Se cumplieron noventa días de la entrada en vigencia del Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad, en los que, como era lógico suponer y así fue anunciado por el presidente Nicolás Maduro, la búsqueda de los nuevos equilibrios macroeconómicos, el fortalecimiento del salario, la búsqueda de la estabilidad de los precios, junto con la protección social del pueblo, el fortalecimiento de las fuerzas productivas nacionales y de la producción; se han estado enfrentando contra la oligarquía antinacional y antipopular.
Esa oligarquía aliada del imperialismo, que sigue haciendo uso de sus armas principales –el alza especulativa de precios, la manipulación a través del dólar de guerra y el bloqueo comercial y financiero de Venezuela- para anular los efectos positivos del incremento salarial de 6.000 % que decretó el Presidente de la República a partir del 1 de septiembre de este año y obstaculizar el logro de los objetivos del Programa.
No obstante, avanzamos en el logro de los objetivos en materia fiscal, monetaria y cambiaria y el salario, pese a que ha sido muy golpeado por el alza de precios, sigue manteniendo una capacidad de compra superior al período inmediatamente anterior al 1 de septiembre.
Todavía nos quedan batallas que dar en este terreno que venceremos con nuestra unidad y lucha.
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La derecha del continente y del mundo, dirigida por la élite fascista que gobierna en los EEUU, continúa empecinada en una guerra mediática que se acerca a los 20 años sin que hayan podido con la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo, que hoy es mucho mayor.
La campaña de infamia acerca de un supuesto éxodo de venezolanos y de la inexistente crisis humanitaria ha sido derrotada por nuestro pueblo y nuestra dirección política.
Quienes nos acusan desde Honduras o Guatemala son quienes tienen hoy esos problemas.
Las amenazas de guerra e invasión –que no debemos menospreciar ni subestimar nunca- pierden fuerza.
Al parecer en el continente, en Europa y hasta en los EEUU, surgen voces que abogan por el diálogo con el gobierno revolucionario, debilitando a los guerreristas de la ultraderecha venezolana y de otras latitudes. Signos de que avanzamos. Seguimos venciendo.
Eduardo Piñate
