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En muchas familias carabobeñas la queja por las fallas en la distribución del gas está a la orden del día. En la calle se ve a la gente con bombonas vacías procurando algún camión o esperando se dé algún operativo. En las afueras de los llenadores ubicados en Carabobo las personas hacen vigilia con la esperanza de llenar los cilindros.

Las denuncias son reiterativas, como la de la señora Margot Valladares, quien es educadora en una escuela ubicada en el centro de Valencia y habita en Santa Inés.  El pasado viernes acudió al llenadero ubicado en el Recreo, pues le dijo una vecina que en el lugar estaban atendiendo a los funcionarios públicos por el terminal de la cédula de identidad.

 

 

«Como los viernes atienden a las personas cuyo número de cédula, como el mío, termina en 9, me fui  hasta el llenadero, que está relativamente cerca de mi casa. Al lugar llegué a las 8:00 de la mañana y me anoté en una lista que amablemente me facilitó un señor que cumplía las veces de vocero y que también iba a comprar gas. Me tocó el número 89 «, contó Valladares, al tiempo que aseguró haber ido directamente al llenadero porque desde hacía tres meses estaba en busca de gas.

 

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Una espera que desespera

Cuando habían trascurrido dos horas, Valladeres se enteró que la venta comenzaría a las 1:00 de la tarde, lo que inmediatamente la disgustó.

«Si se trata de atender solo a los funcionarios por qué nos hacen esperar tanto tiempo», se preguntó la docente, al tiempo que denunció su inconformidad porque vio cómo algunas personas entraron al llenadero y salieron con las bombonas llenas.

A esta denuncia se sumó la de una señora, quien aseguró haber escuchado que uno de los muchachos que aguardaba en la puerta, ante el reclamo de la gente molesta, dijo que a esas personas las dejaban entrar porque tenían «un buen contacto adentro».

Así trascurrió la mañana, entre molestias y reclamos, hasta que a la 2:00 de la tarde apareció una mujer policía revisando las cédulas y carnet de los funcionarios. El gas lo empezaron a vender casi a las 3:00 de la tarde.

 

Abuso de poder

Por su parte, Juan Ochoa, quien habita en Lomas del Funval y acudió recientemente al Recreo también denuncia el abuso de poder de algunos funcionarios policiales, quienes llegan en las patrullas hasta con diez cilindros para llenar, mientras que a las personas que desde la madrugada hacen la cola, solo le permiten comprar una sola bombona.

 

«Yo estuve el miércoles pasado en el llenadero desde las 5:30 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde y aunque me llevé dos cilindros, solo me vendieron uno, pero a los policías que llegaron casi a las 11:00 de la mañana, cuando despachó el primer camión, les vendían hasta 10 bombonas», denunció Ochoa, al tiempo que aseguró que lo más triste fue ver a tantas personas devolverse sin nada a sus casas.

 

«Hubo gente que no pudo comprar el gas, pero los policías y  bachaqueros fueron los primeros en comprar», manifestó indignado Ochoa.

 

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Bachaqueros venden la bomboba llena hasta en 2.000 Bs.S

Cabe destacar que una de las denuncias más recurrentes es que esas bombonas que compran personas inescrupulosas, las comercializan por esa misma vía hasta en 1800 y 2000 bolívares soberanos, cuando su precio es de 2,00 Bs. S, o solicitan hasta cinco productos de la cesta básica.

 

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«Me percaté que un grupo de muchachos como con cinco bombonas se apostó a unos metros de la vía después de haber comprado el gas y desde ahí la estaban comercializando hasta en 2 mil bolívares soberanos. Eso es un abuso, hay que aplicar las sanciones correspondientes sobre estas personas inescrupulosas», denunció Daniel Padrón, quien no pudo comprar gas pese a haber llegado a las 6:00 de la mañana.

 

La mayoría de las personas que acuden al llenadero, piden al gobernador y a los alcaldes tomar medidas sobre este asunto que además de causar malestar en la población, atenta contra las normas de seguridad en espacios como estos.

 

 

En tal sentido, Padrón  solicitó acabar con esa modalidad de vender el gas en el llenadero.

 

«Señor gobernador, le invito a diseñar un mecanismo de distribución de gas adecuado para atender al pueblo. Prohíba la venta de gas en el llenadero, eso acabaría con los bachaqueros de oficio», solicitó Padrón.

«Señor gobernador, sabemos el esfuerzo que está haciendo para cambiar las cosas en Carabobo, le pedimos que por favor tome cartas en los llenaderos de gas, aquí reinan las mafias, los bachaqueros, el abuso de poder y la falta de respeto contra el pueblo», manifestó Jeniffer Carrasquero, trabajadora del sector salud en la entidad y quien a pesar de permanecer en la cola hasta las 5:00 de la tarde, no pudo comprar gas.

 

 

La otra cara de la realidad

La situación por la que atraviesa Venezuela en los actuales momentos, en la que una guerra económica y un bloqueo financiero atroz, se han venido acentuando, también ha afectado la flota de camiones encargados de distribuir el gas doméstico en la región.

 

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Para ilustrar un poco, es necesario indicar que el gas que llega a los hogares carabobeños proviene de la planta de llenado Caremero, ubicada en Higuerote, estado Miranda,  y ante la falta de vehículos, el retardo en el traslado es una realidad.

En tal sentido, y consiente de esta realidad, el gobernador Rafael Lacava, anunció en octubre pasado la incorporación de los «Gas Dráculas», que han venido haciéndole frente a la problemática.

“Acá trajimos una flota de camiones Gas Dráculas, para realizar un trabajo mancomunado con Pdvsa Gas y la gobernación y así optimizar la distribución del gas doméstico en Carabobo», manifestó en esa oportunidad, l primer mandatario regional.

Otro factor a considerar en esta conyuntura es la falta de conciencia de algunas personas inescrupulosas que desvían las unidades cargadas de gas para lucro propio, así como el fenómeno del bachaquerismo que perjudica considerablemente la sana y equitativa distribución de este servicio.

 

Ciudad VLC/Mónica Llovera 

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