SANDINO HOY EN AMÉRICA LATINA

Sandino hoy en América Latina combina la crónica y el ensayo para desarrollar una reflexión sentida de nuestro contexto histórico. JCDN.

Afiche publicitario del evento realizado este jueves en Valencia

Ayer, jueves 21 de febrero de 2019 de 10 am a 1 pm, invocamos el corazón libertario de Augusto César Sandino en la Biblioteca Manuel Feo La Cruz, ubicada en el centro de Valencia, la de Venezuela. Compartimos su gesta y pensamiento político, además de las visiones que en diversos géneros literarios acometieran autores de América sobre su actuación histórica.

Entre los doce reunidos en la mesa, esto es como si se tratase de una gran cena prolongada, nos encontrábamos el poeta Luis Alberto Angulo, la poeta Raquel Santeliz, los promotores culturales Alex Cicerón y Miguel Espejo, la directora de la Biblioteca Érica Muñoz y un grupo de sus trabajadores y algunos ciudadanos de a pie. El evento fue auspiciado por la Secretaría de Cultura del Gobierno Bolivariano de Carabobo y el diario Ciudad Valencia.

El poeta Luis Alberto Angulo leyendo «Hora 0» de Ernesto Cardenal

Nos tocó conversar sobre algunos escritores que consideraron con interés y respeto a Sandino: el memorialista y militar Abelardo Cuadra; los poetas del Decir Pablo Antonio Cuadra, Manolo Cuadra (hermano de Abelardo y compañero literario de Pablo Antonio), Ernesto Cardenal y la venezolana Enriqueta Arvelo Larriva; el periodista, historiador y militar venezolano Rafael de Nogales Méndez; el historiador y combatiente norteamericano Neil Macaulay; el poeta nicaragüense Salomón de la Selva como novelista; y los escritores venezolanos Orlando Araujo y José Pulido.

José Carlos De Nóbrega y Luis Alberto Angulo en la charla Visiones de Sandino

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Más allá del tema de Sandino como motivo literario y actor político, comprendimos que la pertinencia, probidad y justicia de su causa siguen vigentes. Coincidimos con Rafael de Nogales Méndez (El saqueo de Nicaragua, 1928) en la honestidad e integridad política y ética del Héroe de las Segovias. Ello muy a pesar del mito del bandolerismo que sus detractores, movidos por la “diplomacia del dólar”, le endilgaron a él y su ejército de liberación. Especie mal hablada y mentirosa que desmonta su colega trujillano: de Nogales Méndez le elogia su propuesta de guerra de guerrillas, la cual sería seguida no sólo por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, sino también por Fidel Castro y el Che Guevara.

Neil Macaulay, ex guerrillero gringo que acompañó a los barbudos cubanos que derrocaron a Batista, en su biografía The Sandino Affaire (1967), destaca que el biografiado fue un nacionalista nicaragüense e integracionista latinoamericano de carta cabal. Hace trizas la tesis simplista del comunista ortodoxo Gustavo Machado, quien le acusaba de traidor vendido por 60.000 dólares al gobierno norteamericano. Sandino no se dejó conducir como marioneta por la Internacional Comunista. De los 1.000 dólares enviados a Nicaragua, Sandino recibió tan sólo el 25 % de Machado, pues éste dedujo el resto como gastos de representación.

Por tal razón, en las memorias de Abelardo Cuadra (Hombre  del Caribe, 1979) se nos cuenta que Sandino tan sólo recibió apoyo de escritores y literatos, antes que de brigadas internacionales con sus tropas y armamento. También Don Abelardo confesó “la quemazón de la culpa”, cuando participó en el complot que llevó al General de Hombres Libres al paredón traicionero de fusilamiento: “Éramos catorce asesinos y conmigo quince”. Sólo que la gesta sandinista de aquel entonces lo condujo a dos complots contra Tacho Somoza, siendo encarcelado de por vida. Sin embargo, pudo huir atravesando la selva para combatir contra “Chapita” Trujillo en República Dominicana y Fulgencio Batista en Cuba. Su hermano, el poeta Manolo Cuadra, desde la izquierda embistió la tiranía del primer Somoza. No sorprende que ambos, con perspectivas ideológicas contrarias, se reencontraran en el pluralismo del sandinismo.

Retrato histórico del asesino y el mártir. Somoza traicionero y Sandino triunfador a la larga. Foto LA PRENSA/INCA

Igual sucedió con Pablo Antonio Cuadra y Ernesto Cardenal, poetas distintos en lo político que militarían en el cristianismo activo, esto es una Teología de la Liberación. El poeta Pablo Antonio en su tenor conservador, se desencantó del caudillo Somoza para acompañar años después en el diario “La Prensa” a Joaquín Chamorro, víctima mortal de Tachito. El poeta Cardenal combatió la megalomanía somocista desde la profecía religiosa, política y poética. Nos lo demostró el poeta Luis Alberto Angulo en su selección poética publicada por Monte Ávila en 2005 y, sobre todo, cuando nos leyó ese jueves fragmentos del poema épico cardenalicio (por apellido y estilo, no por el cargo episcopal) “Hora 0” de 1957. Otra de las voces preferidas por Angulo, la paisana Enriqueta Arvelo Larriva, invocaría a Darío a alzarse con su poesía contra la dictadura, por supuesto, para beneplácito de Sandino.

Salomón de la Selva nos ofrece en La Guerra de Sandino o el pueblo desnudo (1935) una novela reportaje ejemplar, la cual antecede Relato de un náufrago de García Márquez, A sangre fría de Truman Capote y el nuevo periodismo norteamericano. Los venezolanos Orlando Araujo (las crónicas de Viaje a Sandino) y José Pulido (la novela Una mazurkita en la mayor), aportan dos visiones de excepción de nuestro gigante antiimperialista. No importa que uno haya militado en la izquierda y que el otro no sea adepto del gobierno bolivariano.

Ante las dramáticas circunstancias que embargan al país nacional y no el del corrupto-politiquero, ningún sesgo ideológico propagandista justifica una intervención militar extranjera solitaria o multinacional en la Venezuela de Bolívar y Miranda. El camino alternativo es obvio pero de difícil realización en el imperio del despropósito: El diálogo constructivo, crítico y consensual en lo plural para encaminarnos al desarrollo de una nación modesta, austera pero soberana. Sandino representa lo contrario del Emperador Napoleón, porque es como José Martí: un bolivariano de pura cepa.

LEE ESTE POEMA DE ENRIQUETA ARVELO LARRIVA

José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC

 

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