Cómo preludio a la Guerra Federal (1859 – 1863) las primeras dos semanas del mes de marzo de 1858 tuvo lugar en Valencia la llamada Revolución de Marzo, que este año cumple 161 años.

General José Tadeo Monagas

El general Julian Castro, gobernador de la provincia de Carabobo, lideró un movimiento de desconocimiento de la institucionalidad venezolana. En aquel momento el gobierno lo detentaba el general José Tadeo Monagas. El alzamiento tuvo éxito y significo el fin de la alternancia en el poder de los hermanos Monagas (José Tadeo y José Gregorio). El monagato llevaba más de 10 años (1847 – 1858) en el poder.

 

Las verdaderas causas del alzamiento

Mucho se ha hablado acerca de las verdaderas causas del alzamiento de marzo de 1858. Generalmente se mencionan nepotismo por parte de los hermanos Monagas, personalismo, malversación de fondos públicos, latifundismo, censura de prensa y persecución de sus opositores políticos. Todos estos motivos son perfectamente atribuibles, en mayor o menos medida, a los gobiernos anteriores de Páez y Soublette (1831 – 1847).

General José Antonio Páez

También se ha mencionado el descontento de sectores sociales y políticos. Igualmente, tanto Páez como Soublette debieron enfrentar diversos alzamientos. Entre ellos la tentativa separatista de oriente en 1831; la insurrección de Cayetano Gabante en 1834; la Revolución de las Reformas (durante el breve periodo presidencial de Vargas) de 1835; la de Francisco Farfán en 1837; y la gran rebelión campesina de 1846.

General Julian Castro

La verdad es los hermanos Monagas habían excluido del poder a Páez y a sus partidarios: la oligarquía terrateniente y multitud de usureros y prestamistas. Por otro lado, los grupos de pensamiento más avanzado (el general Ezequiel Zamora entre ellos) se sentían defraudados al no ver verdaderos cambios en la estructura social de desigualdad en Venezuela.

Por otro lado, la caída de los precios del café en el mercado internacional en 1847 trajo como consecuencia una profunda crisis en el campo venezolano. Y la nueva constitución de 1847 contemplaba, entre otras cosas, la reelección inmediata del Presidente de la República y la extensión del mandato presidencial a seis años. Estás disposiciones dificultaban las aspiraciones políticas de los distintos aspirantes a la presidencia.

 

161 años de historia y lecciones vigentes

El 5 de marzo de 1858 una asamblea de vecinos y partidarios de los distintos grupos políticos se reunieron en la municipalidad de Valencia. Allí proclamaron el fin del monaguismo y la convocatoria a una Convención de Diputados, entre otras cosas. 

Rápidamente hubo una movilización de tropas desde Caracas. Sin embrago, gran parte de la oficialidad estaba a favor de la conjura. Sin respaldo de los soldados, la oficialidad y el congreso, el presidente Monagas renunció a la primera magistratura el 15 de marzo.

La Revolución de Marzo es recordada, en parte, por su efectividad. Se trató de la primera tentativa exitosa de acceder al poder en Venezuela por vías no constitucionales. Sin embargo, sus resultados son sumamente cuestionables. La alianza entre los distintos grupos políticos que la conformaron rápidamente fue rota. Los grupos más conservadores y reaccionarios se hicieron con el poder y excluyeron al resto. Esta situación de traición y exclusión reiterada trajo como consecuencia el estallido de la Guerra Federal 11 meses después.

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Las lecciones quedan para la historia. Solo la unión cívico-militar puede proteger a un gobierno de las tentativas no democráticas. Las «uniones» entre grupos políticos de ideología distinta son irreales. Los factores más reaccionarios y conservadores siempre traicionaran al llegar al poder.

 

Ciudad VLC/JV Castillo

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