Un día Barack Obama dijo que Venezuela es la amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos. Cinco años después Donald Trump ha mantenido esa aseveración.

Tras una lista de acusaciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro al que le atribuyen, entre otras: corrupción, violación de los Derechos Humanos, terrorismo y dictadura, hoy acude a la elaboración de un expediente judicial por narcotráfico.

Operativo antidroga en el Caribe

Trump anuncia que va a poner en marcha una operación en el hemisferio norte en la que movilizará barcos de la Armada en el Caribe y en el Pacífico Oriental para prevenir que “los cárteles de la droga aprovechen la pandemia de coronavirus para realizar un mayor tráfico de drogas”.

Ante el mundo queda en evidencia que luego de acusar a las autoridades venezolanas de narcotráfico, y de repetir el estribillo que el país es un narco Estado, obviamente que el citado operativo en el Caribe es una acción contra Venezuela y que apunta a los planes de seguir ahogando criminalmente al pueblo con un bloqueo naval.

Así que  las acusaciones del fiscal general gringo, William Barr, contra el presidente Maduro, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, al ministro del Interior, Néstor Reverol y el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, entre otros, de iniciar con las Farc una “conspiración narcoterrorista”, para inundar a EE.UU de cocaína, no cuenta con suficientes elementos que le sustenten. Por el contrario, la más insignificante pregunta echa por tierra la tesis de Barr.

Son muchas las preguntas que volverían polvo las acusaciones de narco Estado contra Venezuela.

Presentemos sólo dos: ¿cuál es el país mayor productor de cocaína del mundo?. ¿Cuántas bases militares tienes EE.UU en Colombia?.

El magnate Presidente ha querido ser convincente en sus posiciones.

Dejando en claro que Venezuela, o mejor, la Revolución Bolivariana, es la amenaza y no el covid-19, pandemia que ha convertido a los Estados Unidos en el epicentro de esta afección.

Trump, aseguró que no estaba “preocupado en absoluto” por la rápida expansión del coronavirus en el país, poco después que supo del primer caso de la enfermedad en la ciudad capital, Washington.

 Venezuela es la amenaza

Venezuela es la amenaza y ha sido fuente de preocupaciones

Desde las administraciones de Bill Clinton y George W. Bush la nación caribeña ha proporcionado preocupación tanto a funcionarios de Washington como a dirigentes políticos y gremiales en los EE.UU.

En la presidencia de Obama las preocupaciones igualmente estuvieron presentes, pero, con él, las amenazas dieron su paso al frente.

Que un funcionario gringo, civil o militar, diplomático o parlamentario, expresara su preocupación por la situación política en Venezuela, además de ser el inicio de una intromisión en los asuntos interno de un país soberano, es también un paso firme para enviar mensajes amenazantes e intimidatorios.

La pugna de la derecha política venezolana por derrocar a la Revolución Bolivariana ha transitado por numerosos instantes que sus seguidores han coreado como “ahora si”: no fue el 11 de abril, no fue el paro petrolero, no fue la rebelión de los generales de la plaza Altamira, no fue el referéndum revocatorio y la lista es larga.

 

Por supuesto que no fue el atentado del 4 de agosto, tampoco las 500 marchas convocadas por el interino Guaidó, ni las opciones sobre la mesa de Trump.

La intensa guerra económica, las agresiones (sanciones) internacionales no han podido doblegar ni al gobierno ni al pueblo venezolano.

Con el desarrollo de la pandemia, generada por del nuevo coronavirus, ante sus estragos en la República Popular de China, y luego la calamidad en Europa, hizo que los buitres de la tragedia echaran nuevamente mano al ahora sí.

Tristemente hacían fiesta, que la pandemia “acabaría” con el gobierno de Maduro. Poco le importaba el país y los venezolanos.

Dos meses después, cuando el tsunami del covid-19 cruzó el Atlántico, se posó en Nueva York, afectando a otros países de Latinoamérica y el Caribe y con pocos daños en Venezuela.

Venezuela es la amenaza

La ira imperial se ha desatado contra la patria de Bolívar.

Con el bloqueo naval ahora sí

En pleno brote exponencial de la pandemia en EE.UU, ante la no ocultada indiferencia de Donald Trump, el imperio no escatimó circunstancia para arremeter contra Venezuela.

A todas luces, el operativo antinarcótico que, en la práctica será un bloqueo naval, muy cacareado últimamente por la oposición venezolana, se entiende que será un operativo anti Venezuela.

La administración Trump que cuenta con nueva bases militares en Colombia, no puede evitar que este país sea el que abastece el 90 por ciento de la cocaína que se consume en el estado de la unión.

Tampoco puede evitar que las instituciones bancarias estadounidenses sean el destino de la montaña de dólares que mueven el negocio de compra venta de cocaína.

Pero es que el último informe de la DEA, Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2019 refiere ese 90 por ciento que sale libremente de Colombia ingresa con mucha libertad a  EE.UU. El mismo informe sostiene que de Perú sale un 6 por ciento y por ninguna parte aparece la mención de Venezuela.

Detrás de Trump, en su ataque contra Venezuela están macabras figuras que ponen en duda cualquier afirmación o propuesta: John Bolton, Mike Pompeo y Elliott Abrams.

Del último, se puede decir que es un ex convicto, que tiene antecedentes por drogas en acciones contra la Revolución Sandinista.

 Venezuela es la amenaza

Y de Pompeo, también en su defensa, podemos citar sus propias palabras, que se califica como ladrón y mentiroso cuando estuvo como director de la Agencia Central de Información (CIA).

Si no hay pruebas que sustenten la acusación de narcotraficante contra funcionarios venezolanos, tendría que estarse atento a ese pasado de mentiroso de Pompeo.

No es descabellado intuir que en los próximos días presenten embarcaciones, aeronaves o instalaciones, en algunos países de los que giran en torno al Cartel de Lima, con la incautación de toneladas de drogas, del ficticio cartel de los soles.

Donald Trump no sabe cuántas opciones tiene sobre la mesa contra Irán, contra sus “aliados” de la Unión Europea, contra  Rusia, Turquía, Corea del Norte, China o contra Joe Biden.

Contra el covid-19 no sabe qué hacer, sólo piensa que la Organización Mundial de la Salud no está a su disposición como lo puede estar el FMI o el Banco Mundial.

El magnate presidente quiere invisibilizar su torpeza ante la pandemia que ataca con furia a su país.

Para ello quiere colocarse el traje de camuflaje para hacer la guerra. Pudiera ser otra torpeza meterse contra los hijos de Bolívar.

 

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Ciudad VLC /  William Hernández L.

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