Hace pocos días vi a un dirigente regional de la llamada Cuarta República, quien estuvo al frente de los aparatos organizativos de AD, en tiempos de los Celli, y luego de Proyecto Venezuela.
Después del “¿cómo está la vaina”?, siempre cordial, y de hablar de su gente, le pregunté si iba a apoyar a Falcón. Además de la negativa rotunda reforzada gestualmente, frente al vendedor de empanadas y un comprador que asentía con su cabeza al escucharlo, me dijo que no había manera de que Maduro perdiera las elecciones; claro que, según él, ese resultado que se espera será consecuencia del “control absoluto que ejerce el chavismo sobre el CNE”, y que “si dieran más tiempo” podría producirse un escenario como el de 2015, cuando la oposición ganó las parlamentarias.
Ese es el discurso de los hombres de la MUD. Por supuesto, no le refuté nada; primero, y debido a que ahora siempre pienso como periodista sin serlo, di mayor importancia a su opinión que a debatírsela, y segundo, porque andaba con mi hija chiquita que cumplía año y tenía hambre.
Sin embargo, es mucho lo que debemos decir: de pronto alguien esté convencido ingenuamente de eso que dicen los medios antichavistas del mundo, pero que un dirigente político pregone que la Revolución vence electoralmente porque controla el órgano comicial sólo tiene como propósito jugar con los cerebros de quienes creen que el chavismo nunca ha sido ni es mayoría y, así, dar insumos a los gangsters Almagro, Santos, Temer, Macri, Kuczinsky (caído), etc., que han detentado el poder bajo la égida de Trump, sus departamentos de Estado y del Tesoro y la industria de la guerra, para seguir desviando la atención mundial hacia nuestro país, mientras ellos siguen perpetrando quién sabe cuáles de sus fechorías y, además, organizando una nueva fase de su arremetida contra nuestro Pueblo y sus riquezas, morales y materiales.
LUIS SALVADOR FEO LA CRUZ P.
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