¡VIVA ÁFRICA!
Este lunes, las portadas de los principales diarios del mundo daban cuenta de la victoria obtenida por Francia sobre Croacia 4 goles a 2 en el partido final del Mundial Rusia 2018, lo que le confirió el título de Campeón Mundial.
El diario “El Pais” de España tituló así el triunfo galo: “La Francia Mestiza alza la Copa del Mundo”, dicho así suena a un eufemismo difícil de obviar en un contexto editorial signado por el racismo y la xenofobia. Para el lector del periódico español debe quedar claro que NO son africanos, solo una pequeña mancha café con leche presente en el mantel europeo cuyos nombres resultan incómodos por lo difícil de pronunciar para los narradores hispano y francoparlantes.
Veamos: Kimpembe, Mandanda y Nzonzi (República Democrática del Congo), Umtiti (Camerún), Sidibé y Kanté (Mali), Fekir (Argelia), Pogba (Guinea), Tolisso (Togo), Mendy (Senegal), Rami (Marruecos), Dembélé (Senegal y Mali), Mbappé (Argelia y Camerún) y Matuidi (República Democrática del Congo y Angola).
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Umtiti: Nació en Camerún pero siempre ha defendido los colores de la selección francesa. Kimpembe: Nació en Francia continental pero por ascendencia tiene nacionalidad congoleña. Mbappé: Nació en Francia pero su padre, y agente, es de Camerún. Su madre es argelina. Pogba: Sus padres son guineanos, aunque él nació en Francia. Sus hermanos Mathias y Florentin juegan con la selección africana. Dembélé: Su padre es de Malí y su madre es de Mauritania. Él nació en Francia continental.
Tolisso: Su padre nació en Togo. Matuidi: Sus padres huyeron de la guerra civil angoleña, nacionalidad que comparte con la francesa, su país de nacimiento. Kanté: Tiene ascendencia maliense. N’zonzi: Sus padres son congoleños. Mandanda: Nació en la capital de la República Democrática del Congo, Kinshasa. Rami: Sus padres son marroquíes. Fekir: Argelia intentó enrolarlo debido a la nacionalidad de sus padres pero el del Lyon siempre quiso jugar con Les Bleus. Mendy: Tiene ascendencia senegalesa. Sidibé: Sus padres son de Malí.
Y es que los africanos han estado presentes en casi todos los deportes del país galo. La nación francesa si bien es una amalgama de culturas y etnias (que no razas, vocablo perteneciente a la zoología), históricamente ha mostrado su antipatía hacia la presencia de migrantes en su territorio, sean estos árabes, africanos o latinoamericanos. Su pasado colonizador parece primar en el imaginario colectivo de una nación que tuvo varias posesiones en ultramar, en varias formas, desde comienzos del siglo XVII hasta los años 1960. En su punto más alto, entre 1919 y 1939; junto a otros países que pugnaban por repartirse las riquezas naturales, en este caso del continente africano.
Quizás sea ahora el tiempo de dejar a un lado los preconceptos eurocéntricos de superioridad, abrazando nuevos paradigmas de tolerancia y otredad, como dice mi amigo César Henríquez “No hay territorios ni creencias, ni ideas puras, al contrario la vida se va tejiendo con una variedad de hilos de diferentes colores y texturas lo cual no debe ser calificado como una amenaza, sino una oportunidad para crecer (…)”
Ismael Noé Valecillos/Ciudad VLC
