La decisión del Tribunal Supremo de Justicia, al establecer la omisión legislativa de la Asamblea Nacional en el caso de la elección de los nuevos rectores del CNE y, en consecuencia, haberlos designado para corregir tal omisión, de acuerdo con lo establecido en el texto Constitucional Bolivariano, abrió el camino para la realización de las elecciones de diputados al parlamento nacional este año, como corresponde de acuerdo con la CRBV.

Luego, ha tomado decisiones que garantizan la participación en estos comicios de los partidos políticos de la oposición que han optado por el camino electoral, institucional y democrático.

El acuerdo de la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente del 17 de junio, reafirma y facilita ese camino.

Una vez más, se han quedado solos quienes desde la ultraderecha y el fascismo apuestan a la violencia y a la muerte para destruir la Revolución Bolivariana.

La reacción del gobierno de los EEUU, de gobiernos de la Unión Europea o del llamado “Grupo de Contacto” (un cadáver revivido después de tres años de silencio) evidencia el carácter profundamente antidemocrático, no solo de esos gobiernos, es el capitalismo en esta fase imperialista neoliberal que ha renunciado a la democracia formal (representativa, liberal burguesa) que siempre defendió –o dijo defender, porque cuando se vio en peligro aparecieron los Hitler, los Mussolini o los Pinochet- y asumió el autoritarismo fascista y racista franca y abiertamente.

La democracia no son solo elecciones, es, sobre todo deliberación y toma de decisiones por las mayorías en todos los espacios y cotidianamente.

Eso lo sabemos desde siempre los que abrazamos las ideas del socialismo revolucionario, pero la burguesía y sus políticos en una operación de encubrimiento, las limitaron a las elecciones –hasta que la izquierda las ganaba, como pasó en el Chile de Allende entre 1970 y 1973-, pero hoy ni eso, su posición ante la decisión del TSJ venezolano los deja desnudos: el capitalismo y el imperialismo son antagónicos a la democracia y más cuando esta es protagónica y participativa como la Bolivariana y Chavista.

Solo el socialismo garantiza los derechos de los pueblos, incluido el derecho democrático de elegir y ser elegidos. Seguimos venciendo.

 

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Eduardo Piñate

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