El expelotero venezolano Andrés Galarraga, quien conectó 399 jonrones en el béisbol de Grandes Ligas, cumple 59 años de edad este 18 de junio.

Nacido en el popular sector Chapellín de Caracas en 1961, «El Gran Gato», como se le conoció en el diamante por sus grandes reflejos custodiando la primera base, participó en 19 temporadas en la «Gran Carpa» con los equipos Expos de Montreal (1985-91, 2002), Cardenales de San Luis (1992), Rockies de Colorado (1993-97), Bravos de Atlanta (1998-2000), Rangers de Texas (2001), Gigantes de San Francisco (2001,2003) y Angelinos de Anaheim (2004).

En su larga trayectoria en las mayores, Galarraga fue protagonista varias veces en el Juego de Estrellas (1988, 1993, 1997-98, 2000); obtuvo además en dos ocasiones el Bate de Plata (1988, 1996); y a la defensiva se hizo merecedor también en dos oportunidades del Guante de Oro (1989-90).

 

El venezolano es uno de esos jugadores cuyos nombres te hace sonreír cuando lo escuchas. Sin duda, eso se debe en parte a su alegría que siempre iluminaba a todo un clubhouse.

El expelotero venezolano es un personaje divertido, con una historia tan inspiradora que algunos olvidan el gran bateador que fue. En caso de que algunos no recuerden, «El Gato» una vez dio un batazo de 529 pies de distancia. Y tampoco se trata del mito de que «Mickey Mantle dio un jonrón de 700 pies». El de Galarraga fue comprobado.

Curiosamente, Galarraga fue un jugador utility a inicios de su carrera como adolescente con los Leones del Caracas en la LVBP. (Jugó con el equipo de la capital por 15 años, mucho después de que se estableció como grandeliga).

 

Aunque estaba algo de sobrepeso, al menos según los Expos, el equipo de Montreal lo firmó. Se dieron cuenta inmediatamente de que, a pesar de su corpulencia, tenía una impresionante agilidad cuando jugaba en la primera base y por eso fue apodado El Gato. Sin embargo, tuvo problemas con el bate, lo que más adelante se atribuyó a que estaba lejos de casa y los obstáculos que tuvo jugando en un país donde no hablaba el idioma principal.

Eventualmente, Galarraga descifró Montreal un poco y tuvo un excelente año en 1988, liderando la Liga Nacional en imparables y total de bases alcanzadas para acompañar sus 29 cuadrangulares. (Como siempre, no negociaba tantos pasaportes: Galarraga no era muy selectivo con sus swings). Sin embargo, también se ponchaba demasiado y en 1991, después de una campaña poco productiva y plagada de lesiones (a los 30 años) y con una fanaticada perdiendo la paciencia, los Expos lo cambiaron justo cuando estaba alcanzando otro nivel.

Andrés Galarraga
Andrés Galarraga venció un cáncer

 

Las cosas para Galarraga en los Cardenales de San Luis fueron un desastre, debido a una fractura en la muñeca derecha a comienzos de la temporada de 1992, pero hubo un cambio positivo que cambiaría el rumbo de su carrera: Trabajó con el coach de bateo, Don Baylor, quien ahora como dirigente de los Rockies recomendó al equipo de expansión que firmara a Galarraga. El toletero encajó a la perfección en el Mile High Stadium y luego el Coors Field, donde sus ponches no importaban y su gran fuerza y contacto lo convirtieron en todo un fenómeno.

 

En la temporada inaugural de los Rockies en 1993, Galarraga bateó .370, el mayor promedio para un bateador derecho desde 1938, y fue reconocido como el Regreso del Año de la Liga Nacional. Pegó 22 vuelacercas en dicha tempórada y con el paso de los años aprendió a ser un bateador de poder en vez de contacto.

Para 1996, sacudió 47 cuadrangulares y empujó unas asombrosas 150 carreras. Esto fue en gran parte por la altitud de Colorado y algunos en el béisbol pensaban que los cañoneros de los Rockies eran sólo una ilusión. Pero, ¿cuántos en la última década han pegado 47 jonrones y empujado 150 carreras en el Coors Field? ¿Cuántos han bateado .370?

 

Pero para Galarraga seguían pasando los años y para el final de su contrato con los Rockies, aunque fue convocado al Juego de Estrellas, ya tenía 36 años. Lo dejaron ir para hacerle espacio a Todd Helton, una decisión que resultó acertada, así que Galarraga decidió firmar con los Bravos de Atlanta, un club con bastantes estrellas jóvenes pero ansioso por contar con un bate veterano de impacto en la parte gruesa de la alineación.

En su primera campaña de 1998, el venezolano le brindó a Atlanta todo lo que el equipo esperaba: 44 jonrones, porcentaje de embasarse de .397 y un viaje a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. (La única serie exitosa de postemporada en su carrera fue aquella Serie Divisional contra los Cachorros de Chicago).

Pero durante los entrenamientos de primavera del siguiente año, Galarraga comenzó a sufrir molestias en la espalda que surgieron de manera preocupante. Después de que varios tratamientos no funcionaran, los médicos descubrieron el problema: Tenía un tumor en una vértebra. Inmediatamente, se sometió a una quimioterapia y se perdió toda la temporada de 1999. Sus compañeros del pasado y del presente expresaron su apoyo y cuando regresó para el día inaugural del 2000, recibió una bienvenida de héroe.

 

Galarraga ayudó a los Bravos a volver a la postemporada en dicha temporada, ganando otro premio al Regreso del Año, pero Atlanta no le renovó su contrato.

 

Luego se convirtió en el bate de trueno viajero que estaba destinado a ser. Jugó con los Rangers y Gigantes en el 2001, volvió a los Expos por última vez en el 2002 y de nuevo a San Francisco en el 2003, donde jugó su último partido de postemporada. Luego su cáncer regresó, pero lo volvió a vencer, regresando para otra campaña en el 2004, disputando siete partidos con los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim y bateando su 399no y último cuadrangular.

Andrés Galarraga
Andrés Galarraga es orgullo venezolano

 

Después de una breve participación en los entrenamientos de primavera con los Mets de Nueva York en el 2005, Andrés Galarraga se retiró tras demostrar una de las más placenteras e inspiradoras carreras en la historia reciente del béisbol.

 

En su admirable trayectoria en las Grandes Ligas jugó 2 mil 257 juegos, dejó promedio vitalicio de .288 con 399 vuelacercas y 1425 carreras remolcadas.

En Venezuela, Andrés Galarraga jugó trece temporadas con los Leones del Caracas, la primera en la edición 1978-79 y la última en el certamen 1992-93. En 487 juegos de calendario regular dejó average vitalicio de  .271 con 71 jonrones y 243 remolcadas. Fue campeón en los torneos1981-82, 1987-87 y1987-88.

Andrés Galarraga está inmortalizado en el Salón de la Fama del deporte de Colorado (2007), Salón de la Fama del Deporte Venezolano del Círculo de Periodistas Deportivos (2010), Museo del Béisbol Venezolano (2010), Beisbol Latino (2011) y New York Penn-League (2018).

 

 

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Ciudad VLC / AVN

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