Las invasiones de los Estados Unidos de América (USA) se han encerrado en un largo tradicionalismo, ningún país de América Latina y el Caribe ha dudado de esa atormentada situación.
En el siglo XIX, las han tenido en México (1845-1848), Nicaragua (1855), Puerto Rico, Cuba, Guam, Filipinas y Hawái (1898). En el siglo XX en Panamá de Colombia (1903), Guatemala (1954), Cuba (1961), República Dominicana (1965), Chile (1973), Argentina (1982), Granada (1983), Panamá (1989), Haití (1994), etc.
Al estilo de la Doctrina Monroe
Las invasiones de USA, con el pretexto de imponer la Doctrina Monroe contra la autodeterminación de los pueblos, condujo a que: México perdiera el 55 % de su rico territorio; Puerto Rico perdiera el 100 % de su independencia como “Estado Libre Asociado” que socava su soberanía; Cuba cediera, por la Enmienda Plat, la franja de la base naval de Guantánamo.
Todo un escamoteo basado en la dominación, subordinación y expansión yanqui.
El hecho de la política imperialista de USA de perder sentido y amplitud en lo económico, político, social e ideológico, induce a todos los pueblos del mundo a poner acento en su independencia y soberanía. Todo intento de resistirse a la compleja, paradójica o contradictoria conducta imperialista y orientarla en un sentido diferente constituye una quimera.
Cuba, Nicaragua y Venezuela, distantes del control de Estados Unidos, oponiéndose a su subyugación, han sido víctimas de variedad de acciones políticas, militares, diplomáticas, mediáticas, de espionajes, de amenazas, actos terroristas y de sabotajes, bloqueos de todo tipo, invasiones, intentos de magnicidios y asesinatos, etc.
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El momento actual es muy peligroso, se cierne sobre Venezuela la amenaza de la intervención militar de USA, legitimada por Colombia donde hay más 9 bases militares yanquis.
El presidente Maduro, exhorta a la fuerza armada y a su pueblo a defender la paz y denunciar a los que desean la invasión y utilizan la guerra mediática irresponsablemente.
JJ Álvarez