Bill Gates

¡Fin de mundo! Ante hechos así las abuelas advertían: “El mundo se va a acabar en candela”.

Que hackeen al genio del ciberespacio es como si al pirata Francis Drake le hubieran robado los barcos en el lago de Maracaibo, cuando lo encandiló el relámpago del Catatumbo, allá por 1595.

Dicen que entre bomberos no se pisan la manguera, pero a Bill Gates le aplastaron hasta el camión. “Bien hecho”, refunfuñó una vecina a la que a cada rato se le cae Internet.

Son cosas que pasan. En Venezuela hay policías que entran a un barrio y salen sin patrulla.

En Colombia, unos narcos denuncian en la jefatura a los que le vendieron una mercancía alterada.

Don Juan Tenorio murió de arrechera porque le pegaron unos cachos. Bernabé tumbó a Ramos Allup. No estás solo, Bill.

 

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Earle Herrera

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