El ave Fénix, de acuerdo con la leyenda mitológica, es un pájaro envuelto en llamas que se consumía por el fuego y luego resurgía de sus propias cenizas. Es la simbolización de levantarse ante las adversidades, algo que experimenta el esgrimista Rubén Limardo, uno de los tres campeones olímpicos de Venezuela.
Limardo, ganador del oro en Londres 2012, llegó el martes a las siete de la mañana a Cochabamba, Bolivia, y enseguida fue al pabellón de esgrima de los XI Juegos Suramericanos para competir en espada.
Allí, sin el descanso adecuado, pasó las rondas eliminatorias y en semifinales derrotó 13-8 al colombiano Jhon Rodríguez y luego 15-8 al brasileño Athos Schwantes para ganar la medalla dorada.
El lauro significó su segunda presea de oro del año, tras la conseguida el pasado 30 de abril en el torneo Memorial Antonio Franza del circuito polaco de esgrima, uno de los más prestigiosos de Europa. Es, además, el tercer podio tras el bronce que logró en febrero en la Copa Puschar de Polonia.
«En la copas mundiales siempre perdía por un toque para el pase a ocho, o para el pase a 16; y esto me da confianza porque aquí hicimos el trabajo que hemos estado haciendo (en Polonia) con Ruperto Gascón», dijo este martes a los medios venezolanos.
Previo a la cita suramericana, Limardo compitió el 11 de mayo en la Copa del Mundo de Francia, y el 25 de mayo en el Grand Prix de Cali, Colombia. Logró el puesto 17 en ambos torneos.
Sumado a ello, entre enero y marzo el atleta oriundo del estado Bolívar ocupó el undécimo lugar en el Grand Prix de Budapest y el puesto 13 en la Copa del Mundo, en Alemania, un torneo en el que ha ganado siete medallas de por vida (tres de oro, una de plata y tres de bronce).
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Limardo, de 32 años, sostiene que esta nueva medalla se trabajó, principalmente, con base a un método de renovación de su técnica que cumple en Polonia junto a otros tiradores venezolanos.
«Un atleta de alto nivel siempre tiene que estar cambiando su esgrima», dijo tras explicar el método que empleó para derrotar al brasileño Schwantes por quinta ocasión de su carrera. «Si sigues haciendo lo mismo te estudian, te analizan y no tienes resultados. Hemos hecho un trabajo en Polonia que es muy importante», dijo.
El campeón olímpico asegura que el oro suramericano, el sexto que consigue en la justa desde la edición de 1998 entre individual y equipo, lo llena de confianza y ánimo para afrontar su próximo reto: el Campeonato Panamericano programado para junio en Cuba.
Mientras llega la cita la isla caribeña, el espadista seguirá al frente de la selección masculina en los Suramericanos, donde aspira forjar una nueva dorada en la modalidad por equipos.
«Espero que en por equipos podamos llevarnos una de oro, a pesar que tenemos un equipo joven pero los muchachos responden muy bien. Somos los favoritos porque hemos ganado el Campeonato Panamericano del año pasado».
Ciudad VLC/AVN
