El recetario del pelabolas es el nombre del libro de Malú Rengifo que acaba de publicarse con el sello de la Librería Digital CCS. El volumen agrupa 26 de los experimentos gastronómicos de bajo presupuesto que desde 2013, la periodista ha compartido con lectoras y lectores de la revista Épale.
Para la autora, sus recetas dan cátedra de resiliencia en tiempos de creatividad.
El recetario nació como una entrada «en son de chanza», en un blog improvisado. La aspiración nunca fue convertirse ni en columna ni en libro, pero conforme fue pasando el tiempo, el proyecto creció como torta en el horno.
El mérito es para la pluma, el ingenio y el talento en los fogones de esta joven escritora y cocinera (muñequera y actriz, como se aclara en el prólogo de la publicación), que busca con sus textos -sazonados de crónica humorística sobre la cotidianidad de Caracas y sus habitantes- hacer comprender que se puede comer sabroso y completo sin dejarse estafar por los comerciantes de alimentos.
Rengifo contó a AVN que a medida que pasaron los años el recetario fue evolucionando gracias a la realidad, pero sobre todo, ella misma también lo hizo gracias a él, ya que le sirvió como plato fuerte, experiencia y reflexión sobre la necesidad de adaptarse a los recursos disponibles.
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Y es que justamente, Rengifo dice que lo más valioso del tipo de cocina que pregona es su flexibilidad. Se trata de una gastronomía poco exigente pero al mismo tiempo sabrosa, que se adapta sin pruritos a la mano de obra menos calificada y especialmente a las despensas menos provistas.
«La característica principal de la cocina para «pelabolas» es que no tiene límites. Todo es sustituible. Tengo un término que es la receta monoingrediéntica, es que si tú en tu casa nada más tienes auyama o calabacín, por ejemplo, hay recetas muy sabrosas que se pueden hacer con ese único ingrediente. Es una cocina muy flexible», resaltó.
Un recetario en tiempos de creatividad
Es así como en las páginas del libro, ilustrado y diseñado por Tatum Gois, se puede encontrar la forma de preparar manjares como «La sopa mágica de calabacín», «Sardinas antiescorbuto», «El kama sutra de las lentejas» y postres como «El flan caserito» o «El casi golfeado».
«Cocino de verdad verdaíta, y modestia aparte, tengo que decirlo, cocino bastante bien. Quien ha probado mi comida lo sabe», asegura Rengifo, marcando distancia de muchos cronistas del arte culinario que se dedican a escribir recetas pero jamás han freído una tajada. De hecho, asegura que tiene como norma cocinar los platillos antes de publicarlos para hacer el respectivo control de calidad.
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Sobre la diversidad de sus recomendaciones, dice que muchas son de su propia creatividad y que otra buena cantidad son aportes de amistades y hasta del público lector. Destaca que la relación con su audiencia se ha vuelto tan estrecha que incluso en dos oportunidades la han invitado a comer en casa de desconocidos que han querido que pruebe sus recetas.
Rengifo advierte que suena a lugar común, pero que se siente muy honrada, agradecida y orgullosa por la oportunidad que le dio Ciudad CCS de convertir su recetario en un libro que hoy está disponible para libre descarga en la página web del medio de comunicación (www.ciudadccs.info).
«El solo hecho de que un documento que comenzó como una echadera de broma, que me sirvió para hacer catarsis, para explorar el humor, para vivir tantas cosas bellas, ahora se convierta en un libro… caray… Ahora lo que quiero es que pase a ser un libro impreso», recalcó.
El recetario del pelabolas es una de las cinco publicaciones que inauguraron la Librería Digital CCS, nacida a propósito de la primera década del periódico capitalino.
Los otros libros que forman parte de esta primera colección son Nuevas semblanzas y viejos conocidos, de José RobertoDuque; De genios y de figuras, de Clodovaldo Hernández; Caracas para principiantes, de Marlon Zambrano, y Revela tu rollo, de Roberto Malaver. Todos se pueden descargar gratuitamente. Todos son compilaciones de trabajos realizados por periodistas que forman parte del equipo de Ciudad CCS y de Épale.
Ciudad VLC/AVN
