A la hora de hablar de la leche materna, surge un estigma social sobre las progenitoras de bebés mayores de seis meses, basta con amamantarlo fuera de su hogar para que le pregunten: «¿Qué edad tiene ese muchacho para que le estés dando teta?, lo que te sale ya es agua».
A la sociedad no le vale que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna hasta los dos años o más, siempre y cuando la mamá y el bebé lo deseen, hay casos en que el infante deja de tomar teta por sí solo.
la leche materna es el único alimento que modifica su composición a medida que el bebé crece y su producción se da cuando el bebé succiona.
Por un lado, la medicina considera que el destete ideal debe durar hasta la madurez inmunológica, que ocurre de manera completa hasta los seis años, según destaca el artículo «El incómodo tabú de la “lactancia prolongada”, publicado en liberaradio.com.
Asimismo, para la antropología la lactancia dura de 2.5 y siete años; la etnopediatría hace referencia a los cuatros años; mientras que en la sociología la edad promedio del destete ocurre de 2.5 a 3 años, indican el citado reportaje.
la edad en la que ocurre el destete de un niño varía de una sociedad a otra.
Aunado al hecho que las obligaciones del día a día hacen que este práctica finalice antes de lo previsto, «porque no hay tiempo para eso», tenemos horarios fijados para todo, más los inconvenientes que se puede presentar, por ejemplo, llegar a nuestros destinos; atender el trabajo, la casa, a la familia, tareas y pare de contar.
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Esta lucha no es sencilla por lo que es necesario hacer conciencia desde todos los espacios para que la ciudadanía se informe, acepte y respete que amamantar después del año la leche materna no pierde sus propiedades.
De hecho, a partir del primer año de lactancia la cantidad de grasa en la leche aumenta con respecto a los primeros meses, lo que da como resultado un alimento completo y nutritivo.
Acá se ilustra los aportes nutricionales que ofrece la leche materna.
Cada especie con su leche
También, hay que normalizar la práctica de ésta, que se trata de un hecho natural, si, tan natural y aceptable como ver un catálogo de ropa interior de mujer o en una valla publicitaria.
En vez de cuestionarle o criticarle la lactancia de una mamá a su bebé mayorcito, pregúntense por qué somos los únicos del reino animal que tomamos leche de otras especies, entiéndase de vaca y cabra, por nombrar las más comunes.
«No tiene ningún sentido decirle a una madre que le quite el pecho para darle leche de vaca como no tiene sentido referirse a ella como «la de toda la vida», cuando lo de toda la vida es lo que ha alimentado a los bebés durante millones de años: la leche de sus madres», reflexiona Armando Bastidas en bebesymas.com .
Sin riesgos
Tampoco han constatado riesgos físicos ni psicológicos en niños que toman pecho por encima de los 2-3 años. Mucho menos la relación entre lactancia materna prolongada y malnutrición en países en desarrollo destaca el portal Faros, plataforma digital de promoción de la salud y el bienestar infantil.
Ciudad VLC/Vanessa González
