Antes una persona podía resolver sobre todo el almuerzo “empotrándose” un popular asquerosito –perro caliente- pero ahora los precios a los cuales han aumentado esa multisápida -término acuñado por el Presidente Romulo Betancourt para referirse a la hallaca- bala fría, los eleva al nivel de “delicateses exóticas” cuya receta probablemente se ha transmitido de manera ultra secreta de padre a hijos por años de años logrando así madurar su sabor y adaptarlo a los paladares más exigentes.
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Nada más lejos de la verdad, los llamados perros calientes, bala fría o asquerositos, no son más que una mezcla intoxicarte y hasta venenosa de sales y otros componentes químicos que solo destruyen el organismo y que, con un poco de sentido común, no se deberían probar jamás.
Para rematar los que se atreven a consumir algo como eso que de nutrición no tiene nada, lo acompañan con bebidas gaseosas que lejos de crear la falsa ilusión de quitar la sed, solo empeoran la situación.
No nos debe preocupar que el precio de la salchicha, la mayonesa o las salsas de fabricación casera sometida a dudosos controles higiénicos aumenten. Pensemos mejor en consumir, frutas, legumbres, granos –frijoles, caraotas, arvejas– que “no dejan mal a nadie” y cuya carga proteica es extraordinaria.
Así pues, pensemos cuando nos veamos presa de la tentación de comer un asquerosito.
José Becerra/Ciudad Valencia
