Si a algo venimos a este mundo es al sentir a profundidad. Y son, quizás, los versos delirantes y sublimes de la poesía los que nos aproximan a la máxima expresión del alma, y que se refleja como una luna de corazones en lo escrito o en lo recitado, traducido por poetas, quienes cada 21 de marzo celebran fulgurosos su día especial.

 

Es una osadía intentar penetrar en los lugares más inhóspitos de una poetisa. Allá, donde retorna el ser en olas oceánicas de sensibilidades hechas palabra. Sin embargo, no hay de otra que navegar en esas aguas en un batiscafo y descubrir qué se encuentra en el fondo.

 

Siempre habrá alguien que desnude su alma para ser contemplado en su esencia. Es otra manera de detener al mundo a fin de honrar y quedar, como lo que dice Fito Páez en su poema-canción Al Lado del Camino; siendo este el caso de Lò Antonelli, poeta, arquitecta y realizadora de audiovisuales, oriunda de Upata y caraqueña por convicción.

 

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¿Recuerdas cuando descubriste la poesía?

No recuerdo exactamente cúando nos topamos por vez primera formalmente a través de algún libro, de algún autor, pero ciertamente la curiosidad por conocerla surgió de mi inseparable compañera: la música. Sin duda, la puerta se abrió en alguna letra, en algún acorde, en alguna melodía.

 

¿Descubriste a la poesía o ella te descubrió a ti?

La música nos descubrió, nos conectó, y desde entonces cada encuentro nuestro, cada instante de creación, ha estado enlazado por lo sonoro. Sin la música, sin los sonidos de la naturaleza, no es posible que cobre vida alguno de mis escritos.

 

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Antonelli: “La poesía es piel absolutamente. Y es vísceras, latidos y alma”.

 

¿Aún recuerdas tu primer poema?

No, porque creo que nací escribiendo… desde que recuerdo, mi cabeza siempre ha sido el fondo sobre el que he ido registrando todas esas frases que surgían de mi creciente interés por todo lo que me rodeaba, más aún si en ello estaba implícito algún descubrimiento, alguna novedad, algún movimiento.

 

¿Tienes algún poema favorito, tuyo o de alguien más?

Tengo un compendio de poemas entrañables de varios autores, entre los que recuerdo ahora están los siguientes de Lorca: Gacela primera, Del amor imprevisto, Llagas de amor, El poeta pide a su amor que le escriba. En el caso de Salinas: Yo no necesito tiempo, ¡Sensación de retorno!, De Largo Lamento: No me sueltes. Entre los de Neruda: La canción desesperada, De Estravagario: Pido silencio, De Cien sonetos de amor: II.  Y de Valera Mora: Sueño uno y Canción del soldado justo.

 

Un poeta o una poetisa que te haya inspirado o motivado a ser quien eres…

Ha sido más bien un quinteto de poetas los que me han inspirado: Lorca, Neruda, Kavafis, Valera Mora, Baudelaire.

 

¿Pudieras categorizar tu poesía?

Siempre he tratado de mantenerme a distancia de las etiquetas, categorías y títulos, así que lo último que aspiro es a encajonar mis escritos, más aún cuando surgen de una indagación constante, reflexiva, intuitiva sobre el sentido profundo, esencial de la existencia y sus infinitos matices o realidades.

 

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Siempre habrá alguien que desnude su alma para ser contemplado en su esencia.

 

¿La poesía es piel también?

¡Absolutamente! Y es aún más que eso, es vísceras, latidos y alma, si es que eso existe.

 

¿Es la poesía la puerta al sentir en libertad como forma expresiva y de lucha para la mujer?

Lo que hace libre e invencible al ser humano, trascendiendo el tema de géneros, razas y fronteras, es su capacidad de crear, y dentro de esas manifestaciones creativas, la poesía es junto a la música la que más se aproxima a darle forma, color y contenido a las más excelsas utopías a lo largo de nuestra evolución.

 

¿Qué es la poesía?

Es una galaxia punzante, inquisitiva, transgresora, que se posiciona en cada intersticio de la condición humana a fin de mostrar y trascender aquellos hechos, emociones y estados del ser, así como de la naturaleza de las cosas, al cuestionar y proponer cambios en la “realidad” a través de nuevas y renovadas percepciones.

 

¿Ha sido para ti la poesía un pañuelo de lágrimas en algún momento?

Desde mi perspectiva ha sido más bien una confidente, una especie de psicoanalista empática, disponible en los momentos más difíciles, sin horarios establecidos ni prejuicios con ningún tema.

 

Mirada

Contrastes que aturden

símiles que empalagan

donde convergen sin rozarse

esas miradas y acciones

que escapan de sí mismas

en un frenético encuentro

donde los espacios externos

y los del alma se van agrietando

ante el miedo que entumece

cerrando el muro que nos aísla

de esas frecuencias altisonantes

que nos hacen vibrar

 

¿Cómo se vive la poesía desde la realidad actual?

Vivimos un momento histórico acelerado. La inmediatez de la información, de los avances tecnológicos, ha propiciado un distanciamiento entre los seres humanos, y eso sin duda ha calado en la forma en que se transmite y se percibe la poesía y las demás manifestaciones artísticas, al punto de ir reduciendo la extensión y modo de mostrarse. Estamos en una época donde menos es más, y no necesariamente referido a un tema de calidad, sino del poco interés en detenerse a cuestionar la obra porque hay que pasar a la siguiente.

 

 

¿Para qué sirve la poesía?

La poesía sirve de silencio… es el espacio de reflexión donde se detiene el ruido, la violencia, la intolerancia, los miedos, el sufrimiento o la alegría, es el lugar de la pausa, desde donde se observa, con una agudeza casi infantil, todo cuanto esté rozando los sentidos para ir un poco más allá.

 

¿Es la mujer en sí un poemario de páginas rotas con el síndrome de la Torre de Babel?

Cada ser humano lo está, esencialmente, y en distintas escalas todos estamos rotos, la cantidad de fragmentos depende de la “realidad” de cada quien, de su sensibilidad. Lo relevante del tema es la capacidad que cada uno tenga de unir esos fragmentos y continuar divirtiéndonos en el recorrido a fin de no dejar de sentir curiosidad por todo lo que nos rodea, de explorarnos, de respirar profundo.

 

 

Ciudad VLC / Jesús González / Fotos Cortesía