En toda contienda electoral –como en cualquier otra– hay vencedores y vencidos, y en este nuevo ejercicio electoral que se celebra en Venezuela el día de hoy, como rasgo de singularidad, resultará un vencedor y varios –al menos dos de los medianamente destacados- los vencidos.
Es por eso que algunos, en medio de su realidad, dan declaraciones altisonantes, acusadoras sin ningún tipo de pruebas, vociferando a voz en cuello todo tipo de irregularidades para las cuales lo único que muestran como elemento probatorio son meras e irrelevantes… acusaciones.
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En esta oportunidad, le tocó al candidato Bertucci, quejándose más que camión de cochinos, de manera airada, con el rostro rojo, tal vez a causa de la ira. Realizando una declaración bastante risible como lo es: “El gobierno manda a sus electores como borregos a votar para escanearle el carnet de la patria y darle dinero, a través de los puntos rojos, que tienen instalados muy cerca de los centros de votación”.
Tendríamos que preguntarnos al escuchar semejante aseveración, ¿y a las personas que acuden a su iglesia a pagar diezmo cómo les dicen?, ¿No son las supuestas ovejas? Y ¿Él no representa lo que equivaldría a un pastor de ese REBAÑO que, dicho sea de paso, lo mantiene…?
Javier Bertucci (@Javierbertucci): "Difícilmente se pueden reconocer unos resultados donde el acuerdo de garantías no fue respetado, le exigimos al CNE que tome cartas en el asunto", #Cobertura20M por https://t.co/BkebjPaQqC pic.twitter.com/6q0VlHk2Ey
— VIVOplay (@vivoplaynet) May 20, 2018
La verdad es que los centros en muchos lugares están incluso más lejos de lo que establece la ley,- o por lo menos los acuerdos llevados a cabo en República Dominicana- que son 200 mts como mínimo, y de cualquier forma sus declaraciones llaman a la reflexión con respecto a las siguientes preguntas que son válidas que nos la hagamos, ¿con que cara habla el Sr. Bertucci de borregos?
Lo que seguramente sucede, y es lo que causa profunda confusión y le da un toque a su argumento –por absurdo– es que él debe estar acostumbrado a que le den dinero -a través del diezmo- no a darlo, como lo hace el Gobierno a los ciudadanos como medida contra la guerra económica.
El Sr. Bertucci, al parecer, desarrolló en el proceso de campaña electoral una especie de fetiche contra el carnet de la patria y lo que éste representa, llegando a declarar en días pasados: “Si gano, voy a eliminar el piaso de carnet ése”, la cédula debe ser suficiente para identificar a los venezolanos.
Tal vez, a cambio de esa eliminación, el ofrece una rica sopa de costillas, que sus amigos “los gringos” vengan a “ayudarnos” y un jugoso pacto con el FMI, pacto donde si de algo se puede estar seguro es que el perdedor siempre será el pueblo, como lo prueban los hechos a lo largo y ancho del planeta.
José Becerra/Ciudad VLC