad, de quienes llegaron a dirigir a la Asamblea Nacional (AN) en 2015… La verdad, eso es incalculable”, lamentó este miércoles el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello Rondón.

 

“Quedan en el cuerpo, en el alma de la Patria, que unos malos hijos llegaron a esa AN primero para tratar de dar un golpe de Estado, ‘en seis meses te vas’…”, recordó sobre las irresponsables amenazas del dirigente adeco, Henry Ramos Allup en 2015.

 

Al no lograr su cometido, la derecha provocó la entrega de esta institución soberana contemplada en la Constitución, a los intereses injerencistas de un gobierno imperial extranjero como el de Estados Unidos (EE.UU.) y la destruyeron, expresó Cabello durante el programa Con El Mazo Dando en su edición 312, palabras reflejadas en sus cuentas de redes sociales y en la página web del programa.

 

NO DEJES DE LEER: ¡LA INVASIÓN CONTRA VENEZUELA NO ES CUENTO! POR: JOSÉ AVILA

 

Cabello invitó a revisar anteriores programas del Mazo. “Lo dijimos aquí, recuerdo cuando advertimos que a Ramos Allup le interesaba una Asamblea Nacional destruida, porque era la única manera de reinar en la nada, así lo hizo en Acción Democrática. Acabó con Acción Democrática, un partido que sacaba tres millones de votos, algo así y de repente empezó a sacar 300 mil votos, se quedó a reinar en la nada”.

 

En los dos últimos dos años de la directiva de la derecha en la AN, la situación empeoró para el Poder Legislativo nacional, cuando desde el propio parlamento se avaló el robo de activos del Estado venezolano en el exterior, como Citgo en EE.UU. y Monómeros en Colombia; el saqueo o congelamientos de cuentas bancarias y desaparición de miles de millones de dólares del patrimonio de los venezolanos y venezolanas en bolsillos de “funcionarios” del autoproclamado, mientras legitimaban la guerra económica y el bloqueo de medicinas, alimentos y a PDVSA, la principal industria del país.

 

Efectivamente, Con el Mazo Dando ha documentado el daño causado al país desde el triunfo de la derecha en las elecciones parlamentarias en diciembre de 2015. Ha evidenciado a lo largo del tiempo cómo los dirigentes políticos convertidos en diputados y diputadas de la República olvidaron su trabajo parlamentario y participaron abierta y destempladamente en solicitudes para la intervención de Venezuela, a través de reuniones privadas y públicas ante voceros y funcionarios de EE.UU., peticiones que se sumaron a la firma del Decreto de Barack Obama, a principios de ese año, que declaraba al país como “amenaza inusual y extraordinaria”.

 

Esta subordinación a un poder extranjero, llegó a manifestarse en los últimos tres años de forma evidente ante el propio mandatario Donald Trump, quien abierta e ilegalmente tomó partido hasta ordenar incrementar y arreciar las “sanciones”, aumentar la injerencia en asuntos internos de los venezolanos y amenazar con ataque militar sin tapujos, “con todas las opciones sobre y bajo la mesa”. Esta injerencia inaudita incluyó un magnicidio frustrado con drones explosivos con la complicidad del gobierno colombiano.

 

Empero, tras los fracasos reiterados, EE.UU. coordinó en 2019 un inédito y acto ilegal sin precedentes al “reconocer” a un desconocido diputado opositor, Juan Guaidó, como “presidente interino” cuando éste se autojuramentó como tal en una plaza de Caracas.

 

Pese a todo, los fracasos continuaron: el intento de invasión paramilitar con un concierto desde Cúcuta, el incendio premeditado de “ayuda humanitaria”, los ataques a la soberanía, el intento de golpe militar desde un puente de una autopista, los actos de corrupción milmillonaria en dólares de los “funcionarios” del usurpador, y la también inédita invasión marítima de mercenarios que acabó con la captura de los traidores a la patria y dos exboinas verdes del ejército de EE.UU., todos provenientes de territorio colombiano con el visto bueno de Iván Duque.

 

Como colofón de esta historia, después que se venciera el año de Guaidó al frente de la directiva de la AN, éste se negó a reconocer la designación del también opositor Luis Parra y los diputados de la derecha que se le rebelaron. Se autoproclamó nuevamente, esta vez como “Presidente“ del Parlamento, “despachando” desde una directiva paralela apoyada por Colombia y EE.UU..

 

Ciudad VLC/VTV