El anuncio sobre el posible hallazgo del submarino ARA San Juan, que más tarde fue confirmado por militares argentinos, no solo despertó de inmediato muchas expectativas, sino también algunas dudas e interrogantes.

Una de ellas, planteada por el diario Clarín, es por qué el buque noruego Seabed Constructor dejó para su último día de trabajos la zona que había detectado hace un año un buque chileno, y que habían recomendado revisar las Armadas de EE.UU. y del Reino Unido.

 

Y es que el lugar del hallazgo resultó estar a pocas millas de un área de interés identificada en noviembre de 2017 por el buque Cabo de Hornos, de la Armada de Chile.

 

El mismo mes, desde la Armada estadounidense también recomendaron centrar la búsqueda en esa zona, según documentos secretos revelados por Clarín el pasado mes de septiembre.

Submarino británico «fundamental» que «nunca llegó»

A su vez, el Reino Unido ofreció en diciembre de 2017 enviar un vehículo submarino autónomo para buscar en el área.

Sin embargo, y aunque oficiales de la Armada Argentina a cargo de la búsqueda habían sugerido aceptar el ofrecimiento, «por motivos que se desconoce el entonces jefe de la marina de guerra, almirante Marcelo Srur, desechó la posibilidad«, indica Clarín.

Buenos Aires no contestó, y el vehículo, «que era fundamental» para comprobar si el contacto localizado era o no el submarino desaparecido, «nunca llegó», recoge el diario, que cita fuentes militares.

 

 

Por otro lado, la empresa Ocean Infinity, antes de iniciar su operativo, tuvo a su disposición los datos recogidos durante la búsqueda internacional, incluida la pista encontrada por el buque chileno, pero no empezó a rastrear esta zona hasta el último día, empezando por otras áreas menos prioritarias.

 

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Ciudad VLC/RT

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