La tensión y confrontación entre Irán y EE.UU. conllevando a una inacción global, refleja que se está gestando un nuevo orden mundial para dejar de lado la bipolaridad.

El último episodio de la confrontación entre Irán y Estados Unidos en la región de Asia Occidental y la posterior reacción mostrada de las naciones y las potencias mundiales, no deja lugar a dudas: estamos siendo testigos de un nuevo proceso de transformación del orden mundial.

La escalada de tensiones entre Teherán y Washington, que viene agudizándose desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU. en 2017, llegó a su punto más alto con el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.

En represalia a este magnicidio ejecutado por orden directa del propio Trump, la República Islámica de Irán respondió con unos ataques aéreos con misiles tierra-tierra lanzados la madrugada del 8 de enero realizados por la División Aeroespacial del CGRI contra la base aérea Ain Al-Asad, en poder de los estadounidenses.

Por suerte, Dmitri Trenin escribe que esta demostración de fuerza representa la determinación de los iraníes de no estar dispuestos a dejar pasar ni una provocación más proveniente de los estadounidenses, por considerar que con este atentado los norteamericanos ya habían sobrepasado la línea roja.

Los persas en lo que se refiere a su seguridad e integridad territorial a cargo del destacable militar asesinado, no terminaron encendiendo la mecha de una devastadora guerra en la región, pero sí revelaron algunas de las tendencias de naturaleza geopolítica que avisan de un cambio de orden mundial.

Chávez y el Plan de la Patria: un mundo multipolar

El articulista prosigue: “si estos movimientos reman en la dirección correcta acabarán definiendo un sistema mundial multipolar, que distará mucho de la bipolaridad vivida con la formación de los bloques durante la Guerra Fría».

Añade que se basará en un duelo largo y no letal entre las potencias mundiales, quienes como actores procuran obtener una mejor ventaja dentro de este nuevo sistema global.

En el panorama del poder cambiante, los países del Oeste de Asia reaccionaron ante el estallido de la crisis entre Estados Unidos e Irán con sorprendente cautela.

Algunos socios regionales de EE.UU., como era lógico, cerraron filas detrás de este país dando su apoyo al vil asesinato del notable general en Bagdad.

Otros, a pesar de su apoyo, se mostraron reacios a exacerbar el conflicto, y algunos, como Irak, que al tener una sólida e importante relación con ambas partes enfrentadas, pagó el precio de este vínculo simultáneo convirtiéndose así en el objetivo de los ataques de sus dos aliados.

La tensión y el conflicto mundial en Asia Occidental, ¿marcará el nuevo orden internacional?

Hasta la diabólica OTAN se mantuvo al márgen de la tensión

La posición de la OTAN ante la tensión fue de mantenerse al margen y observar, y a pesar del ataque con misiles de Irán contra los sitios militares estadounidenses, no activó su Artículo 5, que considera el ataque a un aliado como un ataque militar contra todos los miembros de dicha Alianza Atlántica, escribe el director del citado think tank.

La confrontación entre Estados Unidos e Irán terminó siendo como un duelo, recoge el artículo de opinión para luego precisar que no solo los aliados de EE.UU. retrocedieron y se distanciaron del conflicto, sino que también los adversarios y rivales de Washington optaron por no implicarse mucho en ello.

China y Rusia, cautiva postura

En concreto, aclara el texto, China, el principal rival de Estados Unidos, mantuvo un perfil bajo al pedir solo a las partes que empleen la moderación y reduzcan las tensiones.

Por su parte, Rusia, a pesar de su importante participación en los asuntos militares y políticos de Asia Occidental, también optó por ejercer cautela invitando a las partes a la moderación y al diálogo para limar sus diferencias.

Para Trenin, Moscú y Pekín no aprovecharon la oportunidad para presentar un frente común y sólido contra Washington al no mostrar ningún interés de abrir un nuevo flanco de tensión con Estados Unidos.

Según el artículo, Trump, al ordenar el asesinato de Soleimani, estaba tomando un gran riesgo, ya que, nadie podía predecir cuál sería la respuesta de Teherán.

Si esa respuesta hubiera resultado en múltiples bajas estadounidenses, Estados Unidos probablemente habría llevado a cabo un ataque masivo contra objetivos cruciales iraníes.

Entonces, los ataques probablemente habrían continuado en ambos lados y muchos otros países de la región, no solo Irak, habrían sido arrastrados al conflicto.

Es posible que los poderes fuera de la región que hasta entonces habían mantenido su distancia también hubieran tenido que definir su posición más claramente y tomar algún tipo de medida al respecto.

Ante la tensión, un paso atrás para esconder en la tensión

De hecho, la postura de la comunidad internacional de pedir a EE.UU. e Irán que rebajaran sus diferencias por medio del diálogo puso de manifiesto otro aspecto importante del conflicto: mientras ambas partes señalaban públicamente su determinación de seguir haciendo uso de la fuerza, al mismo tiempo, se mostraban partidarios de hacer uso de la moderación con objetivo de minimizar las consecuencias de sus acciones.

Con esta tensión se ha demostrado que el rol de las grandes potencias está mermando, detallando el artículo que las causas reveladoras se ven en el resultado de los actores regionales cuando han obtenido réditos militares que antes solo obtenían las potencias mundiales.

El presidente francés, Emmanuel Macron, admite la derrota de la “hegemonía occidental” por haber llegado a su fin ante las potencias como China y Rusia.

Durante y después de la Guerra Fría, Asia Occidental fue escenario de la rivalidad geopolítica entre las principales potencias mundiales, subraya el texto para luego añadir que, no obstante, a día de hoy, la región demuestra el desplazamiento de esa rivalidad a otras áreas por completo como puede ser, la tecnología, incluida, tecnología militar; finanzas y economía; y el espacio de información.

Estados Unidos: un imperio en retirada

Así pues, el artículo de modo de colofón vaticina que el Gran Juego de las grandes potencias mundiales de repartir el mundo a su antojo puede haber llegado a su fin, puesto que, expone que el lugar estratégico que estas potencias globales ocupaban en el oeste de Asia y lo están asumiendo las potencias locales.

 

Ciudad VLC/Gustavo Claret VQ/HispanTV

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