En los últimos años en latinoamérica se han gestado diferentes movimientos en aras de subvertir el orden constitucional de diferentes países de esta parte del continente americano, bien sea por vía parlamentaria como pasó en Brasil, o a través de golpes de estado como el caso de Venezuela y Honduras.
Las fuerzas políticas de la derecha en el mundo ven que sus capacidades de convocatoria se han visto mermadas ante la arremetida de las fuerzas progresistas de las regiones.
El gran poder económico mundial ha movido cielo y tierra para que sus tentáculos no pierdan su poder de adhesión sobre los gobiernos en los que tienen intereses monetarios a través de sus inversiones multimillonarias que les han dado altos dividendos llenando sus arcas personales.
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Su fuentes de generación de divisas de manera ‘legal’ no son suficientes para saciar sus ansias de poder supremo sobre los pueblos del mundo y por esta razón es que la guerra se convierte en la mejor manera de generar ingresos de una forma fácil y sin esforzarse en lo más mínimo.
Desde el comienzos del siglo XXI la manera de hacer política ha tomado un camino diferente gracias a las diversas posturas de líderes sociales que fueron surgiendo desde sus pueblos en los que posteriormente fueron mandatarios o personajes importantes dentro de la palestra política de cada nación.
Y no en vano, estas ‘nuevas’ fuerzas políticas progresistas insurgen desde los pensamientos izquierdistas que vienen emergiendo desde los distintos ámbitos del mundo, haciéndose eco en los pueblos de una América que estaba ansiosa de nuevos rumbos.
Desde la caída del Muro de Berlín los pueblos tienen en sus mentes el deseo de cambiar las formas de gobernarse, pero debido a estas fuerzas imperiales mundiales, no habían podido generar los cimientos que sustentaran tales cambios.
Cabe la pena destacar que debido a esa nueva manera de ver y hacer política ha hecho que los movimientos sociales se muevan en la dirección de una nueva dirigencia, con nuevos pensamientos y con ambiciosos proyectos de cambios profundos en sus raíces sociales.
Y es ahí donde Venezuela toma un papel protagónico muy importante con la inserción del militar Hugo Rafael Chávez Frías, en el famoso intento de golpe del año 1992, en contra del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
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Desde ese entonces los anhelos de cambio en el continente fueron creciendo con más fuerzas y con una nueva manera de hacerlos realidad.
La nueva manera de hacer política se hizo sentir dentro de los rincones de una Venezuela ávida de cambio, ansiosa de verdadera renovación socio-cultural, haciendo que la ‘luz’ del camino a seguir sea más fuerte con el pasar de los años.
Los partidos de derecha venezolanos sintieron que un terremoto socio político estaba por ocurrir en la población venezolana, y por ello emprenden un camino de derrumbar tal movimiento social que estuvo opacado por varios años.
Se comienza a consolidar una nueva forma de hacer política para derrocar el gobierno progresista que se fue haciendo un piso sólido en cada rincón del país, dando a conocer un fuerte sentimiento de revolución en el que el pueblo tendría un papel preponderante en el mismo.
Y es aquí donde se dan cuenta que sus fuerzas políticas se ven mermadas y sienten que ya no pueden convencer a sus allegados con los argumentos que usaban desde muchos años atrás y empiezan a buscar nuevas formas de adueñarse del poder.
Al ver que no logran sus objetivos de perpetuarse en el poder político y por ende económico, buscan apoyos en gobiernos extranjeros que les den aliento para sus planes de dominación hegemónica, logrando así una particular cohesión, en la que la Política es vergüenza para las páginas de la historia que se escribe.
El desconocimiento de gobiernos e instituciones elegidos legalmente, con amplia participación ciudadana es el pan nuestro de cada día en Venezuela desde la llegada de Hugo Chávez a la palestra política.
Sus argumentos perdieron tanta vigencia que la frustración ha sido el alimento de sus seguidores para que dejen de seguirlos como líderes sociales, convirtiéndose en vergüenza de la política venezolana.
A la voz del pueblo “UH AH ! MADURO NO SE VA, SE QUEDA”. Hoy más que nunca el #PuebloEnMirafloresConMaduro y desde el Palacio del Pueblo estamos dispuestos a seguir defendiendo la Revolución Bolivariana junto a nuestro Pdte @NicolasMaduro . Venceremos! pic.twitter.com/auFmoGIAN4
— BENCIR GUERRERO O. (@begocandanga) April 30, 2019
En la actualidad la población venezolana sabe cuál es su papel en la historia y cuáles deben ser las acciones a tomar y el camino a seguir para consolidar el cambio político necesario que solicitan los pueblos y que Venezuela es guía del mismo.
Danilo González / Ciudad VLC
