Este domingo 28 de octubre, 147,3 millones de votantes están convocados a elegir al nuevo presidente de Brasil, renovar el Congreso y los gobiernos regionales.
El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, y el candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro, son los postulados para la presidencia de ese país, luego de los resultados de la primera vuelta electoral, realizada el pasado 7 de octubre.
El candidato Fernando Haddad se mostró optimista ante estas elecciones luego de que una encuesta de Vox Populi mostrara que la distancia que lo separa del candidato de la derecha Jair Bolsonaro se acortó en seis puntos, publicó Página12.
La votación en Brasil está permitida para ciudadanos mayores de 16 años, y es obligatoria para aquellos entre 18 y 70 años.
Para garantizar la seguridad en las calles durante la jornada electoral, la Justicia Electoral pidió la participación de las Fuerzas Armadas. Un total de 27 mil militares participarán en la segunda vuelta electoral en 356 localidades del país.
La ultraderecha contra el credo de Lula da Silva
Fernando Haddad llegó a la política como miembro del centro de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo, afiliado al Partido de los Trabajadores (PT), en 1983. Actualmente, con 55 años de edad, es el candidato a la presidencia de Brasil como representante de Luiz Inácio Lula da Silva, líder del PT y preso político.
Haddad apuesta por el fortalecimiento de las instituciones del Estado para atacar la corrupción y busca promover la continuidad de las políticas de los gobiernos del PT en esa materia. Asimismo, está a favor de la redistribución igualitaria de los ingresos como base de la economía de mercado.
Por su parte, el ultraderechista Jair Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército con guiños autoritarios, fue el ganador de la primera vuelta con el 46.03% de los sufragios.
LEE TAMBIÉN: VENEZUELA CONMEMORA 8 AÑOS DEL ADIÓS DE NÉSTOR KIRCHNER
En las últimas semanas, miles de personas ocuparon las calles del país para protestar contra el discurso conservador, machista, homofóbico y antipatriótico de Bolsonaro, bajo gritos de «Él no», una consigna que tomó forma a partir de la movilización de distintos grupos sociales, los cuales Bolsonaro calificó como «radicales».
