Argimiro Gabaldón

Argimiro Gabaldón, el Comandante Carache, al cumplir 100 años de su nacimiento este lunes 15 de julio, parece arengar a los venezolanos desde el Panteón Nacional con las letras con las cuales cerraba uno de sus poemas más leídos:

 

«Somos la vida y la alegría, en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte».

 

Y es que su poema No permitas que tu dolor se esconda tiene letras no sólo dirigibles a la pandilla que encabeza la derecha transnacional que nos bloquea, como diciéndoles que el cerco no nos quiebra, sino que también su mensaje va al alma profunda de los venezolanos y su revolución bolivariana al decirles que no permitan que nuestro dolor se esconda, que la pena de todos, que «es una sola pena militante armada es el fuego que arde en la alborada», mientras la revolución «avanza desbordada hacia el milagro de las cadenas rotas».

 

Argimiro Gabaldón-cien años

Hoy, con certeza, apreciamos que ese pensar tiene fuerza revolucionaria muy emocional. Aunque para algunos el contenido de su poesía tiene una gran profundidad, no cabe duda alguna que en esas letras hay una oda a la revolución.

 

Los que aman al pueblo tienen ideas en común que están dirigidas siempre a proteger a las mujeres y hombres del pueblo. Simón Bolívar sintió ese amor y no sólo por el pueblo venezolano, sino por el de este continente del sur, y ese mismo sentimiento lo tuvo y tiene Hugo Chávez. Y ese sentir por el pueblo sencillo lo tuvo igualmente el Comandante Argimiro Gabaldón.

 

Al leer el poema Julián Torres, su entrada es definitivamente tan de pueblo, humana, de la comunidad sencilla donde hombres, mujeres y niños llevan adelante sus vidas:

 

«Pasen señores,
Pasen,
Aquí no ha muerto nadie,
Apenas estamos velando a Julián Torres,
Un hombre de pueblo,
un descontento…»

 

Y extiende el Comandante Carache sus brazos y en América en la encrucijada canta a Fidel Castro cuando dice:

 

Argimiro Gabaldón-cien años

 

Es la voz de Bolívar, de José de San Martín, de Tirentes, o de O’Higgins, de Hidalgo y de Morelos;
Es la voz de Artigas, de Mariño y de Martí.
Es la voz recia y reciente de Sandino de Prestes, de Cárdenas, de Arévalo y Gaitán.
Es la voz de la madre que amamanta al hijo;
La voz del padre sobre el surco abierto, la voz del abuelo que acaricia el nieto;                la Voz del indio,
del negro
y del blanco
confundidos en un solo canto de entusiasmo.                                                                    La fuerza revolucionaria siempre presente.

 

Gabaldón asimismo movilizó su Radio Liberación y su imprenta clandestina en Lara, como Hugo Chávez trajo de vuelta al Correo del Orinoco, creó Telesur y con emoción charlaba y discurseaba por horas y educaba

Y cuando hablamos de la fuerza revolucionaria de Argimiro Gabaldón también recordamos la fuerza que ha embargado a los grandes luchadores que se ha mostrado en un peculiar interés por informar y educar a los pueblos.

 

La tuvo Simón Bolívar al introducir imprenta en el proceso de la guerra de independencia y al convocar a los venezolanos a leer y escribir en el Correo del Orinoco. El Che Guevara igualmente lo pensó al crear la Radio Rebelde y posteriormente Prensa Latina, mientras Fidel Castro auspicio la comunicación con sus discursos y charlas que duraron siempre horas que educaron.

 

Estos hombres nacieron con un sentimiento de pueblo llano como ningún otro. Argimiro, el de Biscucuy, en Portuguesa, como Hugo el llanero de Barinas, y Bolívar, el caraqueño, han sido hombres de mucha pasión por la gente, por la justicia, el bienestar, la educación y la paz

Gabaldón asimismo movilizó su Radio Liberación y su imprenta clandestina en Lara, como Hugo Chávez trajo de vuelta al Correo del Orinoco, creó Telesur y con emoción charlaba y discurseaba por horas y educaba –y aún lo sigue haciendo– a los venezolanos y al mundo entero. Muy difícil olvidar su presencia en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y su tan comentado «Aquí huele a azufre todavía».

 

 

Argimiro Gabaldón-cien años

 

Estos hombres nacieron con un sentimiento de pueblo llano como ningún otro. Argimiro, el de Biscucuy, en Portuguesa, como Hugo el llanero de Barinas, y Bolívar, el caraqueño, han sido hombres de mucha pasión por la gente, por la justicia, el bienestar, la educación y la paz e insatisfechos y enemigos de las arbitrariedades, las injusticias y los abusos contra los más débiles.

 

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Tatiana Gabaldón, hija del Comandante Guerrillero, comunista, poeta, periodista, docente, Argimiro Gabaldón, siempre emocionada con su padre, por lo que fue y ha sido, dice que fue un hombre integral, que un día dejó a su familia pequeña para irse a pelear por su familia grande, un hombre cuyo corazón desgarraba para entregar su amor.

 

 

Este lunes, en la biblioteca Pío Tamayo de Barquisimeto, todo el sentimiento de Argimiro Gabaldón podrá ser apreciado en la presentación de la cantata que lleva su nombre.

 

 

Pedro Estacio / AVN

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