Las Artimañas de la CIA para captar personas ( I )

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ARTIMAÑAS, Raúl Capote, CIA, EEUU, Venezuela

Las Artimañas de la CIA para captar personas las desmontó Raúl Capote. Un cubano pero no uno cualquiera que en su juventud fue captado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos ofreciéndole una cantidad infinita de dinero, para conspirar en Cuba.

 

Pero surgió algo inesperado para EEUU. Capote, en realidad, trabajaba para la seguridad nacional cubana. Desde entonces, cumplió funciones como doble agente.

 

Conozca su historia, a través de una entrevista exclusiva con Chávez Vive, que concedió en La Habana.

-Yo era líder de un movimiento estudiantil y la CIA me captó.-

¿Cómo fue su proceso de captación?

-Fueron varios años de preparación y de captación. Yo era líder de un movimiento juvenil en Cuba que, en ese momento, dio surgimiento a una organización, la Asociación Cultural de Hermanos Saiz, una asociación de jóvenes creadores,pintores, escritores, artistas.

 

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Yo trabajaba en Cienfuegos, una ciudad del sur de Cuba, que tenía características que para el enemigo se hicieron muy interesantes, porque era ahí donde se estaba construyendo un polo industrial importante en ese momento.

 

Se trataba de una central eléctrica, la única que se iba a hacer en Cuba, y había mucha gente joven construyendo la obra. Por lo tanto una ciudad que, además, tenía muchos ingenieros jóvenes graduados en la Unión Soviética.

 

Estamos hablando de finales de los ochenta, donde había todo aquel proceso de la Perestroika. Y muchos ingenieros cubanos, que llegaban a Cuba en esa época, graduados allá, se consideraban gente que llegaban con esa idea de la Perestroika.

 

CIA, EEUU, Venezuela, Guerra
Las artimañas de la CIA para captar personas son diversas en el mundo entero.

Por tanto, era un territorio interesante, Y el hecho de que yo fuera un líder juvenil de una Organización cultural, que movía un importante sector de los ingenieros que estaban interesados por las artes.

 

Se hizo interesante para los norteamericanos, y empezaron a frecuentar las reuniones donde nosotros asistíamos. Nunca identificándose como enemigos, ni identificándose como oficiales de la CIA.

 

¿Eran varios, o siempre una misma persona?

Varios. No se presentaban nunca como oficiales de la CIA, ni gente que venía a hacer daño ni nada.

Y, ¿quiénes se suponían que eran?

Se presentaban como gente que venía a ayudarnos a nosotros, a nuestro proyecto, y que tenían la posibilidad de financiarlo. Que tenían la posibilidad de hacerlo realidad.

La propuesta, como tal, sonaba interesante porque, bueno, un proyecto en el mundo de la literatura, requiere que tú conozcas una editorial, que tengas relaciones editoriales.

 

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Es un mercado muy complejo. Y venían a nombre de editoriales. Lo que pasaba es que, durante el proceso de contacto con nosotros, aparecía bastante evidente lo que realmente querían.

Porque, una vez que hacían el contacto, una vez que empezaban a frecuentar las reuniones nuestras, que empezaban a prometer los financiamiento, venían, entonces, las condiciones para ser financiados.

 

La CIA tiene un presupuesto infinito

Se presentaron como personas que venían a ayudarnos a nosotros y a nuestro proyecto, y que tenían la capacidad de financiarlo. Que tuvieron la oportunidad de hacerlo realidad.

La propuesta, como tal, sonaba interesante porque, de acuerdo, un proyecto en el mundo literario requiere que conozcas a un editor, que tengas relaciones editoriales. Es un mercado muy complejo. Y vinieron en nombre de los editores. Lo que sucedió es que, durante el proceso de contacto con nosotros, lo que realmente querían se hizo bastante evidente.

 

Porque una vez que habían hecho el contacto, una vez que habían comenzado a frecuentar nuestras reuniones, una vez que comenzaron a prometer financiamiento, entonces vinieron las condiciones para ser financiados.

 

¿Qué condiciones exigían?

Nos decían: Nosotros tenemos la posibilidad de poner el mercado a la disposición de ustedes, de hacerlos llegar al mercado del libro o de la plástica o del cine o de lo que sea, pero, nosotros necesitamos la verdad, porque, lo que se vende en el mercado, es la imagen de Cuba.

La imagen de Cuba tiene que ser una imagen realista, de las dificultades, de lo que pasa en el país. Querían enviciar la realidad de Cuba. Lo que te estaban pidiendo es que tú hicieras una crítica de la revolución, basada en las líneas de propaganda contra Cuba, que ellos manejaban.

 

¿A cuánto puede ascender el presupuesto de esta gente?

Ellos venían con una cantidad de dinero infinita, porque la fuente del dinero, por supuesto, nosotros con el tiempo sí logramos saber de dónde provenía. Por ejemplo, estaba la USAID, que era la patrocinadora mayor, la contratista mayor de todo ese presupuesto, que se canalizaba a través de las ONGs, que muchas veces se inventaban para Cuba.

 

Son muchas las organizaciones que actúan en los países donde se encuentran bajo la tutela de la CIA.

 

Eran ONGs que no existían, que se crearon únicamente para ese tipo de trabajo en Cuba, y estamos hablando de miles y miles de dólares. Ellos no trabajaban presupuestos chiquitos.

 

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Por ponerte un ejemplo, en un momento determinado, a mí me ofrecieron diez mil dólares, solamente por incluir elementos de la propaganda contra Cuba, en la novela que yo estaba trabajando. ¿De qué año estamos hablando? Estamos del año 1988, 89.

 

¿Cuántas personas pudieron haber sido contactadas por esta gente, o captadas?

Realmente no duró mucho el éxito, porque en Cuba había toda una cultura de enfrentamiento a este tipo de cosas, y la gente lo tenía muy claro, que podía haber algo detrás de esa historia, de que querernos ayudar.

 

No era nuevo en la historia del país, y, por lo tanto, les era muy difícil llegar a donde nosotros estábamos. En un momento determinado, allá en el año 92, nosotros hicimos una reunión, todos los miembros de la organización, y se decidió expulsarlos.

 

No permitir que asistieran más a ninguna de las reuniones nuestras. Esa gente, que ya estaba llegando con propuestas concretas, y condicionando, además, la ayuda económica que nos estaban dando.

CIA, EEUU, Venezuela, Guerra
Los actores regionales no dejan para la imaginación sus relaciones con la agencia estadounidense.

Lo que sucede es que en el momento que nosotros hacemos esa actividad, y los rechazamos, los expulsamos de la sede de la asociación, entonces, empiezan a particularizar.

Empiezan a visitarme a mí, en particular, y a algunos compañeros más, gente joven. Con algunos tuvieron éxito, o sea, algunos de ellos lograron, incluso, sacarlos del país.

 

¿Qué perfil buscaban ellos, más o menos, si se puede especificar algún perfil?

Ellos querían, sobre todo en esa época, presentar a Cuba como un país que estaba en el caos. Que el socialismo en Cuba no había logrado satisfacer las necesidades de la población.

 

Y que Cuba era un país al que el socialismo lo había llevado a la pobreza absoluta, y que, como modelo, no gustaba. Era la clave de lo que se perseguía, sobre todo en ese momento.

En Venezuela trabajó una agente con experiencia en tumbar gobiernos.

 

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¿Cuánto tiempo estuvo usted como agente de la CIA?

Estuvimos en esa historia inicial hasta el año 94. Porque en el año 94 yo vengo a La Habana, regreso aquí a la capital y aquí, en la capital, entro a trabajar en el Sindicato de los Trabajadores de la Cultura.

 

Un sindicato que representa a los trabajadores de la cultura en la capital, y me hice todavía más interesante para ellos, porque pasaba de dirigir, de ser líder de una organización juvenil que tenía 4.000 miembros, a dirigir una organización sindical que tenía 40.000 afiliados.

 

O sea, con una organización sindical con 40.000 afiliados, solamente en la ciudad de La Habana. Y entonces, se hizo mucho más interesante. Siguieron los contactos.

 

En esa época apareció una profesora de una universidad nueva que vino con la misión de impulsar la producción de mi obra literaria, de convertirse en mi representante, de organizar eventos.

 

¿Puede dar el nombre?

No, porque realmente usaban seudónimos. Nunca usaban los nombres reales. Y ese tipo de trabajo, de promocionarme a mí como escritor, era en lo que ellos estaban muy interesados, porque querían convertirme en una personalidad dentro de ese mundo.

 

Promoviéndome ahora, y comprometiéndome con ellos de manera no directa. Y ya, en el año 2004, llega aquí a La Habana una persona que es bien conocida en Venezuela, Kelly Keiderling.

 

Kelly viene a La Habana a trabajar como Jefa de la Oficina de Prensa y Cultura. Preparan una reunión. Preparan un coctel, y en ese coctel tengo un encuentro con doce funcionarios norteamericanos, norteamericanos y europeos. No solamente eran norteamericanos.

 

Todos, personas que tenían experiencia, algunos que tenían experiencia, incluso, dentro de la misma Unión Soviética, otros, habían participado en entrenamiento y preparación de la gente en Yugoslavia, en la Revolución de Colores, y tenían mucho interés en conocerme. Kelly se convierte en una persona muy cercana. Me empieza a preparar.

 

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Me empieza a instruir. Empiezo a recibir, delante de ella, un entrenamiento muy sólido: La creación de grupos alternativos, la creación de grupos independientes, la organización y formación de líderes juveniles.

 

Sobre todo, en proyectos de cultura, pero, que siempre fueran alternativos, que no participaran del trabajo de las Instituciones culturales. Ya eso fue en el año 2004-2005. Kelly sale prácticamente de escena en 2005-2006.

 

Y entro a trabajar, ella me presenta, me pone en contacto directo, con oficiales de la CIA. Supuestamente, yo ya estaba comprometido con ellos, estaba listo para la próxima misión, y me ponen en contacto con Renee Greenwald, un oficial de la CIA que empieza a trabajar conmigo de manera directa.

 

Y con un señor que se llamaba Mark Waterhein, que era, en ese momento, el jefe del Proyecto Cuba, de la Fundación Panamericana para el Desarrollo.

«-Centenares de jóvenes venezolanos fueron captados por la CIA.-«

Este señor Mark, además de dirigir el Proyecto Cuba, tenía una vinculación directa con Cuba, en el tema de financiamiento del proyecto contra la Revolución, además, estaba involucrado en tareas contra Venezuela.

 

O sea, era un hombre que, muchos de su equipo, de los funcionarios de ese famoso proyecto, también trabajaban contra Venezuela en ese tiempo. Estaban estrechamente vinculados.

 

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A veces costaba mucho trabajo diferenciar, quién trabajaba con Cuba, y quién no, porque muchas veces se intercalaban. Por ejemplo, había venezolanos que venían a trabajar conmigo, que trabajaban en Washington.

 

Mismos que estaban subordinados a la Fundación Panamericana y a la CIA, y venían a Cuba a entrenarme también, y a traer suministros. De ahí sale la idea de crear una fundación, un proyecto que se llamó Génesis.

 

Génesis es quizás la matriz, como idea, de muchas de las cosas que han pasado en el mundo en el día de hoy, en estos momentos, porque Génesis es un proyecto dirigido a los jóvenes universitarios cubanos.

 

Estaban haciendo algo similar en Venezuela. Porque, ¿qué pasa? La idea estaba en convertir a las universidades –universidades que siempre habían sido revolucionarias, que habían producido revolucionarios, de las que hubieran salido muchos de los revolucionarios de ambos países-, y convertirlas en universidades que fueran fábricas de reaccionarios.

 

Entonces, tú ¿cómo puedes hacer eso?

Formando líderes.

¿Qué empezaron a hacer en Venezuela?

Enviaban estudiantes hacia Yugoslavia, financiados por el Instituto Republicano Internacional (IRI), que era financiado por la USAID y financiado por el Albert Einstein Institute, y los enviaban, en grupos de diez, con su profesor.

 

José Becerra/Ciudad VLC/Sacado de Tendiendo puentes

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