Comunicación, Política y Derechos Universales

 

La Comunicación Social es una vocación fascinante, trabajo que llena de conciencia cuando se hace con humanidad, es una labor que requiere de riesgos, sacrificios, comprensión, responsabilidad y fundamentalmente de Valentía y Ética en tiempos donde defender la verdad puede resultar incómodo, tanto para quienes mantienen la Hegemonía corporativa de la información como para la población sujeta a los prejuicios impuestos por el sistema de propaganda imperialista global.

La realidad es una y es un deber ser objetivos y objetivas al informar, precisos al describir los hechos, y apasionados en su difusión. Mientras, la libertad que tenemos para defender el derecho a la expresión no debe hallarnos indiferentes ante quienes con débiles argumentos, a todas luces, intenten despojar a cualquiera del derecho a construir, mediante las diversas formas de comunicarnos, una nueva forma de relacionarnos y de transformar la sociedad.

Hoy, conocemos informes que alertan del atentado a la Salud a consecuencia de intoxicación por informaciones falsas y recomiendan disminuir el uso de algunas herramientas que nos articulan.

«(…) no es solo la información lo que genera trastornos en el ser humano, es también la indiferencia ante las injusticias».

Contradictoriamente, no es solo la información lo que genera trastornos en el ser humano y a la sociedad en su conjunto, es también la indiferencia ante las injusticias, es la reproducción de modelos que promueven y consolidan la descomposición social, son esos silencios que atormentan a quienes sufren de las miserias, consecuencia las desigualdades sociales: explotación, impunidad, violencia, hambre, muerte.

No son las denuncias las que generan una mala gestión, no son las campañas exigiendo justicia y transparencia lo que daña el sistema de justicia, ni las publicaciones del aumento de violencia de género lo que acarrea más femicidios en todas partes, como tampoco la defensa al campesino, trabajadores y niñas lo que impone el bloqueo imperialista, la falta de alimentos, hambre o pandemia. Son las formas de cómo concebimos y actuamos frente al mundo y sus élites, si dejamos o no, que el mundo enfermo por los valores virales del sistema capitalista nos arrastren con furia hasta molernos e intentar borrarnos como seres humanos dignos y con garantías en nuestros derechos universales.

 

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Ciudad VLC/Yosmary Delgado

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