IMPERDIBLES DEL PERIODISMO (19): AMBROSE BIERCE
Imperdibles del Periodismo (19): Ambrose Bierce se refiere a su Diccionario del Diablo (o del Cínico), una obra maestra en su género. JCDN.
El escritor y periodista norteamericano Ambrose Bierce (1842-1914?), fue construyendo su Diccionario del Diablo por entregas periodísticas entre 1881 y 1906. De lo semanal a lo esporádico.
Inicialmente se publicó con el título de “Vocabulario del Cínico”, mucho más afín con el espíritu irreverente del Libro. Con este glosario ácido y apóstata, Bierce se colocó con Mark Twain a la Vanguardia del Humor Negro de Estados Unidos.
Las acepciones tremendistas de este Anti-Diccionario, son consecuentes con la rebeldía, calidad escritural y sarcasmo de nuestro autor.
El lector activo, ciudadano descreído de las convenciones políticas y morales, agradece este instrumento contundente y punzo-penetrante que hiere el despropósito del Poder opresor.
El Diccionario, como las Academias acostrumban casi siempre para mal, cuenta con un equipo transdisciplinario desacreditado: El Diablo, su coordinador, amén de heterónimos como el cura jesuita Gassalasca Jaspe, Anita Bobe, Stromboli Smith, y otros cómplices des-almados.
Entre las áreas temáticas más maltratadas, tenemos la política, la religión e incluso el periodismo. Para muestra algunas cuentas, herejes por demás, de este rosario inverso.
LEE AQUÍ: EL DICCIONARIO DEL DIABLO DE BIERCE
Diccionario del Diablo
Congreso: Grupo de personas que se reúnen para echar atrás leyes.
Demagogo: Un rival político.
Político: Anguila que se encuentra en el barrizal sobre el que se construye la superestructura de la sociedad organizada.
Moda, s. Déspota a quien los sabios ridiculizan y obedecen.
Cura: Caballero que manifiesta ser dueño del camino más corto hacia el paraíso, y desea cobrar peaje para pasar por él.
Defunción: La materia prima de la cual la teología sacó el reino de los cielos.
Censor: Representante de ciertos gobiernos, encargado de hacer desaparecer los trabajos de los genios.
Corresponsal: Escritor que tantea su camino hasta la verdad y la disipa después con una tormenta de palabras.
Editor: (…) Dueño de los misterios y señor de la ley, (…), con su rostro inundado por la tenue luz de la Transfiguración, las piernas cruzadas y boquiabierto, el editor plasma su testamento sobre un papel y lo corta a su medida.
Principio: Algo que para mucha gente se confunde con el interés propio.
Además de esta fuente de consulta, el cual conduce a un callejón sin salida, recomendamos la lectura de dos obras literarias asociadas: La novela Gringo Viejo de Carlos Fuentes, aproximación a una biografía imaginaria de Ambrose Bierce, y, eso sí, el cuento El pupitre de un cínico de Sol Linares, homenaje al Diccionario que desnuda los malestares de las escuelas, liceos y universidades.
Como nos dice el polígrafo Nelson Guzmán, ¡No pelen ese pedal, so pena que politicastros y burócratas los suman en un mortal aburrimiento!
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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC
