RECUERDOS DE DOSTOIEVSKI

Recuerdos de Dostoievski consiste en una revisita a la obra literaria de este maestro y visionario ruso. JCDN.

El escritor ruso Fedor Dostoievski

En estos tiempos revueltos, nos hemos dedicado a revisitar algunas de las novelas de Fedor Dostoievski: Recuerdos de la casa de los muertos (1861), Memorias del hombre del subsuelo (1864), Los endemoniados (1872) y Los hermanos Karamázov (1880). Ello paralelamente a la infaltable biografía que le tributó Henri Troyat, publicada en 1946. Estas lecturas no me deprimieron sino que me pusieron atento a la auscultación de nuestro tiempo. El escritor ruso no sólo se preocupó por su entorno, previo a la Revolución Bolchevique, sino expresó convulsivamente la legión de su mundo interior.

Los personajes variopintos de sus novelas fueron tomados de la Rusia pre-revolucionaria, así como también de la configuración de su propia alma atormentada. Asimismo, muchos de ellos encarnaban el contingente mundo de las ideas en plena confrontación: nacionalismo y mesianismo de la Madre Rusia, liberalismo, nihilismo, anarquismo, socialismo y cristianismo ortodoxo activo. La muerte simulada en el paredón de fusilamiento más la ulterior condena a trabajos forzados de cuatro años en Siberia, lo llevó de la revolución al pensamiento conservador. Su fluencia se haría notar en libros y ópticas distintas como Archipiélago de Gulag (1973) de Aleksandr Solzhenitsyn y Poesía para presidentes, el más reciente título del venezolano Enrique Mujica.

Una edición de la biografía de Henry Troyat

Estos “Recuerdos de Dostoievski”, más allá de la banalización y el envilecimiento del discurso y el ejercicio político hoy, configuran –a 138 años de su muerte y concurrido funeral un día después- un propósito doble: Evidenciar la maestría de su oficio narrativo y aclarar nuestra mirada del caos mundial en lo que va del siglo XXI. Por supuesto, más allá de las gríngolas impertinentes de la propaganda ideológica y la piedra de tropiezo de las modas estéticas.

Tanto es así que su obra es invocada de manera equívoca por las posiciones más extremas: desde el “zarismo” ultraconservador que acoge al neoliberalismo, hasta el “zarismo” estalinista anacrónico (Papá Stalin), ambas verificables en el siglo que nos toca vivir. Se pierde de vista, por ejemplo, el tema universal de la adaptación al medio que Dostoievski heredó del Quijote de Cervantes, sumado a la transición de su propia obra del realismo al hiperrealismo como adelantado asombroso.

La novela editada por Bruguera y traducida por Augusto Vidal

VE EL FILM LOS HERMANOS KARAMÁZOV DE RICHARD BROOKS

No encontramos en su novelística la fotocopia realista, sino por el contrario la recreación dinámica y crítica de su contexto histórico y social. Bordeó con angustia y fortuna su condición de propagandista político y artístico ante el desbarrancadero nacional, pues trascendió la apología sosa y el afán pedagógico positivista de su época y el realismo socialista posterior a su muerte.

Recomendamos, a modo de ejemplo, la (re)lectura cuidadosa de pasajes magistrales en todas y cada una de las novelas antes citadas: La exposición del relato “El gran inquisidor” en Los hermanos Karamázov, el cual nos cita a Quevedo versus Maquiavelo, “1984” de George Orwell y “Un mundo feliz” de Aldous Huxley; la confesión de Stravoguin (Los endemoniados) relativa a la situación extrema de la violación de una niña; la excepcional e inquietante descripción de “La ratonera” interior y psicopatológica en Memorias del hombre del subsuelo; o el ensayo notable sobre la circulación del dinero en el presidio de Siberia, circuito económico infernal que remeda el del mundo exterior, al inicio del capítulo III de Recuerdos de la casa de los muertos.

LEE «EL GRAN INQUISIDOR» DE DOSTOIEVSKI

La novela editada en la colección Un libro amigo de la editorial Bruguera

No reparemos entonces en una consideración obtusa e ideologizante de los libros del camarada y hermano Dostoievski, muy a pesar de su conservadurismo político y religioso (Balzac, otro de nuestros grandes, concibió la gigantesca Comedia Humana en tanto crítica a la burguesía francesa, no obstante militar en la monarquía). Más allá de transponer de modo plano y a modo de profecía muy en la onda de “El Caballo de Troya”, su cosmovisión apocalíptica y, si se quiere, místico-epiléptica, escuchemos sin distracciones su alocución al anárquico despropósito que nos golpea hoy.

Aprendamos pues, caminando con nuestro contemporáneo Fedor, que el sufrimiento acarrea esperanza y vida en el Verbo, esto es la transfiguración de todos en una colmena humanística, solidaria y mejor en todos los órdenes. La fe religiosa, política, artística y filosófica no tiene sentido sin las contradicciones.

LEE ESTA ENTREGA SOBRE «RASPUTÍN» DE TROYAT

José Carlos De Nóbrega / Ciudad Valencia

Miércoles 31 de enero de 2019

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here