OTAN

En medio del aluvión de noticias en el que se sumergen los distintos aspectos de la vida y del país, se ha dejado pasar, con muy poco análisis, comentarios, críticas y cuestionamientos, la firme intención de Colombia de ingresar a la Organización de Países del Atlántico Norte, conocido por sus siglas OTAN.

Aunque ese deseo de la oligarquía neogranadina tendría que pasar por el resultado de las elecciones del próximo 17 de junio, ya se puede dar por descontado qué es la política guerrerista de Juan Manuel Santos para desestabilizar la paz en la región suramericana y los avances logrados con la instalación del Consejo de Defensa de UNASUR. Nuestras autoridades deben elevar en cada rincón del mundo diplomático una voz de protesta contra esta medida conspirativa.

El despliegue de bases militares en la frontera de Colombia, con sus países vecinos más la presencia de las fuerzas de la OTAN colocan al país vecino en una especie de Israel tropical, meneándole no sólo la colita a Estados Unidos, sino hasta despojándose de su vestimenta. Es así como el Imperio más grande del planeta controla a los gobiernos ya recuperados por la vía de los golpes parlamentarios, mediante elecciones cuestionadas.

Pocos años después del cese de la Segunda Guerra Mundial, específicamente el 4 de abril de 1949, se firma en Washington el Tratado del Atlántico Norte en el que surge la alianza militar denominada Organización del Tratado del Atlántico Norte. En la práctica toda su política es el avance tecnológico de las armas convencionales, nucleares o la aplicación de la guerra asimétrica.

Todo es una secuencia. Ahora bien, concatenado y revisando escritos e informaciones llegan a la memoria las declaraciones del Almirante James Stavridis, ex Comandante de la OTAN, quien el año pasado señaló en una entrevista para la revista Time que «Venezuela podría significar una dura carga para los recursos de los países vecinos, incluidos los EEUU, quien podría estar obligado a ayudar a una población desplazada y en riesgo.

El caos también podría abrir una puerta a traficantes de drogas» Además reveló que lo idóneo sea la intervención militar en nuestro país, tal como lo ha propuesto el presidente Donald Trump…

Aturde el silencio de los medios: ante el triunfo de la revolución en el pasado proceso electoral y la debacle de los factores oposicionistas, que no lograron cautivar al electorado, con la promesa de la dolarización de la economía y la eventual negociación con el nefasto Fondo Monetario Internacional, poco, por no decir ninguno, han sido los espacios que los tradicionales medios de comunicación, con sus sesudos analistas políticos, han dedicado para analizar esta dramática situación, que entierra las aspiraciones de Henry Falcón de convertirse en el líder de la oposición.

Aunque algunos dizque analistas económicos elevan sus plegarias y le rinden culto a la moneda del Imperio, el resultado electoral del 20 de mayo evidenció que ese no es el tomate que adorna la ensalada del pueblo venezolano, no es eso precisamente lo que le quita el sueño.

Offside… quien está capitalizando, muy astutamente, el resultado de esa derrota es el pastor evángelico: reconoció enseguida el triunfo del chavismo, y hasta fue a Miraflores y se reunió con Nicolás.

 

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Por: Plataforma de Periodistas

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