agricultura

Agricultura, la génesis de nuestros problemas: en tiempos de la cuarta república se producía poquito en nuestro campo. Y es que los gobiernos de la época no tuvieron política para desarrollar la agroindustria ni para apoyar a los pequeños productores los cuales ante el Boom Petrolero de los años 70, terminaron viniéndose en cambote para las principales ciudades del país, sobre todo a Caracas donde hicieron famoso el cinturón de ranchos que la bordeaban.

 

Eran tiempos de bonanza petrolera y de asistencialismo por parte de los gobiernos adecos y copeyanos, aunque casi siempre la asistencia social se limitaba a 5 sacos de cemento y 10 láminas de zinc, sobre todo en época electoral. Y así estaban las cosas, de mal en peor, cuando llegó el año 1998 y, con él, la victoria electoral del Comandante Chávez. La esperanza renacía para un país agobiado por la ineficiencia, la corrupción, el hambre y la miseria.

 

Y llegó Chávez:

y vino a refundar la república con su propuesta constituyente. Enfrentándose con los enemigos del pueblo, los visibles y los agazapados; aprobó un conjunto de leyes que beneficiaban al pueblo y que fue el punto de quiebre con algunos sectores de la oligarquía que hasta ese momento lo apoyaban y que pensaban que podían manejarlo a su antojo, como habían hecho con otros (yo diría todos) los presidentes hasta entonces. Allí iba la Ley de Tierras, esa que ganaderos y latifundistas rompieron delante de las cámaras de TV y que juraron nunca cumplir. Entendía el Comandante Chávez la importancia de impulsar la producción agropecuaria y de hacer justicia con la propiedad y tenencia de la tierra. Y creó el Ministerio de Agricultura y Tierras y el Inti. Y puso a sus mejores hombres y mujeres en esa altísima responsabilidad histórica.

 

¿Y qué pasó?: pues que Chávez invirtió en el campo y confió en quienes tenían la responsabilidad de hacernos autosustentables. ¿El balance de los últimos 14 años de acción gubernamental y políticas de desarrollo agropecuario? Ahí les va: .- 6500 tractores entregados y desparecidos (muchos fueron a parar a Colombia). – 300 millones de dólares entregados a Agropatria (sólo en la gestión de Elías Jaua) y no aparecen, no están relacionados ni se pueden auditar.

 

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La responsable de tal guiso vive hoy día en Argentina. –Fundos Zamoranos parcelados y vendidos. -Fábrica de tractores Pauny argentinos no instalada y pagada íntegramente. -Complejo «Abreu de Lima’ en Anzoátegui desmantelado y sin producir un grano de soya. –

 

Fincas productivas intervenidas hoy día vendidas y sin producción. -Rescates inconclusos desde hace 12 años. -8000 mil millones de dólares asignados a Agricultura y Tierras y ni siquiera las caraotas de las cajas Claps producimos. -Más de 600 demandas contra el Estado en tribunales agrarios por procedimientos agrarios mal sustanciados. -Rescates otorgados a «campesinos» que terminaron en explotación maderera. -Más de 400 mil hectáreas en Barinas que fueron abandonadas y/o vendidas.

Y la lista sigue pero no hay suficiente espacio para detallarla. ¿Los responsables? Un sociólogo y un economista devenidos en amos y señores del campo durante más de 13 años. Chávez tuvo la voluntad y puso los reales; la madeja de corrupción e ineficiencia de estos señores nos sumieron en el hambre y miseria que hoy estamos pasando. No producimos nada!!

 

¿Y la marcha campesina qué?:

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Admirable en su recorrido, quehacer e intención. Su objetivo fundamental, ser escuchados por el Presidente Maduro, se logró en cadena nacional. Toca esperar sobre el cumplimiento de los acuerdos, aunque ya hay quejas en ese sentido. La mayoría de los campesinos ya regresó a sus tierras, al cultivo, la siembra, la cría.

Los oportunistas, asomaos y pescadores de río revuelto que rodearon y acompañaron la marcha ya se olvidaron de ellos y andan en lo suyo, buscando espacios de donde nutrir su vagancia siempre pegados a la teta del estado. Y en Caracas quedó un «equipo de dirección», una «vocería» (no sabemos autorizada por quién) que se mantiene comiendo bien, de reunión en reunión, durmiendo en buenos hoteles y saliendo en los medios de comunicación de vez en cuando, declarando, atacando, señalando, conciliando.

Todo según los intereses de quien no vemos pero suponemos. Se ha convertido este pequeño grupo de campesinos (no dudo de su origen) en interpretadores del problema del campo venezolano pero con una miopía y amnesia que asombra: para nada nombran el desastre de los 13 años de la administración Jaua-Loyo. Es como si esa etapa no existiera y todo hubiera comenzando hace 2 años. Yo solo digo una cosa: campesino en Caracas no es campesino. Lo demás se ira sabiendo poco a poco.

 

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Descolonización: leo con agrado que el gobierno bolivariano acaba de crear el Instituto Nacional para la Descolonización. Qué bien!! Leo también que designó a Ernesto Villegas como su Presidente, a pesar de que Villegas es ministro de cultura, cosa que seguro le quita tiempo y le da trabajo… Pero bueh: el hombre es bueno y eficiente y además seguramente buscaron y no consiguieron a más nadie con formación, trayectoria y compromiso para asumir ese importante cargo.

Pero apartando eso, y deseando por supuesto que dicho instituto sea un éxito, propongo que una de las primeras tareas que se debe emprender es la descolonización alimentaria. Debe el gobierno, aprovechando esta iniciativa, comenzar a desmontar toda la estructura mafiosa y corrupta que maneja la importación y distribución de alimentos y otros bienes esenciales y comenzar a invertir esas divisas y esos recursos en la producción nacional.

 

Hay que acabar con esa rosca burocrática que ha hecho trizas todas las iniciativas que a favor del pueblo ha tomado este gobierno. Ejemplo: la harina de trigo rusa. ¿Dónde está? Y AgroPatria, ¿Funciona? Y los carros chinos, aquellos que cuando Chávez le vendían baratos al pueblo, ¿Se acabaron? Son sólo botones de una muestra enorme de recursos perdidos en la tramoya importadora que maneja y domina una mafia cívico-militar enquistada en la estructura de nuestro estado burgués.

¿Descolonizarnos? Ok, empecemos por la independencia económica. A producir todo el mundo. ¡¡Y el que no produzca no come!! Los reales están, solo tenemos que ir desmantelando el principal aparato de dominación y colonización que nos oprime: la importación de alimentos. Para ello debemos unir, movilizar y organizar al pueblo para la producción, incluso apoyándonos en los rezagos de la burguesía nacionalista que todavía queda por ahí. Lo demás será pérdida de tiempo, charlas y foros, eventos y selfies de una descolonización de papelillo.

 

 

Fascismo a lo brasileño: y como presagiaban todas las encuestas, lo rezaban en las iglesias evangélicas y lo quiso la mayoría del pueblo, Jair Bolsonaro es el nuevo Presidente de Brasil.

 

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Un fascista confeso que ha sido muy claro en su discurso, así que nadie debe asombrarse de lo que está por venir. En su primer discurso luego de ser electo fue muy enfático al señalar que Dios le ha dado una tarea y que ha de cumplirla, con una biblia en una mano y un látigo en la otra.

Ya sus seguidores iniciaron la celebración quemando algunas casas del partido de Lula, apaleando y golpeando a algunos seguidores de Haddad, amenazando a negros, homosexuales y prostitutas y haciendo vigilias en algunas iglesias. Sigue la derecha ganando terreno en latino América, a pesar de la ineficiencia que hasta ahora han demostrado gobiernos como los de Macri y Lenin Moreno. Pero algo pasó y está pasando que los pueblos están votando por ellos. Para ponerse a reflexionar!

 

Ciudad VLC/@JoseGBlancoC

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