Ian Carlos Torres

Entrevista realizada por Miguel Ángel Pérez Pirela al Dr. en teología, profesor e investigador Ian Carlos Torres.

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Después de habernos paseado por gran parte de la historia de la filosofía, sobre todo por el contractualismo y el iusnaturalismo europeo, a través de autores como Locke, Hobbes y Rousseau, y sus teorías de la separación de los poderes, hoy vamos a analizar al filósofo político Simón de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. Él también fue un gran filósofo que construyó realidades a partir de las teorías, de las ideas. Para hacerlo, conversaré con Ian Carlos Torres Parra,  laureado en Filosofía en la Universidad Católica Cecilio Acosta; con estudios de posgrado en Ciencias Políticas en la Universidad Francisco de Vitoria y en la Universidad Complutense de Madrid; graduado en Teología, especialización en Teología Bíblica y doctorado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Es el primer seglar venezolano en tener doctorado en Teología. Ha sido profesor de Hermenéutica bíblica en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y en la maestría de Teologías de la Biblia en la Universidad de San Buenaventura. Está por publicar un libro sobre el pensamiento filosófico-político de Simón Bolívar y específicamente sobre la idea de la separación de los poderes y el planteamiento inédito, futurista del Poder Moral. Bienvenido, Ian Carlos, es un honor tenerte como invitado.

 

Ian Carlos Torres (IAT): El honor es mío, poder compartir contigo en este espacio tan ameno, profundo y oportuno para Venezuela y para todos los países a los que llega tu mensaje.

 

MAPP: Cuando hablamos de Bolívar, pensamos en el militar, en el héroe independentista liberador de patrias latinoamericanas. Pero pocas veces se le plantea como filósofo, pensador, legislador. Antes de la acción planteaba el pensamiento. Fundo repúblicas, pero también pensó las teorías para sostenerlas. En tu libro destacas la idea del Poder Moral que propone Bolívar. Tomas la hermenéutica bíblica como metodología para el análisis de los documentos históricos de América Latina. ¿Cómo lo hiciste?

 

ICT: La hermenéutica es un problema fundamental de la historia de las ideas, del hombre y de la humanidad. Todas las áreas del saber humano (la economía, la filosofía, las ciencias política, la teología) están en una búsqueda de cómo interpretar y reinterpretar ideas. El tema hermenéutico de coloca en el epicentro de las preocupaciones contemporáneas del pensamiento. Desde la Teología, escogí ese enfoque para mi doctorado: la investigación fue acerca de cómo leer un texto bíblico desde América Latina, para los latinoamericanos porque sabemos bien que los textos bíblicos fueron escritos en el primer siglo después de Cristo para unas comunidades específicas, un contexto, que a nosotros nos resultan distantes.

 

MAPP: ¿Cómo pasar de la interpretación de un texto bíblico a la de un texto de Simón Bolívar del siglo XIX?

 

ICT: El reto fue transformar la metodología bíblica para aplicarla al Discurso de Angostura y más concretamente al fragmento del Poder Moral, donde Bolívar se lo presenta al Congreso Constituyente de 1819. Eso supuso una adecuación de la metodología.

 

MAPP: ¿Qué descubriste, qué había en Bolívar de novedoso?

 

ICT: Aplicar esta metodología condujo a múltiples aportes. En lo metodológico, es la primera vez que se estudia a Bolívar mediante una metodología latinoamericana de interpretación de textos. Es muy sencillo leer un texto y adaptarlo a la realidad actual, pero hermenéuticamente, eso tiene ciertos criterios, ciertas normas y valores que un investigador debe respetar para que la interpretación sea correcta y adecuada. Tiene un efecto desde el punto de vista bibliográfico. Nunca se había estudiado la historia redaccional de este discurso. Eso supuso descubrir qué fue lo que Bolívar quiso resaltar en esa evolución de los manuscritos originales y en las primeras ediciones impresas. Se aprecia qué desechó, en qué insistió, qué corrigió, qué palabras e ideas resaltó. Es un estudio a profundidad.

 

MAPP: ¿Cuál es la novedad de ese planteamiento, si se le compara con la división de los poderes de Locke, que había planteado el poder ejecutivo, el poder legislativo y esa especie de cancillería por su función internacional; luego tenemos al iluminismo francés que propone el poder judicial?

 

ICT: Es interesantísima la figura de Bolívar como filósofo político. Es un hombre preocupado por la guerra, metido en sus hazañas militares, siempre puso la atención en sujetar la República no solo desde ese ámbito militar, sino desde las estructuras políticas y sociales. Bolívar es quizá la figura más original del pensamiento filosófico del siglo XIX con respecto a las ideas de su época.

 

MAPP: ¿Por qué?

 

ICT: En el Discurso de Angostura, que es una pieza magistral, Bolívar da fe de conocer muy bien a Hobbes, a Locke, a Rousseau, a Montesquieu, pero se distancia de todos los contractualistas porque es latinoamericano y como tal es una síntesis del pensamiento moderno (como lo es Latinoamérica, nuestra cultura, nuestra antopología), él es un hermeneuta, un interpretador y un reintérprete de todas esas ideas, como lo decía Montesquieu, según las realidades del suelo donde se está interpretando.

La novedad de Bolívar es que  toma de esas fuentes, pero no solamente de las fuentes de la modernidad. Específicamente en lo que concierne al Poder Moral, él mismo lo dice, va, busca, investiga dónde conseguir  los fundamentos para crear este cuarto poder. Se va a las antiguas Roma, Atenas y Esparta y a partir de esas instituciones de la Antigüedad, unidas a las ideas modernas de la época, hace una fusión de todo, de esos dos manantiales, crea una fuente de virtud para América Latina.

 

MAPP: ¿En qué se corrigió el Libertador? ¿El tema del Poder Moral nace en el Discurso de Angostura? ¿Hubo reescrituras a posteriori? ¿Cuál es el resultado final y la propuesta filosófico-política que es innovadora?

 

ICT: La propuesta es original, novedosa, única de Bolívar, personal como pensador, se distingue incluso del resto de sus contemporáneos. Se plantea bien estructurada en la propuesta de Constitución que le presenta al Segundo Congreso Constituyente venezolano de 1819, pero ya en 1813, luego del éxito de la Campaña Admirable, cuando llega exitoso a Caracas, siente la necesidad de sujetar la República, de que esas victorias militares tengan un respaldo filosófico-político e institucional. Llama al pueblo a conformar un Congreso, pero por las lógicas  y las circunstancias de la guerra en 1813, eso no pudo realizarse. En 1816, luego de las expediciones de Los Cayos, Bolívar vuelve a plantear en Margarita la necesidad de convocar a un Congreso para crear esas instituciones. Convoca a los notables de la época, a los hombres más virtuosos de la Independencia, para crear las bases de la República.

Es en 1817 cuando Bolívar introduce una idea innovadora en toda América, que es la creación del Consejo de Estado. Este es el primer intento de Bolívar de institucionalizar la República y le concede una facultad consultiva y una facultad deliberativa, algo que no existía ni en las provincias liberadas de América Latina ni en ningún otro país. Él convoca a esos notables, crea ese Consejo de Estado y les pide, en 1818, a ese cuerpo que convoque al Segundo Congreso Constituyente, ante el cual Bolívar plantea su primera propuesta constitucional, en 1819, y presenta la estructura del cuarto poder, el Poder Moral, completamente alejada de las estructuras contractualistas de la moderna Europa, adaptadas a la realidad latinoamericana. Allí está la novedad sistematizada

 

MAPP: En esta propuesta de Bolívar, el aspecto de la educación es protagónico ¿cierto?

 

ICT: Correcto. La propuesta del Poder Moral no fue aceptada por el Congreso Constituyente venezolano, pero Bolívar la replantea en 1826 en la Constitución de Bolivia, no como poder aparte, sino dentro del Poder Legislativo, un congreso tricameral, algo que tampoco se había visto en la historia de las ideas y del constitucionalismo europeo ni latinoamericano. Propone una cámara de diputados, una cámara de senadores y una cámara de censores para introducir la idea del Poder Moral. ¿En qué consistía el Poder Moral como cuarta rama del poder público? Él plantea un organismo dividido en una Cámara de Moral y una Cámara de Educación.

El comparaba ese Poder Moral con la institución del  al areópago ateniense, lo llamó incluso «un tribunal verdaderamente santo» porque lo que buscaba era reconstruir la sociedad venezolana, que estaba atomizada, aniquilada y despersonalizada. Él mismo lo dijo en el Discurso de Angostura: «Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, la tiranía y el vicio, no ha podido conseguir ni el saber ni el poder ni la virtud». Para él, la  cultura latinoamericana estaba anclada a la ignorancia, a la tiranía y al vicio, y él plantea el Poder Moral como una oportunidad para sacar al país se esa oscuridad, de esa ceguera, y conducir a la República, no solo por el camino de la fuerza, sino también por el camino de la virtud.

 

MAPP: ¿En que confluyeron los iluministas en la construcción teórica de este Bolívar y, por otra parte, cómo influyó la difícil realidad propia de la región, el contexto del siglo XIX latinoamericano, en esta gesta fáctico y teórica del Libertador?

 

ICT: Bolívar siempre fue incómodo para los revolucionarios de la época y para los realistas. Era un personaje originario. Plantea en la Constitución de 1819 crear un Poder Legislativo compuesto por un Senado vitalicio y hereditario, formado por los padres de la República, los que combatieron por ella, para eternizarla, según sus propias palabras. Al mismo tiempo propone un ejecutivo vitalicio pero elegido; y un Poder Moral elegido por el Congreso. Bolívar trata de beber de las ideas de Rousseau, de Locke y Montesquieu sobre el equilibrio de los poderes. Quiere que el Estado venezolano, naciente en esa guerra tan fuerte, que le había costado tanta sangre al país, tuviera unas estructuras basadas en esas ideas, pero a la venezolana, bebiendo de las aguas de la Antigüedad y de la Modernidad.

 

MAPP: De la Antigüedad habrá tomado la aristocracia, porque se habla de la virtud, del gobierno de los virtuosos, que en la antigua Grecia era aristoi kratos, el gobierno de los mejores ¿En que se separa Bolívar, como republicano, de es idea de la aristocracia? ¿Es democrática esta idea de virtud de Bolívar?

 

ICT: Bolívar se distancia de la democracia aristocrática cuando plantea una democracia popular, nutriéndose del movimiento asambleario de Rousseau. Toma de Locke esa necesidad de reelegir a los gobernantes. Y toma de la democracia liberal las formas de gobierno regional y municipal también asamblearias. Lo que marca la distancia de la aristocracia es precisamente el componente educativo del Poder Moral. No planteaba una educación para los aristócratas, sino para todos. Aunque él mismo había sido fruto de una educación aristocrática, propone una educación popular desde la estructura pública del Estado para todos los ciudadanos. En ese sentido se pone por delante incluso de las ideas nuevas de la Revolución Francesa, porque planteaba la educación gratuita y pública para todos los ciudadanos. Fue el primero no solo en instituirla, sino en practicarla, en ponerla dentro de una estructura del Estado.

 

MAPP: Por favor, explícanos pormenorizadamente las Ideas fundamentales, fundacionales del Discurso de Angostura, de donde surge el Poder Moral.

 

ICT: El Discurso de Angostura es una pieza unida a la propuesta constitucional.  Es la exposición de motivos de la Constitución. Fueron 64 páginas impresas de un discurso que, en palabras de la época, fue muy patético, es decir, sentimental, porque arrancó lágrimas a todos los presentes. Lo que plantea es sujetar la República, ya libre sobre la base constitucional de la tradicional división tripartita, anexándole el cuarto poder bolivariano. Una novedad para la época. Desafortunadamente, la idea no fue aceptada. El Congreso no acepta ni el Senado hereditario ni el Poder Moral. Sin embargo, Bolívar continúa con su idea porque creía que la República debía edificarse sobre la estructura del ciudadano, sobre su formación, para que pudiera existir una conexión entre el gobernante y el gobernado, no a través de la fuerza ni la represión, como sería en un Estado absolutista o de fuerza.

 

MAPP: ¿Rechaza a Thomas Hobbes?

 

ICT: Sí,  rechaza Hobbes en esa idea, pues plantea que  el ciudadano se adhiera al gobernante a través del mecanismo de la educación. Que el ciudadano sepa que puede reclamar derechos, pero sepa que tiene que ejercer sus deberes. Cree en la formación de ese ciudadano republicano sobre la base  la virtud para que pueda existir un equilibrio de las fuerzas democráticas, las instituidas y las constituyentes.

 

MAPP: ¿Por qué no se aceptó esta propuesta? Puedo entender que se le haya dicho que no al Senado vitalicio, pero ¿por qué al Poder Moral?

 

ICT: Existe un apéndice de  la obra de José Gil Fortoul en el que aparece por primera vez esa advertencia. Dice que los más entusiastas constituyentistas aprobaron la idea bolivariana y la vieron como una novedad universal. Otros, más conservadores, pensaron que sería una Inquisición quizá más funesta que la religiosa. Todos llegaron al acuerdo de que era difícil de aplicar en ese momento de la República. Plantean que se haga conocer, a través de la imprenta, a los sabios europeos y del mundo, para conocer su opinión acerca del Poder Moral y, luego, pensar en instaurarla. No tuvo cabida en ese momento, pero Bolívar continúa exponiéndola. Fue una idea original, novedosa que inscribe a Bolívar en la historia del pensamiento universal contractualista y constitucionalista, pues arroja para el mundo de las ideas la que seguramente fue la más novedosa surgida de América Latina en el siglo XIX.

 

MAPP: En una sociedad eurocéntica, en la que las ideas venían de Europa, ¿cuál es el meollo de lo innovador en esta idea del Poder Moral de Bolívar?

 

ICT: Tengo que citarte a ti y citar al programa que hiciste con el maestro Enrique Dussel, para decir que Bolívar, sin duda, es consciente de que América Latina tenía que construir un Estado, incluso, una sociedad, a su manera. Era consciente de que no se podían transplantar las estructuras republicanas europeas ni las de Estados Unidos a la Venezuela del siglo XIX que le tocó gobernar. Lo deja claro en 1826, cuando dice que la doble cámara europea era una consecuencia de la disputa entre la nobleza y el pueblo. El pueblo está representado en la cámara de diputados y la nobleza en la de senadores. En Venezuela y en América Latina no hubo nobleza.

Era otro punto de partida para estructurar el Estado. No se podía partir de la realidad de las monarquías europeas porque aquí no hubo monarquía. Veníamos de 300 años de colonia y pasamos directamente a un Estado democrático construido sobre una libertad arrebatada por medio de las armas. No hubo ese paso de la monarquía absolutista a una monarquía constitucional o a una democracia liberal.  Al incluir el Poder Moral, Bolívar consideró una realidad que no conocieron los filósofos europeos, que es la de la educación. ¿Por qué Bolívar consideró necesario el Poder Moral? El Poder Ejecutivo está relacionado con el uso de la fuerza; el Legislativo, con el mecanismo de discutir las reglas; y el Judicial, con hacerlas cumplir.

Bolívar veía en la moral y la educación los elementos humanos cruciales para la regeneración de la sociedad y el replanteamiento de las estructuras de un Estado a la venezolana. Por eso el Poder Moral, y esto lo digo ampliamente en el libro, es quizás la estructura de poder más humanista que se ha planteado la filosofía política moderna y que Venezuela la ha retomado en la contemporaneidad. No existe una estructura de Estado tan humanista como el Poder Moral. La monarquía no lo es porque es una estructura personalista que arropa los antojos y los caprichos de un monarca; el Poder Moral es una estructura pública, anclada al Estado, para la educación pública, gratuita y popular de todos los ciudadanos de la República. Eso no lo pensó nunca ningún filósofo europeo.

 

MAPP: La historia de la colonias de España es diferente, por ejemplo, al caso Brasil con Portugal, donde hubo una transición concertada entre el hijo de un monarca y el nacimiento de un Estado brasileño moderno. Aquí nosotros nos ganamos centímetro a centímetro nuestra libertad, nuestra soberanía. Ahora, hay un aspecto fundamental, muchas veces soslayado, incluso por los historiógrafos del siglo XIX venezolano: es el  rol que tuvo la comunicación, la publicación. Tengo entendido que este Discurso de Angostura fue publicado en el Correo del Orinoco en varias entregas. Entonces, tenemos el pensamiento como hacedor de realidades y el de la comunicación de ese pensamiento a través de los medios de comunicación. En ese ámbito, Bolívar no fue solo un pensador, un filósofo político, sino también un excelente comunicador, democratizador y, aunque no me gusta la palabra, un divulgador.

 

ICT: Correcto. Bolívar escribió este manuscrito, a puño y letra algunas veces, la mayoría dictados a su amanuense, Jacinto Martel. Hay tres testigos, tres manuscritos corregidos por Bolívar y dos versiones impresas. Tenemos dos borradores. Tenemos el discurso que leyó, una especie de libreto que por su limpieza y pulcritud se sabe que es el original. Fue divulgado en el Correo del Orinoco, y entregado de inmediato a su coronel Hamilton para que fuera traducido al inglés y difundido en el continente europeo. Bolívar era consciente de la necesidad diplomática de que se supiera en Europa por dónde iba la Independencia venezolana.

Fue a través de este discurso que se conocieron las ideas. Este discurso catapultó a Bolívar como máximo líder militar y político y como jefe de Estado. Se entendió que Bolívar no se impuso solo a través de las armas, sino a través también de las ideas. Fue así como en Europa se entendió que ya la República se había construido y es cuando se sientan las bases de la Segunda República en Venezuela. Era consciente de la necesidad de publicar sus ideas. El discurso se publicó en cuatro entregas del Correo del Orinoco porque no cabía en una sola.

 

MAPP: Como investigador, tuviste acceso a estos archivos, por ejemplo en Bogotá. ¿Dónde están los documentos que analizaste en este reciente libro?

 

ICT: Los manuscritos originales del Discurso de Angostura se encuentran en el Archivo del Libertador, en Caracas, mientras en Bogotá hay algunos testigos o testimonios, como se les dice técnicamente. Están en la Biblioteca Nacional de Colombia, donde tuve acceso en mi paso por Colombia como funcionario diplomático. Estudié mucho la grafía, sobre todo desde el punto de vista de los cambios que Bolívar le pudo haber hecho a su propio texto. Es interesante que la última corrección que le hizo Bolívar al Poder Moral fue sobre la última edición que se conoce, hecha en 1820 en Bogotá. Cambió una palabra: planteaba el Poder Moral como una institución efectiva  y cambia esta palabra  por ejecutiva. Eso se consigue en la historia redacción al de los documentos.

 

MAPP: Es inminente la publicación de tu obra, que será un aporte interesantísimo y por eso te pregunto cuál es la actualidad del Poder Moral de Bolívar en la Venezuela de hoy, sobre todo porque como buen alumno de la metodología jesuita, tu culminas tu libro con una propuesta, que toma una envergadura esencial si pensamos que hay un proceso constituyente en estos momentos en el país.

 

ICT: No se puede leer un texto sin que tenga un impacto pragmático en la situación actual de quien lo lee. Mi rol ha sido estudiar este texto, como un lingüista, desde el punto de vista histórico y filosófico-político, pero también traducir esas ideas a la actualidad, como lo haces tú cada viernes en tus programas. Recuerdo las palabras de Humberto Eco, quien decía que hay que llenar los espacios vacíos que los textos dejan. Bolívar presentó una propuesta concreta.

Me atreví a proponer una reinterpretación del Poder Moral, 200 años después. El Poder Moral fue asumido, adoptado y adaptado por la Constituyente de 1999. Se recogió lo que se había olvidado e ignorado por los constituyentistas por 200 años. Se plantea el Poder Ciudadano, que recoge sobre todo el vector contralor del Poder Moral. No sucedió lo mismo con la función docente del Poder Moral planteado por Bolívar. No lo hizo porque  en la contemporaneidad esa función está amarrada al Poder Ejecutivo.

La Constituyente de 1999 deja esa función educativa en manos del Ejecutivo y forma el Poder Ciudadano con tres organismos: la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República, y uno nuevo que es la Defensoría del Pueblo. Mi propuesta, que la presento hoy en tu programa, para Venezuela y los demás países,  es retomar ese vector educativo planteado por Bolívar en su Poder Moral e incluirlo en el Poder Ciudadano actual. Hemos olvidado la función docente y hoy más que nunca es urgente poder dotar al Poder Ciudadano de un organismo que sea la cuarta pata, pues tal como está conformado carece de ese equilibrio que planteó Bolívar para unir la función contralora del Estado con la función educativa.

En este libro he planteado que se incorpore al Poder Ciudadano una junta de educación nacional, integrada por magistrados, que se nutra de las vertientes territorial y sectorial. Así podríamos aprovechar la oportunidad histórica de esta Asamblea Nacional Constituyente para crear e incorporar este organismo, que rija y dirija la educación nacional. La educación es el tema donde terminan muchas tertulias y debates. Gran parte del conflicto político, social, estatal es producto de una debilidad en la educación. Esto lo hemos oído decir desde que éramos niños.

 

MAPP: Un neoliberal e, incluso, un liberal, un  liberals, como se dice en el mundo anglosajón, un progresista,  preguntaría si no se está planteando una beligerancia demasiado grande de la  educación en la formación del individuo en el siglo XXI, al que se nos quiere vender como autónomo y libre de toda amarra. ¿Es posible aplicar estas ideas bolivarianas en el siglo XXI?

 

ICT: Sí, sobre todo en Venezuela donde ya existe esta estructura constitucional del Poder Ciudadano. La idea es una junta popular, democrática, donde se pueda deliberar y decidir sobre la educación nacional. Una junta formada por padres, madres, maestros y maestras, profesores y profesoras, jubilados y jubilados, campesinos y campesinas, comunidades indígenas, empresarios de educación y todas las comunidades que tengan que ver con el tema. Que se discuta cada aspecto de la educación. Es para repensar las estructuras del Estado, teniendo como luz la educación. Y es el verdadero motor que impulsa cualquier revolución y la revolución educativa es la más profunda que pueda existir. Es la que transforma al ciudadano, la que lo saca de la oscuridad, como decía Bolívar, y lo transforma en una fuente de virtud para su familia y toda la República.

 

MAPP: Se trata entonces de colocar la educación en el epicentro del debate a partir del bolivarianismo. ¿Qué le faltaría a la Constitución, a la discusión constitucional?

 

ICT: El tema educativo  está planteado, incluso en la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, por ejemplo, se habla del propósito de constitucionalizar las misiones. Es decir, que se siente la necesidad de constitucionalizar ciertos programas, entre ellos los educativos. Yo propongo que esos temas sean adelantados, y también construir una estructura desde el Estado pensada a partir del ser humano, del ciudadano republicano. No es un órgano más, sino uno que logre centrar al ser humano, al ciudadano republicano como el epicentro de ese poder. Es crear equilibrio en el Poder Ciudadano actual que incorporó la función contralora, pero no la educativa.

 

MAPP: En medio de discusiones nacionales, algunas tan vacuas, siendo autocríticos, acá surge toda una discusión bolivariana, estructural, sobre los fundamentos éticos, indentitarios, sociales y políticos que pueden, a partir de la filosofía política de Bolívar, darnos luces para salir nosotros de esta crisis (partiendo de la definición griega, ruptura) que vive la sociedad venezolana.

 

ICT: No hay duda de que en las actuales circunstancias venezolanas, el tema humano, formativo, espiritual es crucial. Es el nudo donde todo se está jugando para conseguir la estabilidad que todos anhelamos, la paz y las condiciones de un Estado para construir una patria no solo fuerte, sino también virtuosa. Esta propuesta va en sintonía de esto. Recuperar la dimensión humanista del pensamiento bolivariano, considerar el ser humano como centro del sistema político.

La planteo en Venezuela para que podamos conseguir un punto de encuentro, que sea el ciudadano, el republicano, que seamos nosotros los venezolanos el elemento, la categoría ontológica, incluso metafísica de la reconstrucción, del reencuentro nacional. ¿Y dónde ir a buscar eso si no en Bolívar? ¿Dónde ir a buscarla  si no en la educación del venezolano? Creo que esa allí donde tenemos que poner el esfuerzo porque la formación y el reconocimiento del otro son temas educativos que tocan la moral y la espiritualidad.

 

MAPP: Naciste en 1978, eres graduado en Maracaibo, con estudios en Madrid y Roma, has sido profesor en Bogotá y ahora estás de nuevo aquí, en Venezuela. La tuya es una biografía que lleva un mensaje sobre apostar por este país, de estar, reflexionar y actuar por este país.

 

ICT: Es difícil terminar con algo personal, pero sí, aposté a Venezuela y apostaré siempre por mi país. Cuando salí a estudiar al exterior, nadie se iba. Cuando regresé, mucha gente se estaba yendo. Siempre he ido en contra de la masa, pero cuando uno es movido por el deseo de enaltecer el bien común,  uno sabe que es el camino. Yo sé que ese también ha sido tu camino. Se trata de abrir brechas, de proponer, de pensar a largo plazo y apostarle a la construcción de un país en el que todos los venezolanos podamos crecer, vivir en paz y armonía y que tengamos un Estado no solo fuerte, sino  virtuoso, como lo anhelaba Bolívar y que tanta falta hace.

 

MAPP: No tengo absolutamente nada que adjuntar a tus reflexiones. Creo que tu biografía, tus estudios, tus escritos, tus experiencias hablan por ti y por todos nosotros. Venezuela es una patria de futuro, de potencialidades y de acciones. Cuidado con aquellos que nos siguen vendiendo un patria improbable e inviable. Ian Carlos Torres es una de las pruebas de que esa patria tiene mucho, mucho futuro.

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