Este sábado, Alemania celebra el trigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín y la reunificación del pueblo germano.
La estructura fue construida el 13 de agosto de 1961 y permaneció en pie exactamente 10.316 días, dividiendo durante ese tiempo a la ciudad y al país.
Finalmente, comenzó a ser demolido el 9 de noviembre de 1989, y es recordado como un auténtico ícono de la Guerra Fría y de todo el siglo XX.
¿Cuál fue el impacto de la caída del muro?
El imperialismo alemán deseaba anexarse Alemania del Este para tener mano de obra más barata, utilizar recursos económicos y mostrarse como líder del continente europeo, aunque sin competir con EE.UU.
La caída del Muro de Berlín abrió un debate en la izquierda y la mayoría de los partidos comunistas se reconvirtieron en socialdemócratas.
Algunos plantearon la consigna de “reunificación ya”, creyendo que más allá de que la unificación se hiciera bajo dirección imperialista, lo importante era que la suma de las dos clases obreras fortalecería al proletariado alemán.
Decisivos cambios
Este cambio tan radical después de casi tres décadas de división impulsó decisivos cambios en el rumbo ideológico, político y económico no solo de Alemania una vez reunificada, sino también de muchos países europeos, así como la disminución de la tensión militar de la zona.
Desde la geopolítica, este trascendental acontecimiento contribuyó al fin del periodo de la guerra fría.
En el plano económico, se iniciaron las privatizaciones de empresas estatales en la RDA, y se generaron cuantiosos subsidios para paliar las debilidades en la economía y nivel de vida de los alemanes radicados en la RDA.
Todo ello implicó un periodo de tránsito difícil para las finanzas de la naciente república ya reunificada,
Se elevó la tasa de desempleo y el PIB cayó de manera significativa. Desde el punto de vista militar, se disminuyeron los gastos en esa área, debido a la salida de los ejércitos extranjeros y las representaciones militares en territorio alemán.
¿Qué ocurre en la actualidad?
Actualmente, la división de los trabajadores alemanes continúa, separada por un muro invisible, donde en la ex RDA reinan la inflación, la desocupación y la diferencia salarial con la parte occidental.
Los trabajadores de Occidente venían de sufrir varias derrotas que les permitió a los países imperialistas (sobre todo a GB y EE.UU.) imponer lo que se llamó el “neoliberalismo”.
Algo llamativo durante los días posteriores al derribo, fue que comenzaron a llegar ofertas desde el extranjero, de personas interesadas en comprar los fragmentos pintados del muro, según relata la lingüista e historiadora Anna Kaminsky, autora del libro «Dónde están los restos del Muro de Berlín».
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Ciudad VLC/Actualidas RT/Telesur