Sí algo ha caracterizado a la Revolución Bolivariana para salir victoriosa ante las adversidades que le ha tocado enfrentar, producto del sistemático y continuado asedio contra la soberanía, ejecutada por la oligarquía nacional con apoyo del gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea y sus países serviles en Latinoamérica, es que en cada coyuntura difícil, el pueblo y Gobierno Nacional han sido capaces de crear, ampliar, profundizar, mejorar y articular mecanismos y políticas sociales destinadas al resguardo y defensa de la calidad de vida de los venezolanos.

El primer gran ejemplo se evidenció en el golpe de Estado del 11 abril de 2002, un evento perpetrado por los factores más radicales de la oposición venezolana que con apoyo de Washington, medios de comunicación privados y una cúpula de militares antipatriotas, fueron capaces de secuestrar al Presidente de la República y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, y vulnerar la Constitución Nacional al decretar al mismo tiempo la suspensión de las garantías constitucionales y la eliminación de todos los Poderes del Estado y sus instituciones.

 

 

 

Aquel golpe contra la democracia, que terminó por diluirse gracias a la rebeldía del pueblo que salió a las calles a defender sus derechos y a devolver el orden constitucional de la República en compañía de militares patriotas, lograron que Chávez saliera del secuestro en el que estuvo a punto de ser asesinado, y de esa manera retomar las riendas del país.

 

Ese momento que está plasmado en la historia reciente de Venezuela como un claro ejemplo de las intenciones antidemocráticas de la oposición y sus verdaderos propósitos con el país, marcaron un antes y un después para la Revolución Bolivariana, pues sirvió para que Chávez comenzara a tomar una serie de decisiones trascendentales para proteger a la población de las ambiciones y mezquindades de la oligarquía, al reivindicarla con derechos económicos y sociales a la que siempre fue marginada por los gobiernos neoliberales del bipartidismo a la sombra de Acción Democrática y Copei, en la cuarta república.

 

Trabajar por el pueblo

Es así como Chávez crea las Misiones Sociales, un conjunto de programas para atender las necesidades fundamentales del pueblo, como el acceso a una red de salud pública, gratuita y de calidad; un efectivo programa que permitiera mejorar la distribución de alimentos al pueblo; y un sistema de educación pública ampliamente desarrollado y acorde a las nuevas tecnologías. De esa manera surgen la Misión Barrio Adentro (Salud), Misión Mercal (Alimentos) y las Misiones Robinson, Ribas y Sucre (Educación).

Con la Misión Barrio Adentro, Chávez logró que cada comunidad, hasta en los lugares más apartados, pudieran contar con un consultorio médico, insumos y talento humano para prestar atención y cuidado a la población. Lo mismo pasó con Mercal, que ofreció acceso a alimentos a precios accesibles en medio del desabastecimiento y sobreprecios inducidos por las redes privadas.

 

 

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De la misma forma las misiones educativas cumplieron con sus objetivos. La Misión Robinson logró llevar a cero el índice de analfabetismo en el país, hecho reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco); la Misión Ribas amplió el acceso a estudiantes de educación media a que lograran titularse como bachilleres; y la Misión Sucre democratizó y masificó el acceso a los estudios universitarios, que por décadas habían sido ajenos para la mayoría de la población.

 

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«Las misiones sociales son un ejemplo elocuente de lo mucho que puede hacerse cuando existe voluntad política, cuando existe decisión política de un gobierno para trabajar junto al pueblo y por el pueblo. Las misiones son un ejemplo, se han venido convirtiendo en el centro, el núcleo central de la política del gobierno revolucionario», subrayó Chávez en 2009, durante su Mensaje Anual a la Nación ante la Asamblea Nacional, los Poderes Públicos, el Alto Mando Militar, Tren Ejecutivo, gobernadores, alcaldes y representantes de las instituciones del Estado.

 

El líder bolivariano también explicó ese día que la magnitud, extensión y permanencia de las Misiones como articuladoras de la política social del Gobierno, ya son y forman parte de los derechos adquiridos por todos los venezolanos, independientemente su posición política e ideológica. «Las misiones aquí en Venezuela se han convertido en política de Estado como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la sociedad, de la economía, de la nación».

 

Un puente hacia el socialismo

Para Chávez, resguardar la calidad de vida de los venezolanos, sobre todo de los jóvenes y las mujeres, históricamente más vulnerados por la sociedad capitalista, significó el alma y el pilar fundamental para construir el camino de tránsito hacia el Socialismo Bolivariano.

«La esencia de estas grandes misiones es que son el puente de tránsito, son el rumbo hacia esa sociedad socialista, esa sociedad de iguales, de incluidos, donde vivamos todos en condiciones de igualdad de derechos, son puente, tránsito y el camino que vamos construyendo».

Chávez reflexionaba que al ser tan importante el propósito de las misiones, el liderazgo del pueblo y del Gobierno debe contar con la capacidad de reaccionar con perspicacia y creatividad ante las adversidades que la derecha siempre buscará imponer y ejecutar contra la soberanía e independencia de la nación.

«Para mantener la esencia de las misiones, se requiere un alto grado de creatividad siempre, creatividad para mantenernos en ofensiva misionera», enfatizaba Chávez, tras destacar que esa misma ofensiva era la que fue capaz de llevar la pobreza en Venezuela de 60% a 28% para el año 2012; el analfabetismo a cero, colocar a Venezuela en el quinto puesto de los países con mayor matrícula universitaria y permitir al pueblo tener pleno acceso a la educación, a la salud, al trabajo, a los alimentos y a la vivienda.

 

 

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«La burguesía dice que las misiones son una irresponsabilidad, que estamos regalando la plata, botando la plata, que esto es para que Chávez busque votos, pero no», recalcaba Chávez; quien alertaba que lo que más molesta a la oligarquía es no tener el poder político del país para controlar la renta petrolera y evitar que los que históricamente estuvieron marginados y desposeídos, puedan emanciparse.

Una de las políticas para esa liberación, ha sido el acceso a casas dignas a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, programa que tiene como objetivo que 3 millones de familias venezolanas habiten en hogares construidos por la Revolución Bolivariana. «Cuando termine el 2019 debemos haber concluido los 3 millones de viviendas, no debe quedar ni una sola familia sin vivienda en Venezuela. Que sea el pueblo que reciba los beneficios de la renta petrolera que antes se iba al exterior».

 

Profundizar el legado

Esa visión de Chávez sobre la trascendencia de las misiones, no sólo ha sido palanca de su sucesor, el Presidente Nicolás Maduro, sino eje fundamental de su gestión de gobierno, que ha sido intensamente atacada por los mismos sectores de la oligarquía que bajo los lineamientos de Estados Unidos y con el apoyo de la mediática nacional e internacional, buscan desmoralizar y entristecer al pueblo a través de una guerra multiforme que incluye bloqueo financiero al país, alza indiscriminada de precios, acaparamiento de rubros de primera necesidad y una férrea campaña xenófoba.

 

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Nicolás Maduro juró seguir el legado de Chávez.

 

«Este es el único lugar del mundo donde esto se está haciendo, proteger el empleo, proteger a los trabajadores, proteger a los hogares, a la familia, a la mujer, a los pensionados», recalcó este viernes el Presidente Maduro al ofrecer una rueda desde la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, donde firmó el acuerdo con la oposición sobre las garantías electorales para los comicios del 20 de mayo.

«Esto lo hacemos para contrarrestar la brutal guerra económica nacional que hay, la persecución financiera que hay contra todas las cuentas de la República, la persecución que no le permite a la República refinanciar una deuda, conseguir financiamientos como un derecho que tienen todos los países del mundo, nos persiguen y nos congelan cuentas, si vamos a comprar un medicamento lo hacen imposible porque nos congelan la cuenta y cuando descongelamos la cuenta, paran el barco», explicó.

 

Protección al ingreso familiar 

Maduro recordó que un ejemplo de esa protección integral al pueblo se evidenció este 1º de marzo, cuando se realizó el segundo incremento salarial y de tickets de alimentación del año, esta vez por 58%, mismo que incide en la escala de todos los trabajadores, jubilados y pensionados.

También informó la creación de dos nuevos bonos protectores para apoyar a la familia a través del Carnet de la Patria: el Bono de la Mujer para 5 millones de venezolanas que se entregará el 8 de marzo; y el Bono de Semana Santa para 8 millones de venezolanos, ambos por un monto único de 700.000 bolívares.

Maduro reiteró que en marzo el Ejecutivo logrará la cobertura, dentro del sistema nacional de pensiones, del 100% de los adultos mayores y resaltó que Venezuela será el único país de América Latina en alcanzar esta meta, situación que contrasta con la regresión social que han aplicado recientemente los gobiernos neoliberales de Argentina y Brasil. Antes de la Revolución Bolivariana habían apenas 387.000 pensionados y en la actualidad la cifra se remonta a más de 3,4 millones.

 

Pueblo Presidente

Maduro trabaja, desde el 2017, en el sistema de bonos protectores para el pueblo. Así es el caso de las embarazadas, quienes reciben el Bono de Parto Humanizado; y las personas con alguna discapacidad que cuentan con el Bono José Gregorio Hernández, ambos por un monto mensual de 700.000 bolívares. Las embarazadas además, reciben 1 millón de bolívares al momento del alumbramiento y el acompañamiento necesario durante su gestación y postparto.

 

A estos se suma el Bono Hogares de la Patria, que prevé incorporar a 4 millones de familias y que se asigna mensualmente; desde 320.000 bolívares (para familias de dos integrantes) hasta 1 millón 680.000 bolívares mensuales (para las integradas por 10 personas).

Además, ha aprobado varios bonos únicos, como el Bono del Día de la Juventud para 2,5 millones de jóvenes por un monto de 700.000 bolívares; el Bono de Carnavales 8 millones de personas por el mismo monto; el Navideño a 4 millones de personas; el Niño Jesús a 4 millones de familias; y el de Reyes a 9 millones de venezolanos, todos por un monto de Bs 500.000.

Durante la formalización de su candidatura presidencial ante el CNE, el pasado martes 27 de febrero, el jefe de Estado entregó el Plan de la Patria 2019-2025, que profundizará el ideado por Chávez para el período 2013-2019, y que fue diseñado con más de 30.000 planteamientos y propuestas de más de 3,5 millones de personas.

«Tenemos a un Presidente pueblo y este es un pueblo presidente; y este es un plan hecho por el pueblo para un gobierno del pueblo», destacó Maduro, quien para ejecutar este nuevo Plan de la Patria cuenta con el innovador sistema del Carnet de la Patria, tramitado por más de 16 millones 595.140 venezolanos.

 

Ciudad VLC/Especial AVN

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