El represor argentino Héctor “El Oso” Acuña quien durante la última dictadura en ese país integrara el Servicio Penitenciario bonaerense y fuera torturador en el centro clandestino La Cacha, fue denunciado por una joven que aseguró haber sido abusada sexualmente por él, durante diez años, incluso en la cárcel de Marcos Paz, donde el imputado estuvo encarcelado.

 

La joven nació en 1993 y fue víctima de Acuña desde que tenía solo cinco años. Incluso lo sufrió durante las visitas a la cárcel de Marcos Paz, luego de que el represor fuera arrestado en 2006, informó Página12.

 

Desde pequeña, la joven, cuyo nombre se mantiene en reserva, quedaba al cuidado de Acuña, con quien tenía un vínculo familiar, mientras sus padres trabajaban. Entre los cinco y los 14 años (entre 1998 y 2007) sufrió los abusos del represor.

 

La víctima fue llevada al penal de Marcos Paz para verlo cuatro veces y el represor, aun en ese contexto, buscaba alguna excusa para quedar a solas con ella, sobre todo cuando las visitas se hacían en unos boxes privados de la cárcel.

 

Acompañamiento la ayudó a denunciar al represor

A los 16 años la víctima pudo, a pesar de las amenazas de Acuña, contárselo a una amiga y así comenzó el camino que terminó con la denuncia judicial.

 

Represor argentino-Ciudad VLC
Durante diez años el represor abusó de una niña que estaba a su cuidado.

 

Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y Santiago Marquevich fiscal federal interino de Morón introdujeron formalmente esta semana la denuncia ante un tribunal y pidieron que Acuña, que está tramitando su arresto domiciliario, sea llamado a declaración indagatoria por el delito de abuso sexual agravado.

 

“Los hechos fueron sostenidos en el tiempo y adquirieron una gravedad progresiva a medida que la niña crecía”, dice la denuncia presentada por la UFEM, que ahora tiene el juez federal de Morón Jorge Rodríguez.

 

El represor de La Cacha

En 2006, Acuña fue arrestado por delitos de lesa humanidad y reconocido por los sobrevivientes de La Cacha, como uno de los interrogadores y torturadores de ese centro clandestino de detención en la última dictadura de Argentina.

 

La Cacha-Ciudad VLC.
La Cacha fue un centro clandestino de tortura, represión, asesinatos y desapariciones de militantes de izquierda.

En el juicio por los crímenes cometidos en La Cacha, Ricardo Molina contó que fue secuestrado el 14 de abril de 1977 por la noche en su domicilio por un grupo de tareas comandado por una persona que se hacía llamar “El Francés” (Gustavo Adolfo Cacivio).

 

Dictadura argentina-Ciudad VLC
Durante la última dictadura en Argentina se instauró un verdadero terrorismo de Estado.

 

También declaró que fue llevado a La Cacha en el asiento trasero de un Torino blanco de cuatro puertas y que al llegar al centro clandestino, un sujeto muy violento al que le decían el Oso lo sacó del auto de los pelos y que aunque no le vio la cara presumía que participaba en sesiones de torturas y estaba regularmente en el lugar.

 

Por su parte, María Laura Bretal relató que en La Cacha los secuestrados fueron humillados, engrillados de pies y manos, encapuchados y describió a “el Oso” como un “terrible torturador que era del Servicio Penitenciario”.

 

Represor-Plaza de Mayo-Ciudad VLC
Acuña también fue encontrado culpable del homicidio de Laura Carlotto, la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

 

Un testigo que vive en el exterior y declaró mediante videoconferencia y con el pedido de que no hubiera público en la sala y se reservara su nombre que fue víctima de abusos sexuales por parte del Oso Acuña mientras lo torturaban.

 

Acuña fue encontrado culpable de 43 privaciones ilegales de libertad, 127 casos de tormentos y de los homicidios doblemente calificados por alevosía de Olga Noemí Casado y Laura Carlotto, la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

 

El tribunal describió a Acuña como una persona con gran autoridad entre los miembros de las fuerzas de seguridad, antisemita y muy temido por las víctimas por su salvajismo y violencia. También afirmó que hacía sentir miedo a los guardias del centro clandestino.

 

El Oso Acuña
El «Oso» Acuña provocaba y ofendía a los familiares y amenazó a los abogados durante el juicio.

 

En octubre de 2010 fue condenado a diez años de prisión, los cargos por los cuales fue condenado son: Represión ilegal, el cual se caracterizó por la práctica sistemática de imposición de tormentos a los presos políticos, con el fin de quebrar su resistencia física y moral y así lograr su despersonalización; por la comisión de homicidios dentro y fuera del penal; por desapariciones forzadas y privaciones ilegales de la libertad, hechos que demostraron que La Cacha funcionaba como un verdadero centro clandestino de detención, tortura y muerte.

 

En 2014 recibió una segunda condena del mismo tribunal, esta vez a prisión perpetua, por secuestros, asesinatos y torturas en el centro clandestino de detención La Cacha, llamado así por el personaje de historieta la Bruja Cachavacha, que hacía desaparecer personas.

 

La Cacha funcionó desde fines de 1976 hasta octubre de 1978 en las instalaciones de la antigua antena transmisora de la Radio Provincia de Buenos Aires, en el predio de la penitenciaría de Olmos.

 

Allí actuaron patotas de las Fuerzas Armadas y de distintas fuerzas de seguridad: las que pertenecían al Regimiento 7, al Servicio de Inteligencia del Ejército, a la Marina y al Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, donde trabajaba Acuña y era uno de los jefes.

 

Sebastián Molina/Ciudad VLC/Con información de Página12.

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