Los rastrojos-Juan guaidó

Juan Guaidó (Juagua), combinación de nombre y apellido que parecen sacados de un cuento de la narrativa latinoamericana, es un personaje recién llegado a las vitrinas mediáticas. Por orden imperial se auto juramentó, se auto proclamó Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y como si fuese un Sancho Panza, en su ínsula Barataria, procedió a designar ministros, consejeros, embajadores, procuradores y hasta decidió, imitando al Quijote, montar su guerra frente a una base militar.


El 22 de febrero del año 2019, el “flamante presidente interino” de Venezuela abandonaba los protocolos que le corresponden como “jefe de Estado”, para ingresar a la República de Colombia por los caminos verdes, como lo hacen las personas que están fuera de la ley.
En su recorrido, entre el sector La Palmita (Táchira) y Puerto Santander (Colombia) posó en cuatro momentos para cuatro fotos con integrantes de la criminal banda narco paramilitar colombiana conocida como Los Rastrojos.


Nunca hubo público, por el toque de queda impuesto por el grupo criminal, para ocultar el ingreso del “presidente imaginario” a territorio colombiano. Las únicas fotos las hizo el equipo que coordinaba el ingreso.
Se ha insistido que es desprestigiante para un Presidente aparecer sonriente en fotos con criminales empistolados, pero en este caso, en las redes sociales, se ha dicho que fueron Los Rastrojos los que han quedado mal parados en su “reputación”.

Los rastrojos-Fiscal general Saad
Fiscal general Tarek William Saad.

Juagua no se libra de los escándalos


En su imaginaria Presidencia, el auto proclamado no ha podido librarse de un escándalo cuando surge uno nuevo. Salvo otros hechos de menor monta, resaltan varios acontecimientos vinculados a las fechas del 22 y 23 de febrero pasado, ocurridos cerca de la frontera por Táchira.
Los medios dejaron registrada aquella afirmación de que la supuesta ayuda humanitaria, marca Usaid, “entraría a Venezuela sí o sí”. La cacareada ayuda nunca entró. El fuego la consumió, luego “el gobernador insular” sostuvo que el régimen de Maduro había ordenado la criminal incineración.


La propia mediática imperial, léase The New York Times, se encargó de abofetear las palabras del interino: la carga humanitaria recibió fuego por parte de la gente que dijo que sí o sí entraría a Venezuela.
De ese 23 de febrero quedó: el concierto Venezuela Aid Live, que nunca se supo cuánto dinero aportó, y a donde fueron esos recursos; la muerte por droga, en un prostíbulo de Cúcuta, de un militante del partido Voluntad Popular y la gravedad de un diputado de esa misma organización, hecho que dejó muchas interrogantes.


Igualmente, Rossana de Cúcuta, designada por el imaginario Presidente, hizo desaparecer cientos de miles de dólares, lo que hizo encender las alarmas de los organismos de inteligencia de Colombia. Aquí, fue nuevamente un medio antichavista (Panam Post) el que produjo la chispa del escándalo.

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Finalmente, el malandraje contratado por la oposición venezolana no pudo profanar la frontera Patria.
La OEA (Luis Almagro); el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez; el mandatario chileno, Sebastián Piñera, y el propio Iván Duque quedaron involucrados en el escándalo, que los dejó en ridículo ante el mundo, porque no pudieron ingresar a territorio venezolano la supuesta la ayuda humanitaria.

Los Rastrojos desprestigian y se desprestigian


Se sostiene desde los cuerpos policiales y de inteligencia de Colombia, y desde los medios informativos, que en las fronteras del país, por Venezuela, funcionan diversos grupos y organizaciones delictivas, destacando, entre ellas, el denominado grupo Los Rastrojos.


Se trata de un grupo paramilitar clasificado como Bacrim, y se compone de disidentes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Los Rastrojos, en 2009, se habían convertido, en “la organización criminal de narcotráfico y terrorismo más grande de la nación neogranadina y, sin duda, lideran los cárteles de su país.


Se dijo, desde el gobierno colombiano, que Los Rastrojos habían perdido fuerza para 2016, reduciéndose a pocas decenas de hombres articulados en el Norte de Santander. Su líder, Walter Raúl Silva, alias “Carevieja”, fue abatido por organismos de seguridad venezolanos.
Parte del destape de este nuevo escándalo, en el que aparece el auto proclamado, surge de la denuncia pública realizada por el dirigente colombiano de los Derechos Humanos, Wilfredo Cañizares, director de la ONG Progresar.


Cañizares ha sostenido que Los Rastrojos se han mantenido en guerra con otros grupos criminales como El Clan del Golfo y Los Paisas, hasta que, luego de reuniones de distensión, acordaron la repartición de territorios a nivel nacional.


Sin ninguna duda, el militante de Voluntad Popular que aparece fotografiado, en un terreno privado, sin público, con altos jefes de la banda paramilitar, lo hizo con la anuencia de su equipo de seguridad y con el asesoramiento del gobierno de Iván Duque, conociéndose de los peligros que reinan en el Norte de Santander.

Guaidó niega a sus protectores


Es impensable que el equipo de seguridad de Juagua les permitiera, a extraños armados, que se le acercaran para abrazarse y tomarse fotos con él. De esto, periodistas de Maracay pueden dar testimonio acerca de hechos vividos recientemente.


Guaidó negó conocer a sus protectores, a quienes en algún momento llamó criminales. Hoy Los Rastrojos se sienten desprestigiados por haberse tomado fotos con un individuo de este nivel.

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Las primeras declaraciones de Guaidó, luego de difundirse sus fotos junto a Albeiro Lobo Quintero, alias “Brother”, y John Jairo Durán Contreras, alias “El Costeño o El Menor”, jefes paramilitares, fue la siguiente:
“…Para ya, y ya van a ver yyyy por esto van a ver las once alcabalas que queeee que pasamos los videos inéditos…¿cómo logramos pasar?…por ejemplo eee ciudadanos venezolanos porque todo esto fue por cierto en Venezuela yyy lo evidente (aquí subió el tono y pronunció con buena modulación cada palabra)…que ya lo utilizaron sobre todo en Colombia para atacar la política interna del país de nuevo, aquí hoy lo que queda de manifiesto en este momento es que lamentablemente en territorio venezolano el régimen de Maduro ampara estos criminales (al parecer se refiere a los criminales de las fotos) y que en Colombia pagaron, celebramos (esta última fue perfectamente pronunciada) que sean puestos como deberían estar en Venezuela (esta última frase sin modulación, se adivina cada palabra) que debería estar denunciando el régimen y no lo hace, porque son cómplices es que detenga a estos irregulares, no solamente a estos es que entreguen a Santrich y a Márquez que los protegen y tienen en territorio venezolano….”.


Esta declaración se la editó y difundió el Centro de Comunicación Nacional, el 13 de septiembre, coordinado por Alberto Federico Ravell, @Presidencia_VE

William Hernández L./Ciudad VLC

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