El régimen de Estados Unidos decidió revocar la visa a la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, debido a una posible investigación sobre crímenes de guerra por parte de soldados estadounidenses en Afganistán.

 

El jefe de la diplomacia norteamericana, Mike Pompeo, había anunciado en un discurso que ya ha revocado todos los visados concedidos a los empleados de ese tribunal, fundado en 2002 en La Haya y que ha presentado cargos contra 44 personas por genocidio y crímenes de lesa humanidad o de guerra.

 

Bensouda, de nacionalidad gambiana, proseguirá cumpliendo su labor “sin temor ni favoritismo” pese a la revocación de su visado, indica en un comunicado la oficina de la Corte Penal Internacional.

 

La Fiscal General de la CPI anunció en noviembre de 2017 que buscaba iniciar una investigación formal sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos en Afganistán, incluso por el ejército de Estados Unidos.

 

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EEUU y su doble rasero sobre Derechos Humanos

Estados Unidos se ha negado a unirse al tratado que rige el CPI, el Estatuto de Roma, que entró en vigor en 2002 y ha sido ratificado por 123 países, lo que en teoría le permite violar todos los derechos humanos que les venga en gana y al mismo tiempo criticar y sancionar a otros países por crímenes similares, e incluso menores que los cometidos por las tropas norteamericanas.

 

El régimen gringo y otros países no suscribieron el tratado de Roma y por lo mismo no aceptan jurisdicción distinta a la suya que investigue y juzgue a sus tropas.

 

Washington ha hecho todo lo posible para evitar que los estadounidenses fueran objeto de sus investigaciones. La administración de Donald Trump ha llevado al extremo la desconfianza en esta institución.

 

A mediados de marzo, Estados Unidos anunció sus primeras sanciones contra la CPI, negando visas a cualquier persona involucrada en la investigación de las acciones de las tropas estadounidenses en Afganistán o en otros países.

 

Sin embargo, el gobierno de Trump se ha encargado de sancionar y presionar a muchos países con el pretexto de los derechos humanos. Una de las naciones más asediadas por EEUU ha sido Venezuela, país que ha sido objeto de sanciones, bloqueos y acciones unilaterales de EEUU para asfixiar su economía, siempre bajo la excusa de defender los derechos humanos, la libertad y la democracia.

 

Mientras intenta imponer a la fuerza la entrada de una supuesta «ayuda humanitaria» a Venezuela, sus tropas continúan cometiendo crímenes de lesa humanidad a lo largo y ancho del mundo, sin haber un organismo que pueda sancionarlos.

 

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Ely reyes/Ciudad VLC/Con información de AFP

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