Fáver Páez el viejo ácrata es una semblanza personal del profesor José Gregorio Medina sobre este poeta radicado en Valencia. JCDN.
FÁVER PÁEZ EL VIEJO ÁCRATA
José Gregorio Medina
Hablar o escribir de un poeta requiere una especie de acto de fe en el trabajo creativo del escritor en cuestión.
El rapsoda nacido en San Carlos de Cojedes en fecha incierta y residenciado en la Valencia del rey desde hace décadas, tantas que ni Matusalén podría recordar. Es a la mirada de los tecnócratas de la vanguardia poética un raro espécimen poético extinto y, por lo tanto, digno de ignorar por considerarlo anacrónico y soez para la realidad poética tan acartonada de hoy día.
En Faver Páez podemos encontrar un sin fin de enfermedades reales e imaginarias que lo han llevado a un auto exilio cotidiano en grado de reclusión, donde cada día debe derribar un molino de viento a la hora de abrir los ojos para así seguir construyendo una obra poética marcada a pulso de neurosis y con sabor a diazepan con tafil en cada verso.
LEE ESTE TEXTO SOBRE ERNESTO CARDENAL
Esto lo ha llevado magistralmente a superar el temblor mágico de su primer libro [Para no morir del todo], obra que ganó los elogios de muchos y la crítica de otros. Para Faver Páez el trabajo poético se convirtió en un apostolado de vida y entre la métrica y el ritmo va definiendo una gama de sonetos escupidos con maestría casi mágica, encabalgados cada vez más dentro de su mundo interior donde hace confluir sus ángeles y demonios en una sinfonía clásica.
LEE ESTA ENTREVISTA IMAGINARIA AL POETA FAVER PÁEZ
Como lírica clásica son sus coplas de octosílabos cargados de fuerza telúrica y misterio profano que eluden a ese viejo ácrata, quien parece llorar y reír al mismo tiempo con el humor necrofílico con que ha sabido evadir hábilmente su inevitable encuentro con los poetas José Joaquín Burgos y Carlos Oraa quienes -junto a un histérico Cristóbal Ruiz- lo esperan al otro lado de la barra que algunos llaman eternidad.