La Reforma Universitaria conocida también como “El grito de Córdoba” aún resuena por su impacto en los centros de estudios universitarios de Latinoamérica y el mundo.
Fue en 1918 en la ciudad de Córdoba (Argentina) donde los estudiantes alzaron su voz de protesta exigiendo cambios estructurales y de transformación de la sociedad, anticipándose 50 años a lo que se conocería como el “Mayo francés” de 1968.
La lucha estudiantil sirvió como catalizador para decretar paros y huelgas en contra del presidente Hipólito Vargas y de las autoridades universitarias que eran impuestas a dedo desde el poder central.
Se ha establecido una analogía con la llamada generación del 28 en Venezuela, o al menos se infiere que el movimiento universitario venezolano que enfrentó la dictadura de Juan Vicente Gómez, tuvo en Córdoba ejemplo e inspiración.
El movimiento de Córdoba tuvo como contexto y antecedentes las luchas estudiantiles que se dieron en Argentina a inicio del siglo XX, la influencia de la revolución rusa de Octubre de 1917 y el fin de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Los estudiantes denunciaban el atraso científico de las instituciones universitarias, pero sobretodo su carácter arcaico y elitista. Algunos autores como Miranda (2016) señalan que el movimiento reformista tuvo importantes consecuencias en la legislación, formas de gobierno, concepción de la docencia, la didáctica, pero sobretodo en la definición de las relaciones de la universidad con la sociedad y con el Estado.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa. Manifiesto Liminar, 21 de junio de 1918
A continuación algunos puntos fundamentales consignados en el manifiesto de 1918:
Autonomía Universitaria, representa el más controversial requerimiento estudiantil pues enfatizada la necesidad de autogobernarse, elegir sus propias autoridades, establecer sus propios estatutos y programas de estudio, alejando los asuntos políticos externos del área de influencia universitaria, además de proponer la autonomía financiera.
Cogobierno Universitario, dando amplia participación a profesores, estudiantes y egresados, esta experiencia se extendió por América y Europa.
Libertad de Cátedra o docencia libre con cátedras paralelas o cátedras libres que podrían ser elegidas libremente por los estudiantes sin censuras ni prejuicios, buscando garantizar la mayor cantidad de corrientes de pensamiento y tendencias.
Libertad académica para el análisis y expresión de ideas científicas, filosóficas, sociales y políticas.
Misión social de la universidad, para que esta se involucre en la solución de los problemas sociales de la comunidad y del mundo, embrión de lo que hoy conocemos como extensión universitaria.
La universidad se vincula con el resto del sistema educativo nacional, en completa coherencia y apoyo a los niveles medio general, técnico y primario.
Asistencia libre a clases, facilitando el ingreso de estudiantes trabajadores.
Docencia libre, es decir aula abierta para todo aquel que quisiera impartir sus conocimientos sin importar su corriente de pensamiento y concursos de oposición para seleccionar al profesorado.
Gratuidad de la enseñanza universitaria haciéndola asequible a todos los estratos sociales.
Unidad latinoamericana en lucha contra cualquier forma autoritaria de gobierno en el continente.
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Como vemos, la Reforma Universitaria de Córdoba abrió el camino para una verdadera democratización y modernización de la universidad. Su impacto fue fundamental en varias generaciones de activistas, escritores, intelectuales, científicos, artistas y políticos que han adherido sus principios.
ISMAEL NOE VALECILLOS / CIUDAD VLC
