Ningún jugador disimuló el «subidón» brutal que experimentó el Real Madrid con el título de la supercopa. Los jugadores corrieron a abrazar a Sergio Ramos, los dirigentes saltaron en el palco y Zidane y los suyos se abrazaron porque sabían que no era un título más, un título cualquiera, era el triunfo de un método, de una manera de trabajar.
En el olvido quedan ya las dudas de dos meses atrás, en las que el francés tuvo que salvar un match ball en su contra. Un gol de Kroos en Estambul le permitió seguir en el banquillo y el 12 de enero logra levantar un nuevo título, el undécimo como entrenador del equipo blanco.
Florentino Pérez ya suma 26 títulos, acercándose a los 33 de Santiago Bernabéu, pero el de ayer no es uno más, es el triunfo de una apuesta que el presidente blanco hizo con el regreso de Zinedine Zidane al banquillo blanco cuando peor estaban las cosas y ocho meses después de su marcha del club madridista.
No ha sido una Supercopa cualquiera, tal y como se ha demostrado desde que el pasado lunes los equipos llegaron hasta Yeda con dos semifinales de alto nivel y con tremendas consecuencias por la derrota sufrida por el Barcelona.
Cuatro de los mejores equipos de España iniciaban una aventura que salió de la cabeza de Luis Rubiales y que por lo visto en Yeda tenía razón en emprender esta aventura.
Ya no es el título clandestino del verano. Ahora hay fiesta por ganar, tal y como demostraron los madridistas sobre el césped del King Abdullah Sport City.
El Real Madrid una bendición blanca
La moral también juega en esto del fútbol y que un equipo derrote a sus máximos rivales y regrese a casa con un título más, supone una inyección de autoestima para lo mucho que queda por delante, tal y como reconoció un Zidane que Florentino Pérez ha calificado como bendición para el Real Madrid.
Además, este éxito llega con Hazard, Bale y Benzema, en teoría sus jugadores más decisivos, en Madrid y sin poder participar en este nuevo triunfo. El técnico mantiene que es el equipo el que ayer levantó la copa al cielo de Arabia Saudí, de los que jugaron y los que no.
Zidane y los suyos iniciaron la temporada con dudas, con mal juego y concediendo demasiado en defensa. Cinco meses después, puede presumir de ser el primer equipo en levantar un título en 2020 y de llevar a 16 partidos en los que no conoce la derrota, desde aquel 19 de octubre en partido ante el Mallorca.
LEER MÁS: ITALIANO LUCA PACIONI GANA PRIMERA ETAPA DE VUELTA AL TÁCHIRA 2020
En el camino quedan diez partidos de Liga, cuatro de Champions y los dos de la Supercopa. El Real Madrid vuelve a ser un equipo temible. Tras una temporada pasada y un inicio de esta donde los blancos no convencían, ahora los de Zidane no encuentran rival que les derrote.
Han cerrado su puerta y o han hecho gracias a la buena labor de Courtois, el mejor del mundo para presidente y entrenador, y el trabajo del resto de jugadores que forman una plantilla que nadie daba un euro por ella y que ya ha ganado un título
Ciudad VLC / Marca
