José Carlos de Nóbrega ha asumido el ensayo literario como carta de presentación. Lo cual es fruto inevitable de sus muchas lecturas, constantes, variadas, extrañas; muy parecidas a sus incansables conversas con tantos incondicionales amigos, “los poetas”, con quienes se reúne por esos mundos, en librerías, exposiciones, conversatorios, aunque también por tantas tascas y bodegones y cervecerías, para comentar la varia invención de los escribas, de los fabuladores, de los rapsodas, en fin.

 

 

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Y ha venido él soltando hoja tras hoja, página tras página sobre sus lecturas atentas de esos otros y otras que gustan de escribir para que otros los quieran, tal como me parece recordar que dijo el Gabo; en todo caso, José Carlos se topa con ese libro por allí, en un ventorrillo u obsequiado por alguien, o descuidado por allí sin más, y le presta mucha atención, lo mira por todos sus costados para descubrir de qué va la cosa, y es entonces cuando se pone a darnos nociones de lo leído, de aquello sentido por esos otros, muchas veces olvidados, perdidos, ignorados.

 

El descubrimiento, pues, es otra ocasión de tertulia, y puede que la misma se dé entre amigos sentados en una barra o en un café, o con unos cuantos desconocidos que se animan cualquier tarde a irlo a escuchar en un museo, en una escuela o en una librería.

 

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El hecho cierto es que José Carlos nos invita a leer, a buscar a ese otro, a esa otra de quienes no teníamos ni idea que andaban entre nosotros, próximos desde lo que escriben, desde lo que han sentido y visto ya hace tiempo o hace poco, no importa; lo relevante es que él nos antecedió en el encuentro y ya es nuestra hora de la cita.

 

Ese es el mérito de José Carlos, precedernos y luego invitarnos a tantos milagros, como estos que ahora se recogen vía digital, vía web en la página del Minci (http://minci.gob.ve/2018/04/escrutadores-de-almas-esquivas/); lo que también vale, dadas esas tantas circunstancias que no deben privarnos de lo hermoso.

 

Él ha llamado a esta alternativa libresca “Escrutadores de almas esquivas” (gusta de esos nombres con resonancias del Siglo de Oro), y ya muchos en verdad las han ido leyendo por tantos medios de papel y tinta desde tiempo ha.

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Solo que ahora se nos presentan como abreboca de todo ese trajinar de años de José Carlos por entre los libros ajenos y sus creadores. Bien vale su lectura entonces ante la PC para luego irnos a encontrar, palpablemente, el libro sugerido o, por qué no, irnos a comentar la cosa con el propio José Carlos, por ahí cerca del MUVA, tomándonos una más u otro café; lo importante es seguir la tertulia y enterarnos qué anda leyendo en estos días.

 

 

 

Ramón Núñez / Dame Letra / Ciudad VLC