Este martes, medios internacionales, organizaciones sociales y las redes sociales estallaron al hacerse público el comunicado de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Ecuador, donde se hace más que evidente la parcialidad del organismo interamericano, dependiendo de si se es un gobierno de derecha o de izquierda.
Y es que, como se recordará, aún luego de varios años todavía retumban los ecos de los lamentables comunicados que emitió el organismo controlado desde Estados Unidos, respecto a la situación de Venezuela o Nicaragua, por ejemplo.
En un cínico comunicado, la OEA, aunque aseguró respetar la libertad de expresión de los ciudadanos ecuatorianos, condenó lo que denominó «actos de violencia y vandalismo», refiriéndose a las masivas protestas callejeras que no afectan solamente a Quito -su capital- sino a los cuatro puntos cardinales del país.
Con la firma cínica de Almagro
Millones de personas en las redes sociales criticaron y repudiaron el accionar de la organización, pues para ellos resulta evidente que el comunicado de la OEA sobre Ecuador está vergonzosamente parcializado y tiene impresa la firma cínica de su secretario Luis Almagro, quien no ha titubeado ni un minuto en mostrar abiertamente su parcialidad.
Pero veamos algunas comparaciones sobre la situación de Ecuador, Nicaragua y Venezuela:
¿Violencia mala y violencia buena?
En esta oportunidad, el comunicado de la OEA sobre Ecuador repudió enérgicamente los actos de violencia registrados los últimos días en dicho país, pero además condenó los ataques a infraestructuras y funcionarios públicos: «Es totalmente inaceptable el secuestro de policías y militares, así como el destrozo y saqueo de bienes públicos, el incendio de patrulleros y ataques a ambulancias», reza el comunicado.
Asimismo, en dicho comunicado, la OEA indicó que es el Estado ecuatoriano quien debe garantizar la seguridad, la paz y el orden en el país.
Sin embargo, durante las protestas violentas que azotaron a Venezuela en los años 2014 y 2017, la OEA jamás condenó los hechos de violencia, destrozos de instalaciones públicas -incluido el incendio de un preescolar con niños dentro o de ambulatorios de salud- y el asesinato de funcionarios policiales y militares a manos de ‘manifestantes pacíficos’, pero que se encontraban fuertemente armados.
Paradójicamente, en ese momento organismos como la OEA y la CIDH criticaron la «brutal represión» del gobierno venezolano en el caso de las guarimbas y apoyaban el derecho a protestar de quienes llamaron ‘manifestantes pacíficos’, a pesar que sus acciones eran mucho más violentas y criminales que las que hoy se desarrollan en Ecuador.
“El gobierno debe revertir absolutamente ese posicionamiento que solamente incita al conflicto y a la confrontación. Pedimos se respete el derecho del pueblo a manifestar en paz”, declaró en ese momento Luis Almagro.
Y lo mismo pasó en Nicaragua. Las imágenes y videos publicados por las distintas agencias de noticias internacionales y redes sociales mostraban el odio y la saña con que manifestantes violentos destruían instalaciones públicas y privadas en Nicaragua; sin embargo, en esa ocasión, la OEA y su secretario general solo se limitaron a decir que los ciudadanos tenían derecho a manifestar.
¿Entonces por qué en el comunicado de la OEA sobre Ecuador no se condena la represión? ¿O Por qué en los comunicados emitidos para Venezuela y Nicaragua no se condenaron los actos de violencia cometidos por manifestantes armados y violentos?
Para la OEA, las protestas en Ecuador son hechas por manifestantes violentos y vándalos, pero no así para los casos de Venezuela y Nicaragua, a pesar que las muchísimas evidencias gráficas demuestran lo contrario ¿Acaso existe violencia buena y violencia mala?
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La legitimidad en tela de juicio
Otro de los puntos polémicos en el comunicado de la OEA sobre Ecuador es el referido a la legitimidad del gobierno de Lenín Moreno, quien nunca queda en tela de juicio y recibe un apoyo irrestricto en el seno de la organización.
«La OEA considera fundamental que todas las partes respeten el término constitucional por el que fue electo el presidente Lenín Moreno y reitera su rechazo a cualquier forma de interrupción de su gobierno», se puede leer en el comunicado emitido por la secretaría general de la OEA.
En resumen, este comunicado expresa claramente que la OEA no aceptará otro gobierno distinto al de Moreno y que el pueblo ecuatoriano no tiene el derecho de lograr su salida mediante las protestas.
Nuevamente el doble rasero evidenciado en el comunicado fue rechazado por miles de personas, quienes en las redes sociales criticaron el descaro y el desparpajo con que el secretario general maneja a su antojo la OEA en complicidad con varios gobiernos títeres de la región, la mayoría cartelizados en el denominado Grupo de Lima.
Para Almagro es repudiable la presión ejercida por el pueblo ecuatoriano para que Lenín Moreno renuncie, pero mantiene un doble discurso respecto a la legitimidad de otros gobiernos no alineados con las políticas de EEUU, como Venezuela y Nicaragua.
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¿Cómo puede Almagro decir que no aceptarán la salida de Lenín Moreno pero sí asumir directa y públicamente su intención de derrocar a gobiernos -igualmente legítimos- como el del presidente Nicolás Maduro en Venezuela y el de Daniel Ortega en Nicaragua? ¿Acaso es la OEA quien determina la legitimidad o no de un gobierno?
La autoproclamación de Juan Guaidó como ‘presidente’ de Venezuela, no solo no fue rechazada, sino que ha sido constantemente apoyada, promovida y financiada desde el seno de la secretaría general de la OEA, una organización que ha sido secuestrada por un grupúsculo de países que sirven a los intereses hegemónicos de EEUU en la región; y con el comunicado emitido queda hoy más que nunca en evidencia.
Ely Reyes/Ciudad VLC
