El 4-F de 1992 no se trata sencillamente de un golpe de Estado, ni se puede igualar a una sublevación tradicional militar al mejor estilo gorilista y antidemocrático, que sencillamente busca alcanzar las mieles del poder. Se trata más bien de una insurrección ante todo lo que estaba corroído, especialmente en el seno de las Fuerzas Armadas y el gobierno, que habían demostrado su verdadero rostro durante el Caracazo y la aplicación del paquetazo neoliberal.

Esta rebelión militar liderada por Chávez fue un sisma, un quiebre, una irrupción que cambió por completo el curso de la historia venezolana. Impactó su trayectoria de manera tajante y se convirtió en un hito tan poderoso que nadie podría negar que se generó un antes y después de tan emblemática fecha.

Como todo hito dramático y significativo, las repercusiones en la vida nacional no fueron pocas ni superfluas. Aquí presentamos algunas de ellas:

 

  1. Acabó con el Puntofijismo

Aunque ya los partidos tradicionales como Acción Democrática y Copei vivían un fuerte declive, la insurrección militar permitió al país percatarse de que había un contingente humano que representaba una opción política diferente, que se reencarnó en la opción revolucionaria de Chávez en 1998.

El Comandante se diferenció ampliamente de una casta política que siempre se lavaba las manos con respecto a los graves problemas del país. Chávez asumió su responsabilidad sobre la rebelión, alejándose de lo que hicieron los que ordenaron acribillar a miles de personas en 1989 durante El Caracazo, así como del sistema legal burgués que los exculpó.

El golpe político fue tan contundente que el bipartidismo más nunca logró imponer un candidato presidencial en las urnas. El siguiente, Rafael Caldera, pese a que ya había sido presidente anteriormente, tuvo que aliarse con el “chiripero” para llegar a la presidencia.

4-F
El declive del puntofijismo fue cada vez más notorio.

 

  1. Supuso el principio del fin del neoliberalismo

Justamente durante el segundo gobierno de Pérez se eliminaron miles de puestos de trabajo como parte de la agenda de “apertura” a la globalización, los sectores más golpeados fueron la textil y la del calzado, al ser reemplazados por productos traídos de Asia.

Luego de tres años de implementación de las medidas de austeridad del FMI, los niveles de pobreza rondaban el 80%, la pobreza extrema llegó a 40%.

Desde tres años antes, luego de los hechos del Caracazo, se evidenció el fuerte rechazo del pueblo contra las medidas neoliberales que pretendían imponer los dirigentes políticos bajo los dictámenes de fuerzas externas al país. La sublevación de un grueso contingente de las Fuerzas Armadas reveló también el rechazo que había a tales doctrinas.

4-F
Civiles y militares se opusieron al neoliberalismo.

 

  1. Abrió las puertas para un proceso revolucionario, soberano

El 4-F abrió la puerta a la construcción de una nueva sociedad venezolana, con sujetos y un liderazgo claro capaz de motorizar este proceso. La rebelión supuso un chispazo que fortaleció al pueblo moralmente y que la enrumbó en la lucha por el rescate de la dignidad nacional.

También permitió el establecimiento de un gobierno revolucionario y soberano, que acciona según sus propias necesidades e intereses, y no de acuerdo a los mandatos de centros de poder o de potencias extranjeras.

Como dijo Chávez en el año 2000 durante una actividad en la Plaza Bolívar de Caracas para conmemorar la fecha: “por primera vez hay aquí en Venezuela un Gobierno verdaderamente soberano que toma las decisiones en función de lo que así creemos; por primera vez en mucho tiempo hay un Gobierno que no responde a mandatos de centro de poder alguno en ninguna parte del mundo, llámese como se llame, por primera vez hay aquí un Gobierno de pie que le dice al mundo: “nosotros respetamos al mundo y el mundo está obligado a respetar a Venezuela y a su pueblo”.

4-F
Es innegable la inmensa inversión social que ha hecho el gobierno chavista desde 1999.

 

  1. Cambió el país para siempre

Pese a que el 4-F no se generó un cambio inmediato, sí permitió enrumbar al país hacia otra dirección. Para muchos defensores de la democracia representativa, se trató sencillamente de un frustrado alzamiento militar contra un desgastado presidente entreguista. Pero poco tiempo después se evidenció que el pueblo venezolano no volvería jamás a votar y elegir como opción a los partidos y dirigentes del puntofijismo.

Se puede decir que el 4-F se trató realmente de una rebelión moral, de dignidad, una rebelión que interpretó el sentimiento de las grandes mayorías del país.

“No fuimos nosotros los hombres del 4 de febrero apoyados por estas cúpulas, por “los amos del valle” o por los dueños de las televisoras y de los grandes medios de comunicación”, diría Chávez en 2003 al rememorar la gesta.

4-F
Chávez siempre mantuvo una altísima popularidad y ganó todos los comicios presidenciales por encima del 50% de los votos.

 

Juha Arellano / Ciudad VLC

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