Tras las profundas y evidentes diferencias que han tenido el presidente Donald Trump y la Unión Europea, así como por las acciones y declaraciones de diversos dirigentes europeos que se han desmarcado de las tradicionales conductas sumisas frente a EEUU, como su posición libre de sanciones hacia Cuba, se podía pensar que el “Viejo Continente” tendría una agenda política cada vez más propia.

 

Pues, si pensó eso, probablemente haya caído en una ingenuidad. La evidencia son las recientes sanciones de la Unión Europea contra siete altos funcionarios del gobierno nacional, sanciones que no tienen ningún sentido en la actual coyuntura política que vive el país caribeño.

 

Cabe recordar que las medidas restrictivas son ante un supuesto “retroceso” político en Venezuela, cuando la realidad es que el gobierno y la oposición venezolana han mantenido avances en la mesa de diálogo en República Dominicana, según han declarado dirigentes de ambas partes.

 

Por otro lado, las sanciones se impulsan pocos días después de que el sub secretario de Estado para Asuntos Políticos de EEUU, Thomas Shannon, viajara a España para discutir “la situación en Venezuela”, según el propio Departamento de Estado.

 

 

«Es lamentable que la Unión Europea se ponga a la cola del imperialismo estadounidense, es lamentable que la Unión Europea haya emitido una serie de medidas restrictivas contra ciudadanos venezolanos”, criticó el canciller venezolano, Jorge Arreaza, rueda de prensa ofrecida en Santiago de Chile, donde se realiza el II Foro Celac-China.

 

“El presidente Maduro, el alto mando político de la Revolución, estamos dispuestos a llevar la verdad de Venezuela, hablar de las circunstancias políticas históricas de Venezuela, la guerra contra Venezuela, la guerra contra su moneda”, aseguró el ministro, quien resaltó y agradeció la labor del presidente dominicano Danilo Medina, así como al expresidente español, José Rodríguez Zapatero.

 

 

Las sanciones coinciden además, con la negativa de la oposición de seguir las conversaciones en República Dominicana, usando como excusa la exigencia de rectificar la información de que desde la delegación opositora en el diálogo se dieron supuestas filtraciones que permitieron el operativo que abatió al expolicía Oscar Pérez y su célula terrorista. Muchas coincidencias para que sean casuales.

Juha Arellano

 

 

 

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